Rechazan pedir a Madrid que cambie el nombre de la calle Baleares

Dos mociones abordaron ayer, en la Comisión de Derechos Sociales y Cultura del Ayuntamiento de Málaga, el cambio de nombre de una calle de Madrid, tras una sentencia judicial, de Barco Sinaia a Crucero Baleares, un barco este último que participó en el bombardeo de civiles que huían por la Carretera de Almería. Las mociones del PSOE, defendida por Lorena Doña, y de IU y Podemos, presentada por Remedios Ramos, hacían hincapié en la necesidad de iniciar los trámites para cambiar el nombre.

Así, se rechazó, por ocho votos contra siete, la moción del PSOE: Málaga no pedirá a Madrid que se cambie el nombre, no reprobará al equipo de gobierno madrileño y se rechazó cambiar el nombre de la calle que va al aeropuerto.

También se rechazó, por ocho votos a siete, mostrar su disgusto con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP) ni el dolor e indignación causados por su decisión, y se rechazó solicitar al alcalde, Francisco de la Torre, que escriba a su homólogo madrileño para que reconsidere su decisión. El PSOE, por cierto, se abstuvo en la propuesta para reprobar al regidor madrileño.

Lorena Doña destacó que muchas familias «sufrieron esa barbarie, 13.000 personas murieron» y tachó de «no comprensible» que el alcalde no haya trasladado al regidor madrileño la indignación que ello ha causado en Málaga. «Para De la Torre, la barbarie franquista, el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y los sentimientos de las familias nunca han sido una prioridad».

Remedios Ramos también destacó la magnitud de la masacre, y Noelia Losada, portavoz de Cs, volvió a decir que su partido condena el régimen franquista, y todas las dictaduras, incluida la cubana y destacó que la decisión de Madrid estuvo motivada por una sentencia que ha habido que cumplir. Luis Verde, concejal de Educación, habló de «concordia» y destacó que, más allá de los bandos, esa Guerra Civil se llevó «a muchas familias por delante». Criticó que el PSOE llamase a los funcionarios del Consistorio «inoperantes y arbitrarios», lo que rechazó Doña de forma muy enérgica, ya que, según dijo, no se refería en ningún caso a los trabajadores municipales.