Obras

¿Qué pueden encontrar las catas arqueológicas en Carretería?

Los trabajos comenzarán en septiembre para determinar los posibles restos arqueológicos que se pueden encontrar en la reforma y peatonalización de Carretería y Álamos

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

El estudio del subsuelo de Carretería que se iniciará en septiembre es clave para dibujar la evolución histórica de Málaga, ya que forma parte del crecimiento extramuros del Centro Histórico. Tras el uso del georradar para determinar la posible existencia de restos arqueológicos, la Junta de Andalucía impuso la obligación de hacer un estudio más pormenorizado antes de acometer la reforma de la calle, que supondrá semipeatonalizar todo el trazado de Carretería y Álamos, además de una renovación de las infraestructuras de la calle. Pero, ¿qué se esperan encontrar en este estudio?

Hay que comenzar explicando que los edificios de toda la acera derecha de las calles Carretería y Álamos están construidos aprovechando la antigua muralla que defendía Málaga. Tras la conquista de los Reyes Católicos, esta muralla fue perdiendo importancia defensiva con el paso de los años y se empezó a extender la ciudad hacia el río Guadalmedina. En muchos casos los edificios nuevos aprovecharon la muralla como una de sus paredes, dibujando el trazado actual de la calle Carretería, vía de entrada a la ciudad para comerciantes y viajeros, al dar paso a la mayoría de las puertas del lado Oeste de la ciudad.

Los primeros estudios del subsuelo fueron realizados a cargo del Ayuntamiento de Málaga utilizando el georradar, lo que permitió un estudio hasta 2,5 metros de profundidad. Los datos obtenidos fueron determinantes a la hora de decidir unas catas más profundas en esta vía clave en el desarrollo de Málaga desde la época romana. Así, el georradar ha aportado pistas sobre la presencia de distintos restos de muralla en el tramo de calle que hay entre la Tribuna de los Pobres y la calle Molino de Aceite, delimitando los número pares. En cambio, hasta Ollerías, hay restos de hornos de distintas épocas, que van desde los romanos hasta los árabes, ocupando una zona algo más alejada de la ribera del río y frente a la puerta que había en Tejón y Rodríguez, donde se encuentran los números impares de la calle. La presencia de más hornos continúa más arriba, frente a la puerta de Buenaventura, ya que esta actividad industrial buscaba situarse frente a las puertas para asegurarse una buena comunicación con el interior de la ciudad. También se han detectados piletas, también de uso manufacturero, actividad que habitualmente se trasladaba a extramuros.

Además de estos elementos, se han atisbado en distintos puntos restos de estructuras que están por determinar su origen y uso, algo que se espera aclarar con las catas que van a comenzar en septiembre. 

No todos los restos que se han detectado en los primeros estudios son antiguos. Se mantiene casi todo el antiguo recorrido del tranvía por la parte central de esta calle, ya que las traviesas no fueron retiradas en su momento y se cubrieron con el asfaltado, de forma que a poco que rasquen entre 30 y 50 centímetros empezará a salir el trazado de hierro del tranvía que estuvo en uso hasta los años 60 del siglo XX en Málaga.

Las catas arqueológicas irán descubriendo el valor de estos restos, pero también es una carrera contrarreloj, ya que la financiación del 80% de este proyecto de reforma, adjudicada en 3,8 millones de euros, corresponden a fondos europeos. Y esto impone una condición para que se haga efectivo el pago, que las obras estén terminadas antes de que finalice 2022. El problema es que cuando empiezan unas catas arqueológicas se puede saber la fecha de inicio, pero no la fecha de término. Dependerá de lo que realmente encuentren.

Reforma del eje Carretería-Álamos

Las empresas Acsa y Hormacesa son las adjudicatarias de estas obras, con un presupuesto de 3,8 millones de euros, 1,1 millón más barato que el precio en el que fueron presupuestadas las obras. Estos trabajos tienen un plazo de ejecución de 18 meses, por lo que parece difícil que hayan terminado para finales de 2022, ya que su inicio está vinculado al final de las catas arqueológicas. El objetivo de este proyecto es renovar las canalizaciones que discurren en el tramo Carretería y Álamos, a la vez que se plantea una semipeatonalización, reduciendo el tráfico un 21% respecto a los 6.000 vehículos que usan este recorrido diariamente. Para ello se ampliarán las aceras, reduciendo el carril de circulación, y se potenciará el tránsito peatonal. El control del acceso para el tráfico quedará restringido a residentes y vehículos autorizados, mediante control de videovigilancia.