Mirando atrás

El histórico reloj de sol de El Retiro de Churriana, en horas bajas

El experto en relojes de sol Carlos Esteve Secall alerta del rápido deterioro del reloj poliédrico de sol del siglo XVII que se encuentra en el jardín barroco de El Retiro, un Bien de Interés Cultural ligado a fray Alonso de Santo Tomás, hijo natural de Felipe IV.

El profesor y arquitecto malagueño Carlos Esteve Secall toma mediciones del reloj de sol del Retiro, en 2016.

El profesor y arquitecto malagueño Carlos Esteve Secall toma mediciones del reloj de sol del Retiro, en 2016. / Archivo Carlos Esteve

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Durante casi 30 años un religioso de ‘habsburgo’ semblante, la viva estampa de su regio padre, Felipe IV, fue obispo de Málaga.

Para disimular los embarazosos amores, a su madre, doña Constanza de Osorio, la casaron con un marqués que fue destinado lejos de la corte, al pueblo malagueño de Vélez, donde en 1631 nació el hijo natural del monarca. El niño se llamaba Alonso Enríquez de Guzmán y a los 17 años renunció a sus títulos nobiliarios para convertirse en religioso dominico. Pasaría a llamarse fray Alonso de Santo Tomás.

Retrato de fray Alonso de Santo Tomás, obra de Juan Bautista Maíno.

Retrato de fray Alonso de Santo Tomás, obra de Juan Bautista Maíno. / Wikipedia

En 1664 fue nombrado obispo de Málaga, puesto que ostentaría hasta su muerte en 1692. En el año 1669 fray Alonso compró una finca cerca del pueblo de Churriana que llamó Santo Tomás del Monte. Estableció que sus frutos fueran para el convento de Santo Domingo pero se reservó su uso para descansar del ajetreo de la mitra.

Como recuerda en un trabajo para ‘Isla de Arriarán’ la catedrática de Historia del Arte y académica de San Telmo, Rosario Camacho, a partir de ese momento, el obispo hermosearía la finca con un jardín huerto que, tras su muerte, se ampliaría de suntuosas maneras con los siguientes propietarios, los condes de Buenavista. A finales del XVIII se completó la obra botánico-artística con el cuarto conde de Buenavista y su famoso jardín cortesano.

Los que hoy se conocen como los Jardines del Retiro de Churriana están catalogados como Bien de Interés Cultural desde 1984.

El reloj de los 71 relojes de sol

De la primera época, de los tiempos de fray Alonso de Santo Tomás, es una pieza excelsa del jardín que no pasa por su mejor momento.

Se trata de un precioso cuadrante solar, un reloj poliédrico de mármol que está parcialmente desmontado y que en realidad contiene nada menos que 71 relojes de sol. Entre ellos, uno en forma de cruz de Malta, custodiada por los escudos de armas del obispo dominico.

Un detalle del reloj de sol en forma de cruz de Malta, tomada por las bacterias en una foto de 2016.

Un detalle del reloj de sol en forma de cruz de Malta, tomada por las bacterias en una foto de 2016. / Archivo Carlos Esteve

Con cerca de dos metros de altura y alrededor de 350 años de antigüedad, está sufriendo «un rápido proceso de degradación».

El entrecomillado procede de un escrito enviado a esta sección por el profesor de la Universidad de Granada y doctor arquitecto Carlos Esteve Secall, experto en ‘gnomónica’, la ciencia que trata de los relojes de sol. Este profesor malagueño es además el diseñador de los que pueden verse en los paseos marítimos de Algarrobo, Torrox y en el paseo marítimo del Peñón del Cuervo de Málaga, entre otros.

En un trabajo de 2004 para la Universidad de Málaga, Carlos Esteve califica el reloj de sol de El Retiro de «pieza única, representante de la ciencia gnomónica española de la época» y detalla que consta de tres cuerpos, el tercero de ellos «desparramado por el suelo sin ningún orden ni criterio, como si de una marioneta sin cuerdas se tratase».

El experto data la construcción de la pieza en alrededor de 1670, en los inicios de la finca, además, en el trabajo antes mencionado se hace eco de lo que han aventurado algunos historiadores: «Pudo haber sido un regalo regio al ser nombrado obispo de Málaga (...), un último regalo de Felipe IV a su hijo».

«Medidas urgentes»

Pese a la importancia de este bellísimo cuadrante solar, Carlos Esteve Secall alerta en el escrito enviado a esta sección de que si no se toman «medidas urgentes» «podría ocasionar su deterioro y por supuesto generar una grave depreciación de su valor histórico-artístico e incluso su desaparición»

Para dejar constancia, aporta fotografías del ‘antes y el después’, imágenes tomadas al final del siglo pasado, en contraposición con las que hizo en 2016 y que constatan que el reloj de sol se ha deteriorado «en los últimos veinte años mucho más que en los tres siglos anteriores». 

La misma pieza, la estrella solar con el escudo del obispo, en sendas fotos de 1998 y 2016, en las que se aprecia la rápida degradación que sufre.

La misma pieza, la estrella solar con el escudo del obispo, en sendas fotos de 1998 y 2016, en las que se aprecia la rápida degradación que sufre. / Archivo Esteve Secall

A su juicio, el problema más grave es «la ausencia de radiación solar, debido a la plantación en su entorno de una gran cantidad de arboleda que impide que los rayos de sol lo iluminen».

El «exceso de sombra y de humedad en su entorno», continúa la carta, «produce una serie de patologías asociadas a la invasión de biología microorgánica por la aparición de diversas bacterias y hongos, entre otras».

El reloj de sol, cuando no padecía un exceso de sombra y le daba el sol, en una foto de 1998.

El reloj de sol, cuando no padecía un exceso de sombra y le daba el sol, en una foto de 1998. / Archivo Carlos Esteve

También señala el arquitecto que la colocación del cuadrante sobre una solería de barro, «situada supuestamente sobre una solera de hormigón pobre no impide la existencia de humedades por capilaridad que pueden llegar a erosionar el material».

Por último, reitera que es «apremiante una intervención urgente de técnicos cualificados en restauración para poner fin al continuo deterioro que está sufriendo este cuadrante solar barroco (...) único en nuestro país».

Fuente del Retiro, en una foto de 1999.

Fuente del Retiro, en una foto de 1999. / Rafael Relaño

La finca de El Retiro ha estado envuelta en la polémica en los últimos años, al negarse su propietario a cumplir con la obligación de abrir el BIC un mínimo de cuatro días al mes para que pudiera recibir visitas públicas gratuitas, como establece la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía. La negativa terminó en los juzgados.

Según una portavoz de la Delegación de Cultura, la situación se ha resuelto y las visitas ya han sido acordadas y comunicadas. El maltrecho y centenario reloj es el que no puede esperar.