Historia de Málaga

La historia de la calle Larios en doce datos

La calle Larios cumple este 27 de agosto 130 años desde su inauguración, convirtiéndose en eje de la vida de Málaga desde el momento de su apertura

Una de las fotos del reportaje de Joaquín Oses sobre la construcción de la calle Larios (1887-1891).

Una de las fotos del reportaje de Joaquín Oses sobre la construcción de la calle Larios (1887-1891). / Colección de Juan Antonio Fernández Rivero

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

Hace 130 años, tal día como hoy, se inauguró la calle del Marqués de Larios. Una obra que estaba llamada en su momento a cambiar la faz de Málaga, como así fue. El Centro de renovó totalmente y la pujante burguesía malagueña la convirtió en todo un símbolo de la modernidad de la ciudad, que pedía paso tras años de ocupar una posición secundaria en el panorama nacional. Construida con financiación privada, fue todo un negocio para el Marqués de Larios, pero también un hito urbanístico y arquitectónico, convirtiéndose en uno de los mejores ejemplos del urbanismo del siglo XIX en el mundo. Aquí abordamos su construcción y evolución con doce datos que servirán para hacerse una idea de lo que supuso su construcción y evolución posterior.

¿Por qué se construyó la calle Larios?

La calle Larios sustituyó a una serie de callejuelas del antiguo trazado musulmán de la ciudad. La idea era construir una gran vía que conectara las nuevas vías de la ciudad (Alameda y Parque) con el Centro, abriendo una calle amplia y moderna, con edificios nuevos y saneando lo que se entendía que era un entramado urbano muy degradado, con multitud de callejuelas sin saneamiento e insalubres. 

¿Qué calles desaparecieron con la calle Larios?

Desaparecieron del callejero la enmarañada Siete Revueltas (hacía honor a su nombre), el callejón del Perro o el callejón del Gato, entre otras. La calle Larios modernizó a golpe de piqueta el Centro, siguiendo la estela iniciada por las calles Nueva y Alcazabilla, que abrieron nuevas vías norte-sur para comunicar con el puerto y ventilar el entramado urbano.

¿Cuánto se tardó en construir?

Las obras comenzaron el 15 de mayo de 1887 y fue inaugurada el 27 de agosto de 1891, hoy hace 130 años. Los trabajos tuvieron una duración de cuatro años, tres meses y 12 días.

¿Cuánto costó su construcción?

La obra supuso un desembolso de 2 millones de pesetas, una cifra astronómica para esa época y que el Ayuntamiento de Málaga era incapaz de asumir. Para ello contaron con la financiación del Marqués de Larios (por algo lleva su nombre) que permitió acometer la obra. Para hacer frente a los pagos, el Ayuntamiento de Málaga le cedió al Marqués el 90% de los bonos emitidos para recaudar dinero y la propiedad de casi todos los nuevos edificios de la calle. Sólo quedó fuera el número 1 de la calle, que fue adquirido por varios compradores. Un negocio muy provechoso.

¿Quién diseñó la calle?

Sus 350 metros de trazado fue diseño de Joaquín de Rucoba, mientras que los proyectos arquitectónicos de los edificios correspondieron a Eduardo Strachan Viana-Cárdenas. Como dato curioso, la altura de los edificios es igual al ancho de la calle y todas las esquinas son redondeadas, siendo un ejemplo de la arquitectura de la Escuela de Chicago. Así, aplicaron todas las nuevas tendencias: estructuras metálicas, alturas superiores a la tercera planta, equilibrio en las formas y simetría, lo que la convierte en un ejemplo perfecto del nuevo urbanismo del siglo XIX y estudiada por arquitectos desde entonces.

¿Cómo fue la planificación de la obra?

La calle Larios no estaba diseñada como ahora, con un trazado de Norte a sur. Inicialmente el Ayuntamiento planteó una gran vía transversal, de Este a Oeste, que uniese las calles Nueva y la Catedral, con idea de aprovechar la construcción de aprovechar nuevos espacios abiertos pocos años antes. Sin embarg, al final se planteó una vía de conexión con el litoral y, por influencia del propio Marqués de Larios, que era el que pagaba la obra, el trazado se reajustó para poner la entrada de la calle delante de lo que era el Palacio de los Larios, ya desaparecido y que se situaba donde ahora está la Equitativa.

¿Cómo fue la inauguración?

