Crónicas de la Ciudad

La incompleta calle Abdías, la del profeta más breve

El autor de sólo 21 versículos del Antiguo Testamento tiene dedicada una calle próxima a El Ejido, con algunos retazos urbanísticos por completar

Vista de la calle Abdías.

Vista de la calle Abdías. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Como alguna vez hemos comentado en esta sección, si algo hay que destacar de la actual Gerencia de Urbanismo es el interés con el que se ha tomado el Registro Municipal de Solares y Edificaciones Ruinosas, que corría el riesgo de convertirse en un vestigio arqueológico más de la ciudad y ser objeto de rutas guiadas.

Cierto que la Gerencia tiene por delante un proceloso mar de solares, con especiales ‘remolinos’ parcelarios y olas encrespadas en La Trinidad, El Perchel y algunas zonas del Centro, pero también es cierto que, poco a poco, las aguas se están amansando y solares con espolones pasan de fuerte marejada a marejadilla, pues por lontananza ya asoman peticiones de licencias de obra. Todo esto, sin duda, hay que reconocerlo y debemos alegrarnos ante la evidente descongestión, aunque quede mucho por hacer.

Por eso, estamos seguros de que algún día le tocará el turno a la calle Abdías, la continuación de la calle Diego de Siloé, próxima al Ejido. Por cierto que esta última vía lleva el nombre del famoso arquitecto burgalés, un inolvidable maestro al que le debemos en buena parte la inconclusa Catedral de Málaga, aunque de esta muestra de inoperancia no sea el responsable, pues murió en 1563, seguramente en la creencia de que los malagueños concluirían algún día su Templo Mayor.

Pues si dejamos al maestro de Burgos, nada más terminar esta calle nos toparemos con la calle Abdías, dedicada al profeta que escribió el libro más corto del Antiguo Testamento, de sólo 21 versículos, aunque cargado de bastante inquina ‘preautonómica’ hacia la región de Edom.

La vía es en realidad un estrecho pasillo y más que una parcela abandonada lo que encontramos es un fenómeno urbanístico incompleto, restos de lo que fue, a un tiro de piedra del peatón, en la vía pública.

En resumidas cuentas nos encontramos con ‘extractos’ del antiguo muro que rodeaba uno de los edificios del Ejido, pues esta calle se creó oficialmente durante este siglo y no se ha completado urbanísticamente.

Si seguimos por ella, llegaremos al bonito huerto urbano de La Yuca, acompañado por un artístico muro creado en 2019 por los niños de Lagunillas, la Cruz Verde y la Cruz del Humilladero, en coordinación con Fantasía de Lagunillas, ACCEM y la artista Miranda Collet.

El paseo nos llevará a su vez a la calle Chaves, donde campea una parcela que, felizmente, el Ayuntamiento ha transformado en un parque canino, tras las peticiones de los vecinos. Queda por atender al profeta...