Crónicas de la ciudad

El barrio de Soliva y su majestuoso arroyo

El paso del arroyo de las Cañas por el barrio de Soliva es un rincón que aúna la zona verde tradicional con la Naturaleza, en un conseguido maridaje

El arroyo de las Cañas, desde el puente de Soliva, con la zona verde que le acompaña

El arroyo de las Cañas, desde el puente de Soliva, con la zona verde que le acompaña / A. V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El gran historiador Manuel Muñoz Martín localizó en un proceloso mar de legajos relacionados con contratos de los últimos siglos a cierto José Soliva, quien en 1860 realizó un arrendamiento sobre una parcela en el barrio de la Trinidad, en una zona histórica conocida como El Campillo y reconocida por los trinitarios más antiguos.

Este José era sobrino de Antonio Bresca Solomer, propietario también de tierras. Al parecer, el apellido Soliva abunda en la zona de Valencia y Cataluña y quizás la familia proviniera del Levante.

El caso es que es el primero con este apellido que aparece en la investigación del historiador y no es nada improbable que guardara relación directa o indirecta con la finca de Soliva, hoy uno de los barrios más recientes de Málaga.

Tan reciente que se topó con la anterior crisis mundial y como recordaba este diario en 2010, cuarenta familias de la primera promoción del IMV que se iba a entregar en el barrio, en la calle Escritor Antonio Soler, tuvieron que esperar varios meses para poder estrenar las viviendas porque la constructora entró en concurso de acreedores.

Hoy el barrio cuenta con un desarrollo urbanístico de grandes avenidas y zonas verdes próximas, en la línea de Teatinos y El Cónsul y por tanto, a años luz de buena parte de la Carretera de Cádiz y la Cruz de Humilladero.

Hecho realidad tras el boom urbanístico, primó el sentido común y por eso hoy cuenta ya con rincones realmente bonitos que ya lo quisieran otros barrios de Málaga más veteranos.

En concreto, en la mencionada calle del escritor malagueño - y qué alegría que el entorno de Soliva cuente con varias calles dedicadas a homenajeados vivos- es una preciosidad la zona que se asoma al histórico arroyo de las Cañas.

Porque este arroyo que acompaña al Puerto de la Torre y que desemboca en el Guadalhorce tras pasar por varios polígonos y el barrio de Puerta de Málaga, a su paso por Soliva está escoltado por una cuidada zona verde tradicional sembrada de pinos que dan mucha sombra, mientras aguantan el terreno en brusco declive lustrosos bloques cúbicos de piedra que dan majestuosidad a este paisaje de ribera.

Se puede admirar desde el puente a su paso por Soliva y sin perecer de insolación, porque a su vez el puente es un paseo con mucha arboleda.

Desde ahí, si nos damos la vuelta, veremos la antigua hacienda de La Píndola al otro lado de la carretera, restaurada para Promálaga. En resumen, un rincón digno de visitar.