El acto fue un acontecimiento para la ciudad. Suponía la entrada de Málaga en la modernidad y mostrando la pujanza económica de su burguesía. Fue recorrida de punta a punta por el obispo Marcelo Spínola, que la bendijo; el alcalde de Málaga del momento, Sebastián Souvirón, y el Marqués de Larios, impulsor de la obra. Una cabalgata de lujosos carruajes y una guerra de flores y peladillas, que se lanzaban al público, marcaron los actos de inauguración, aunque acabaron con algún altercado al malinterpretarse el lanzamiento de flores y peladillas.

¿Qué supuso su construcción?

La calle Larios se convirtió en un centro comercial de primer orden y el un emblema de la burguesía malagueña, que ocupó sus edificios. Además, impulsó la renovación del Centro y la instalación de comercios de lujo en los locales de la calle. De hecho, en la calle Larios se puso la primera tienda con precio fijo, ya que hasta entonces era costumbre el regateo. 

Los almacenes de Gómez Raggio en la calle Larios en 1976.

Los almacenes de Gómez Raggio en la calle Larios en 1976. / A. V. S.

¿Cuáles fueron algunos de esos negocios desaparecidos de la calle Larios y que marcaron la oferta comercial de Málaga en el siglo XX?

Hay nombres que forman parte de la historia comercial y hostelera de la ciudad, como el ultramarinos Cosmópolis; la papelería Imperio, con su cartel en el que aparecía las figuras de Quijote y Sancho; la modernidad del salón recreativo «2.000» en los años 80; los grandes almacenes de Gómez Raggio; el lujo de Orly; los luminosos de Philips en la fachada del edificio que ocupa ahora Stradivarius y que durante años fue de Espejo Hermanos; o los discos de Ruiz Cueto. También la hostelería tuvo momentos de auge. Sigue en la memoria el minúsculo bar Ricardo, en la entrada del número 1 de la calle y que cerró tras un incendio. De los locales clásicos, sólo quedan el Café Central y Lepanto, aunque éste mucho más moderno, tras el cierre de la Cosmopolita y su barra de madera tallada. También destacó en su época el Hotel Inglés o el Hotel Londres, en el que podía comerse por 4,50 pesetas y cenar por un duro. En los primeros años del siglo XX tuvo fama el café Viena, una copia de los establecimientos que podían encontrarse en la capital del imperio austro-húngaro, pasteles incluidos. O La Mar Chica, cervecería donde se veía pasar la vida con una Victoria en la mano. Tuvo la calle Larios ilustres sombrererías, sastrerías y hasta una tienda de bastones que habría hecho las delicias de Antonio Gala y un establecimiento exclusivo de la marca del chocolate de moda: Matías López. No hay que olvidar el Círculo Mercantil, con sus grandes butacones de mimbre para que se sentaran los socios, presidiendo la calle desde el número 5 (luego pasaría al 3), donde abrió sus puertas tras la inauguración de la calle. En su interior se encontraba un auténtico Museo de Bellas Artes, con las mejores pinturas de los artistas malagueños del XIX y era frecuente lugar de reunión de la sociedad malagueña.

¿Cómo son las viviendas de la calle Larios?

Las viviendas que se construyeron en la calle Larios destacan por sus techos altos, columnas metálicas que sostienen la estructura y le confieren solidez, pero también por tener en su época dos baños y agua corriente. Además, la orientación está pensada para permitir la entrada de sol en invierno y evitarla en verano. Los suelos hidráulicos en la mayoría de las viviendas dan un elemento más de valor patrimonial.

La calle Larios en la actualidad

Atrás quedaron los comercios clásicos y malagueños. La peatonalización de la calle en 2001 supuso una revolución para el Centro, ya que permitió que el peatón tomara la calle y su influjo se extendió a las calles vecinas. Eso trajo consigo un incremento constante de los alquileres que, unido al fin de la renta antigua, desplazó a los comercios tradicionales y dio entrada a las grandes cadenas internacionales. Ahora la calle Larios está entre las diez más caras del mundo, es centro neurálgico de la vida social de Málaga y escenario de numerosos eventos ciudadanos, como la Semana Santa, las luces de Navidad, pasacalles del Carnaval, pases de modelos, exposiciones fotográficas y, por supuesto, manifestaciones. 

Una última curiosidad

La anchura del túnel de la Alcazaba es la misma que el ancho de la calle Larios, 16 metros. Fue un guiño que se hizo a conciencia cuando se diseñó el túnel.