Crónicas de la ciudad

Las vistas chafadas desde la Alcazaba

El nuevo tejado de la Aduana, en realidad una planta más para el inmueble, ha acabado con parte de las mejores vistas de Málaga desde el monumento más visitado de la ciudad

El tejado de la Aduana, desde la Alcazaba. Detrás, la ciudad de Málaga.

El tejado de la Aduana, desde la Alcazaba. Detrás, la ciudad de Málaga. / Gregorio Marrero

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El salto adelante de Málaga, de ciudad de medio pelo dependiente de Granada a ciudad de la Cultura, no ha desterrado en líneas generales el arcano sentimiento de inferioridad de muchos de nuestros políticos.

No se sabe si por inseguridad o por miedo a decir una palabra de más que acabe con una bien remunerada carrera -sin los contratiempos de la cola del paro-, el caso es que aquí pocos abren la boca cuando se presenta cualquier novedad ‘rompedora’.

Antes al contrario, en Málaga los promotores suelen tener las puertas abiertas y el espíritu crítico suele brillar por su ausencia. Eso explica que cualquier insensatez, con tal de que sea novedosa, en seguida se califique de «referente» por nuestros entregados representantes públicos.

Y así, la estupenda propuesta de recuperar el tejado de la Aduana fue recibida como siempre, como el gentil José Luis López Vázquez que, en su papel del empleado de banca Fernando Galindo en la película ‘Atraco a las tres’, se muestra ante la señorita Katia, una atractiva clienta, como «un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo».

Esto explica la foto de hoy. El nuevo y desproporcionado tejado del Museo de Málaga ha chafado buena parte de las vistas desde la Alcazaba. Los turistas han dejado de admirar las playas de la Misericordia y la línea de chimeneas desde el monumento más visitado de la ciudad -el dato de visitas es municipal-.

En lugar del esperado tejado, lo que en realidad se añadió fue una enorme planta más, así que los únicos que disfrutan ahora de vistas espléndidas, pero de la Alcazaba, son quienes frecuentan estas altivas instalaciones y el restaurante. Por algo el de Málaga es el quinto museo más grande de España y el mayor de Andalucía. Este es el precio.

Estos días, muchos malagueños descubren el verdadero impacto que supone contar con el hotel de Rafael Moneo en la parcela equivocada (Hoyo de Esparteros). La mole de este establecimiento, metida con calzador en una esquina del Centro gracias a nuestros sensibles cargos públicos, ha eliminado desde el otro lado del río las vistas de la iglesia de San Juan.

Estructura del hotel de Hoyo de Espateros desde la terraza del Corte Inglés.

Estructura del hotel de Hoyo de Espateros desde la terraza del Corte Inglés. / M.F.

Y olvídense de la visión desde calle Ordóñez del que fuera antiguo Gobierno Civil -tras el incendio de la Aduana-, el palacete de los Loring Heredia, más tarde pensión La Mundial. En su lugar irrumpe este hotelón, todo un 'referente' del complejo de inferioridad del político malaguita.

Ojalá adquieran confianza y cultiven así el espíritu crítico. Nos evitaríamos ingentes pisos camuflados, hoteles desmesurados para el Centro Histórico y ‘torres’ que impactarán en el paisaje de Málaga con la suavidad de un misil intercontinental.