Solidaridad

ADRA, la ONG del séptimo día

La Iglesia Adventista del Séptimo Día, con presencia en Málaga desde finales de los 60, cuenta con una ONG atendida por voluntarios que reparte alimentos a familias necesitadas de Málaga.

Voluntarios de la ONG adventista, a la entrada de su sede, en calle Licurgo

Voluntarios de la ONG adventista, a la entrada de su sede, en calle Licurgo / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) es a la Iglesia Adventista del Séptimo Día lo que Cáritas para la Iglesia Católica, explica Jarib Sánchez, pastor adventista y delegado de ADRA en Málaga.

Los adventistas, una rama de los cristianos protestantes, nacieron oficialmente como Iglesia en 1863 en Estados Unidos y hoy cuentan con más de 20 millones de fieles en unos 120 países. Uno de sus elementos más característicos es que el día en el que descansan, estudian y se reúnen es el sábado y no el domingo.

«Tenemos la escuela sabática y luego el culto de adoración, en total hora y media o dos horas», explica el pastor.

En Málaga hay adventistas desde finales de los 60. En nuestra provincia el número ronda hoy los 240 y en la capital supera el centenar.

Fue justo antes de la pandemia, en febrero de 2020, cuando estrenaron sede en la calle Licurgo, 26, en el polígono Santa Bárbara. Dejaron el vecino barrio de La Luz, en la calle Ingeniero de la Cierva, donde permanecían desde hacía tres décadas. Como explica el pastor, el nuevo local ha sido costeado con fondos propios, pues no reciben subvenciones de ninguna administración, y es casi el triple de grande que el anterior.

Interior de la iglesia adventista.

Interior de la iglesia adventista. / A.V.

Aparte de la iglesia cuentan con un almacén para la labor social de la ONG ADRA, que además de actuar en casos de emergencia humanitaria en países como Haití no se olvida de las emergencias locales.

«Durante el confinamiento estuvimos repartiendo alimentos. El Ayuntamiento nos contactó para saber si íbamos a repartir», recuerda Jarib Sánchez.

A su lado se encuentra el malagueño Eliud Vega, de 44 años y de la Iglesia Adventista desde que nació, pues su padre es pastor jubilado. Eliud fue el coordinador de ADRA en 2020 y explica que estuvieron trabajando todavía en la sede de La Luz porque la de calle Licurgo no estaba lista.

«Vimos a muchas familias nuevas que estaban en ERTE y no habían recibido un céntimo», subraya. Como detalla, la ONG adventista se puso en contacto con Bancosol «para ver cómo actuar en esos casos de emergencias», dado que se trataba de familias que nunca antes habían recibido alimento. Finalmente, el reparto se pudo hacer con control y sin problemas.

Los voluntarios reparten alimentos a familias necesitadas, en coordinación con los servicios sociales municipales.

Los voluntarios reparten alimentos a familias necesitadas, en coordinación con los servicios sociales municipales. / A.V.

En la actualidad, ADRA recibe alimentos de Bancosol y es esta entidad la que a su vez le hace llegar, una vez al semestre, los fondos FEAD de la Unión Europea.

La ONG de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está además en contacto permanente con los servicios sociales, que les envía las familias a las que distribuye alimentos una vez al mes, actualmente cerca de una treintena. Entre ellas también atiende a algunas de la desaparecida asociación benéfica del Padre Huelin.

Eliud Vega explica que, en casos concretos, han llegado a entregar la comida en las casas, como el caso de una persona aquejada de un ictus en Alhaurín de la Torre.

«Es consolar a las personas»

Quien ha sido muchos años responsable de ADRA es Mari Carmen Molina, adventista desde 1970. Mari Carmen recuerda que en los 70 una entidad parecida ya cumplía una labor social en Málaga y que tras las inundaciones de 1989 repartieron comida y también ropa a los afectados.

Para Mari Carmen, tratar de ayudar al prójimo es algo que le «apasiona» y remarca que no consiste, únicamente, en la mera entrega de una bolsa de comida. «Es además animar a las personas y consolarlas cuando alguna vez han llegado desanimados o llorando. Es llegar al corazón porque se puede tener hambre de comida o de que te den respeto».

«Como cristianos intentamos ayudar en todo lo que podemos», precisa Eliud Vega.

Un grupo de voluntarios ordena los alimentos recibidos.

Un grupo de voluntarios ordena los alimentos recibidos. / A.V.

A su lado está Andrés Plaza, nacido hace 79 años en Alhaurín de la Torre y el malagueño que más años lleva en la Iglesia Adventista, además del primero que contrajo matrimonio en esta fe. En Málaga capital sigue siendo muy conocido porque ha sido frutero 55 años. «Tenía la frutería al lado de la Peña Los Corazones», explica. Andrés reconoce que le gusta «muchísimo ayudar a los demás», algo que comparte Mariano Carrasco, de 44 años, que anima a los malagueños a colaborar.

En el otro lado, el de las familias que reciben alimento, se encuentra Luz Marleni, que trabajaba en la ayuda a domicilio pero que ahora debe cuidar de su hija invidente, con un 99 de discapacidad y que no recibe pensión. «En este momento vivo para ella. Estoy muy agradecida a ADRA porque me cubre una parte de los gastos», confiesa.

Es la ONG de los adventistas, con muchas ganas de servir a los demás.

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