Entrevista | Álvaro Simón de Blas Director general de la incubadora de empresas BIC Euronova de Málaga.

«Captar una startup es cada vez más duro; hay mucha competencia»

Situada en el Málaga Tech Park (PTA), es la más veterana de toda la provincia. Su responsable desde los orígenes, Álvaro Simón de Blas, destaca que casi el 80% de las firmas tutorizadas en este centro sobreviven y celebra el actual éxito de la Málaga tecnológica. «Lo dije y lo mantengo: Málaga puede tener condiciones incluso mejores que el Silicon Valley para atraer talento». «Somos la cantera del PTA, ése ha sido nuestro objetivo desde hace 30 años»

Álvaro Simón de Blas, en el acto del 30 aniversario del BIC celebrado este pasado viernes.

Álvaro Simón de Blas, en el acto del 30 aniversario del BIC celebrado este pasado viernes. / josé vicente rodríguez. málaga

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La incubadora de empresas BIC Euronova, situada en el Málaga Tech Park (PTA), ha celebrado esta semana su 30 aniversario con un balance de 500 compañías tecnológicas forjadas en sus instalaciones y más de 5.200 puestos de trabajo generados. Su vital contribución al éxito de la tecnópolis se resume en un dato: el 25% de las más de 600 empresas que hay instaladas en el PTA se gestaron en este espacio de innovación. Entre las startups que nacieron en el BIC hay nombres como los de Aertec, Arelance, Epes 061, Ebury, Hispasec (que dio luego origen a Virus Total), ICCS, Ingenia, King´s Buffets, Lynka o Sequel, entre muchos otros.

¿Se imaginaba a inicios de los años 90 que lograrían esta trayectoria?

Para nada, era una aventura que se lanzó con el apoyo de los mismos socios que hay ahora (el Ayuntamiento, Unicaja y la Junta de Andalucía) más el Ministerio de Industria y la Comisión Europea. No sabíamos si el modelo iba a germinar en Málaga o no, todo era muy experimental. De hecho, la Comisión Europea dijo que su apoyo era de dos años y medio y que luego teníamos que volar solos. Pero el modelo germinó, y lo hizo muy bien, como demuestran sus resultados. Cuando arrancamos, el PTA estaba en ciernes, con un modelo de implantación empresarial y de formación absolutamente novedoso. Los parques estaban naciendo en esos años, y también muchos otros BIC que hay en España y en Europa. Recuerdo que cuando salías por la tarde del trabajo se te cruzaban los conejos por las calles del PTA, porque esto era una finca agrícola recién urbanizada.

El 25% de las empresas instaladas en el PTA han pasado por el BIC Euronova, ¿se sienten como los responsables de la cantera de un equipo de fútbol?

Absolutamente. Somos la cantera del PTA, pero es que ese era precisamente nuestro papel desde el principio. El objetivo era forjar empresas para que luego se quedaran en la tecnópolis, surtir de sangre a este sistema para fortalecerlo y que, a su vez, pudieran crearse nuevas compañías. Luego todo se fue diversificando más: algunas de las empresas surgidas en el BIC se han quedado en el PTA y otras se han ido a otros puntos de Málaga. Los empresarios que han pasado por nuestras instalaciones suelen decirnos también que somos como un colegio mayor, donde la gente se relaciona, puede hacer networking y sale con una formación mucho más completa que si hubiera comenzado en solitario.

Sorprende que ocho de cada diez empresas que salen del BIC sobrevivan.

En España, la tasa dice que ocho de cada diez empresas fracasan antes de cumplir los tres años. Pues en nuestro caso es al revés, ocho de cada diez sobreviven incluso tomando como referencia los cinco años desde su creación. Todo ello, pese a que el sector tecnológico es ciertamente de gran riesgo empresarial por su constante cambio. Nos sentimos muy orgullosos de esa ratio.

¿Al que se aloja en el BIC hay que ir a buscarlo o vienen ellos a pedir instalarse aquí?

