Memoria histórica

El caso de la calle Crucero Baleares estalla en Málaga

La decisión del alcalde de Madrid de restituir el nombre de un barco del Ejército nacional, que bombardeó población civil en La Desbandá, en una calle de Vallecas, subleva a la oposición malagueña - El PSOE quiere reprobar al alcalde de Madrid e IU propone nombrarlo persona non grata

Imagen de ‘La Desbandá’.

Imagen de ‘La Desbandá’. / La Opinión

José Antonio Sau

José Antonio Sau

El aleteo de una mariposa en Madrid ha causado un torbellino en Málaga. No es la teoría del caos, sino que la decisión del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, de restituir en una calle el nombre que eliminó su antecesora en el cargo, Manuela Carmena, de forma que esa vía pasa de llamarse Barco Sinaia a Crucero Baleares, ha acabado afectando al alcalde malagueño, Francisco de la Torre. Ese paso, que no es sólo nominativo, ha puesto al regidor malacitano en un brete, porque ese barco fue uno de los que bombardeó, en febrero de 1937, a decenas de miles de personas que huían por la Carretera de Almería de las represalias del Ejército Nacional tras la caída de Málaga.

Martínez-Almeida anunció a finales de agosto que restituiría ese nombre y el de otras calles que cambiaron en el anterior mandato, después de que los tribunales echaran para atrás los cambios anteriores, impulsados por Carmena. La calle, por cierto, está en Vallecas, un bastión de la izquierda en todo el país y muchos de los vecinos atacaron a su alcalde por esta iniciativa. La memoria del Crucero Baleares está íntimamente unida a aquella matanza que fue la Carretera de Almería, uno de los episodios más oscuros de la Guerra Civil, sobre todo por las condiciones que soportaban los que huían de las represalias de las tropas franquistas, muchos de ellos mujeres, ancianos o niños. El caso es que la decisión de Martínez-Almeida le ha estallado en las manos a De la Torre, un alcalde, por cierto, que destaca por su moderación en estos asuntos y que ha impulsado en Málaga, por ejemplo, el Parque de la Memoria de San Rafael, cuya cuarta fase está ya en ejecución.

Daniel Pérez, portavoz del PSOE, ha aprovechado este debate y recrimina al alcalde su actitud equidistante al no exigir a su homólogo y compañero de partido que «recapacite por sus actos, que faltan al respeto a miles de malagueños que perdieron la vida en este éxodo masivo que acabó en masacre civil. No puede permanecer callado, tiene que tomar partido en esta situación, por decencia y dignidad democrática con víctimas y familiares». Su partido está trabajando en una moción que sea institucional, es decir, apoyada por todos los partidos, para que en el pleno de septiembre el Consistorio malagueño repruebe a Martínez-Almeida, poniendo a De la Torre en una situación incómoda, porque habrá de bascular entre reprobar a su compañero de partido o hacer un feo a los familiares de las víctimas. Si no, el PSOE está estudiando, incluso, convocar un pleno extraordinario con el fin de hacer que el alcalde se retrate. «El señor De la Torre, al que tanto le gusta acudir a los actos de memoria histórica, debería dejar el postureo y ser un fiel defensor de la retirada de estas calles de inmediato, de lo contrario estará dando a entender lo que todos pensamos, que no es capaz de condenar estas situaciones de manera rotunda», dijo, y recordó ayer los casos de las avenidas Carlos Haya y García Morato, que siguen llevando los nombres de aviadores franquistas.

Remedios Ramos, viceportavoz del grupo municipal de IU y Podemos, llevará al pleno una moción en la que propone declarar personan non grata en Málaga al alcalde de Madrid y prepara otras acciones conjuntas con sus compañeros de Madrid. «Esto es una auténtica aberración, murió mucha gente bombardeada por el Crucero Baleares», dijo.

Pedro Moreno Brenes, presidente de la Asociación contra el Silencio y el Olvido de Málaga, asegura que la excusa es la sentencia, pero «podrían haber recurrido». «Es una falta de identidad con los valores básicos de respeto a la memoria histórica. Bombardeó a la población en la Carretera de Almería, fue un crimen de Guerra». Anunció que pedirán una reunión a la Subdelegación del Gobierno con el fin de instar al Ejecutivo central que, en el marco de sus competencias, tome las correspondientes medidas y efectúe los requerimientos precisos en base a las leyes que hay al respecto. Dice Moreno Brenes que ese pleito podría haberse librado con «más dedicación y fortaleciendo la vía argumental». Más de 300.000 personas emprendieron la huida, siendo tiroteados y bombardeados por la Armada rebelde y la aviación nacional e italiana además de ser diezmada esa enorme masa humana por las enfermedades, el hambre y el cansancio. La Desbandá vuelve a estar, tristemente, de actualidad más de ocho décadas después.