Coronavirus

Las ventas de mascarillas se desploman en Málaga tras la relajación de las medidas

La crisis de suministros también afecta a las distribuidoras farmacéuticas, que encuentran dificultades para recibir ciertas materias primas

Tres jóvenes, con la mascarilla en Málaga

Tres jóvenes, con la mascarilla en Málaga / Álex Zea

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Desde que la provincia se adentró en el nivel 0 de alerta sanitaria, la población ha relajado el uso de la mascarilla, un elemento de protección que ha pasado de ser un artículo exclusivo y escaso en marzo de 2020 a casi un accesorio para combinar en función del tipo, el color o el estampado deseado.

Superados los problemas globales de suministro de mascarillas de principios de pandemia, farmacias y negocios de todo tipo se han inundado de mascarillas. No obstante, ahora empieza a darse la circunstancia de que la flexibilización de las restricciones ha lastrado la compra de este producto sanitario provocando un descenso en las ventas.

«Se hacen pedidos muchísimo más pequeños. Antes las mascarillas eran algo más primordial y ahora el tema está muchísimo más relajado», señala José Polo, gerente de Polo Pharma, una distribuidora farmacéutica de Andalucía con sede en Málaga.

En la misma línea se expresa otra distribuidora que provee a farmacias, clínicas y hospitales con la que ha contactado este periódico pero que prefiere no revelar su nombre: «Con el tema de que por la calle se puede ir sin mascarillas, sí que se está notando. Se hacen menos pedidos, la gente tiene menos precaución a la hora de andar por la calle con mascarilla».

Desde el punto de vista de los fabricantes, como es el caso de Grupo OHP, una empresa instalada en el polígono Santa Cruz que comenzó a confeccionar mascarillas debido al auge de la demanda, los pedidos de tapabocas han descendido en el sector farmacéutico aunque se han notado repuntes en otros ámbitos, como el laboral o el ocio.

«Desde que se abrieron los teatros, los restaurantes con aforo completo, mucha gente ha dejado de teletrabajar y la mascarilla es obligatoria en el centro de trabajo, han subido muchísimo los pedidos y ahí sí hemos encontrado empresas particulares y distribuidores que nos piden», apunta Pablo Krauel, técnico de Grupo OHP.

Además, Krauel cuenta que en la empresa manejan unas previsiones de descenso en la demanda de mascarillas en torno a la mitad del próximo año, cuando supone que se flexibilizará aún más su uso.

«Ahora es verdad que tenemos mucha salida en Málaga con el tema de la hostelería, de las oficinas... pero cuando eso cambie es donde notaremos un fuerte descenso de las ventas», anuncia.

Crisis de suministros

El cuello de botella que afecta al transporte de mercancías internacional también está teniendo sus efectos en el sector farmacéutico.

En algunos casos, los proveedores intermediarios ya han alertado de que los pedidos de mascarilla podrían experimentar retrasos en poco tiempo y, en otros, ya están sufriendo esas demoras en ciertos productos, según José Polo, principalmente materias primas.

«Está habiendo demoras de otros productos. Son principios activos, productos de envasado, cajas...», relata el gerente de Polo Pharma.

De hecho, en el caso de Grupo OHP, si no hubieran hecho acopio de los materiales necesarios para confeccionar las mascarillas, probablemente se hubiera visto forzada a paralizar la fabricación.

«De momento no nos afecta porque fuimos muy previsores con el material y tenemos en almacén para seguir fabricando por lo menos todo este año y la mitad de 2022», destaca Pablo Krauel, que explica que los materiales necesarios provienen de China, por lo que los precios disparados de los contenedores de los barcos harían inasumible la fabricación. «Seguramente no se fabricaría porque no compensaría, no podríamos encarecer el precio del producto por la competencia y le perderíamos dinero».

Tracking Pixel Contents