Somos muy proactivos. Vamos a buscar el talento fuera. El emprendedor puede ser un joven que quiere montar una empresa de primeras, pero es más habitual que sean personas con una experiencia laboral previa que se lanzan a crear su propio negocio. Y tenemos que buscarlos a todos, ya sea en los foros tecnológicos o en la Universidad. Fuimos la incubadora pionera en Málaga, pero ahora hay toda una red de incubadoras y aceleradoras públicas y privadas, y captar una startup con un buen proyecto de futuro es cada vez más duro. Hay mucha competencia. Se podría asemejar al fútbol, donde hay que tener ojeadores, no solo a nivel local, sino participando en redes españolas y europeas.

Tienen cada vez más startups extranjeras.

Ésa ha sido una de las claves del BIC Euronova de Málaga. Hemos sido capaces de atraer talento y empresas de fuera. De hecho, el 20% de las empresas que tenemos ahora acogidas son extranjeras. El BIC siempre ha tenido esa vocación, pero quizá la hemos potenciado más en estos últimos años como propuesta de valor diferenciadora sobre otras incubadoras de Málaga. Al haber más competencia, tienes que diferenciarte de alguna manera, al margen de los servicios que das.

En toda esa captación, imagino que el reclamo de la Málaga tecnológica, muy pujante estos últimos años, ayuda bastante.

Totalmente. La marca Málaga, acompañada por todo lo que se hace desde el PTA, se vende muy bien y es conocida ya internacionalmente. Todo eso ha hecho que la ciudad no sea vista sólo como un destino vacacional, sino también de trabajo.

Han acogido empresas que luego han obtenido mucha dimensión, caso de Ingenia, Aertec, Sequel, Virus Total o Ebury ¿Cuál es la clave para que una pyme dé el salto a gran firma?

La única mentalidad posible es que el empresario quiera arriesgar más y tenga ganas de crecer. Hay empresas que no tienen tanta vocación de crecimiento. Los casos mencionados y otros han crecido porque sus fundadores tuvieron la voluntad de hacer compañías globales. Más allá de los problemas de cualquier empresa (por ejemplo, el acceso a la financiación), la clave está en el liderazgo de las personas.

Quieren ustedes captar a nómadas digitales, es decir, personas que trabajen desde Málaga para otras compañías aprovechando el auge del teletrabajo.

Sí. Hemos hecho el esfuerzo de adaptar parte de nuestras instalaciones para captar a este tipo de profesionales, que quieran trabajar desde Málaga para sus empresas. Lo que pasa es que con las limitaciones de viajes que ha habido hasta ahora no ha sido tan fácil. Nos hemos sumado también al proyecto Málaga Workbay. Hay que seguir trabajando en ello.

Me dijo usted hace unos años que Málaga tenía iguales o mejores condiciones que el Silicon Valley para atraer empresas y algunos lo vieron exagerado. Pero las cosas marchan.

Ya se está viendo. Google no hace casi nunca inversiones fuera de su sede de Mountain View, y la va a hacer en Málaga. Hemos visto también los casos de Vodafone, Dekra o Globant. En su día vinieron Oracle o Accenture. Lo que dije, y lo mantengo, no era nada exagerado. Málaga tiene unas infraestructuras, un lugar tecnológico, una universidad y un clima que pueden ser incluso mejores que los de Silicon Valley de California para atraer el talento. Y veremos muchas más llegadas de empresas. Falta, eso sí, más transporte público al PTA, con el Cercanías o con el metro.

Ha surgido una gran generación de startups locales con nombres como Virus Total, Freepik, Uptodown, BeSoccer o Predictiva ¿Deben ser ejemplos vocaciones para los jóvenes?

Creo que sí. Se está desarrollando ese caldo de cultivo. Tanto en la formación que se da en la UMA como en la FP hay que poner muchos ejemplos de ese tipo. No aspiro a que cuando pregunte en una clase «¿cuántos quieren ser empresarios?» levanten la mano la mitad. Pero me conformaría con que fueran un 20%. Eso estaría muy bien.

¿Faltan profesionales en Málaga para satisfacer la altísima demanda de puestos tecnológicos que hay ahora mismo?

Sí. No paran de comentarme los problemas de las empresas para reclutar a nivel local gente con los perfiles necesarios, pero es que también los hay para traer extracoumunitarios, por retrasos en la concesión y tramitación de los visados, que entorpece la incorporación de profesionales.