Playas

Expertos insisten en no retirar medusas del mar por su papel para el fondo marino

Ante la proliferación de medusas Rhizostoma luteums en el litoral, recomiendan alejarse de sus tentáculos y en ningún momento sacarlas del agua

Medusa Rhizostoma luteum en la orilla de una playa del Rincón de la Victoria.

Medusa Rhizostoma luteum en la orilla de una playa del Rincón de la Victoria. / L. O.

No hay verano sin medusas. Y es que, aunque el pasado año estos invertebrados dieran una tregua a las aguas del litoral malagueño, durante esta temporada estival su proliferación está siendo protagonista en numerosas jornadas. En las últimas semanas, la bandera amarilla ha ondeado en más de una ocasión para alertar a los bañistas de su presencia. Para muchos, la aparición de estos animales marinos añade un extra de diversión a su día de playa, ya que la alternativa al baño pasa por darles caza y sacarlas del mar. Con el aumento de medusas Rhizostoma luteum, esta práctica ha hecho saltar la alarma de los expertos en biología marina.

La afluencia de este tipo de invertebrado se está intensificando durante este verano en las costas de Málaga. Se trata de un tipo de medusa que llama especialmente la atención por sus dimensiones, ya que puede llegar a pesar hasta 40 kilogramos. Pese a su tamaño, su picadura está considerada como leve, informan desde el Aula del Mar. «Puede provocar picor intenso y enrojecimiento de la piel pero los síntomas no son persistentes y van desapareciendo poco a poco», añaden desde este centro.

Además, entre sus recomendaciones se encuentra el evitar acercarse a estos animales, en especial a sus tentáculos. En ningún momento, alertan los expertos, debiera sacarse a estas medusas del mar. Los profesionales en biología marina advierten del papel fundamental que juegan estos animales en el fondo marino y alertan del riesgo que para este podría acarrear el sacarlas de su hábitat natural y reducir su presencia en el ecosistema.

«Estas medusas tienen un gran impacto en la composición de nuestros océanos y cumplen un papel específico en los ecosistemas marinos. Mantienen a raya la población de algunas variedades de peces, ya que se alimentan de sus alevines y huevos», indican desde Gravity Wave. Además, son la base de alimento para algunas tortugas y peces como el pez luna. Por todo ello, su presencia en los océanos se antoja imprescindible.

En este sentido, el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (CREMA) insiste en reiterar la importancia de no sacar a este tipo de medusas de su hábitat natural. «Solo en el caso de que estas se encuentren varada en las rocas o en la orilla podrían retirarse del mar, ya que no podría hacerse nada por su vida», explica el biólogo y coordinador del CREMA, José Luis Mons.

En cualquier otro caso, indica este experto, la caza de medusas está completamente injustificada y llegaría a suponer un fuerte desajuste para la diversidad de las especies marinas. En su lugar, la recomendación es alejarse de ellas si se divisan en las playas y no alterarse ante su presencia, ya que es una de las especies de medusas menos peligrosas.

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El estudio ‘Mare Plasticum: El Mediterráneo’, elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y publicado en la revista Marine Pollution Bulletin, demuestra que más del 53% de las medusas analizadas presentó microplásticos en la cavidad gastrovascular, dato que confirma su ingestión.

Los datos arrojados por el estudio confirman la proliferación de la contaminación en los mares y alertan de los peligros que se están observando en el ecosistema marino. La pérdida de la biodiversidad es una de las causas directas de la polución en las aguas marinas.

La UICN denuncia que, anualmente, se tiran 229.000 toneladas de plástico al Mar Mediterráneo: «La contaminación de plásticos puede causar daños a largo plazo a los ecosistemas marinos. Los animales pueden enredarse o tragar los desechos plásticos, y finalmente terminar muriendo de agotamiento e inanición», explica la directora del Programa Mundial Marino de UICN, Minna Epps.

Además, el informe refleja que en 29 de las 30 medusas estudiadas se encontró algún tipo de basura marina como fibras de algodón o restos de redes de pescar.