Urbanismo

Málaga regularizará la situación de 26 diseminados y podrán acceder a los suministros básicos

Algunos residentes llevan más de dos décadas luchando por que se produjera este avance, ser incorporados a la ordenación urbanística de Málaga y salir así del limbo jurídico

Viviendas en el diseminado de Los Ruices. | L.O.

Viviendas en el diseminado de Los Ruices. | L.O. / josé antonio sau. málaga

José Antonio Sau

José Antonio Sau

La Gerencia Municipal de Urbanismo ultima estos días la revisión del PGOU que permitirá incorporar al planeamiento de la ciudad los asentamientos y hábitats rurales diseminados existentes en el suelo no urbanizable de la capital. Son, en total, 26, y es un proceso que lleva años en marcha en el que han ido de la mano la Gerencia y la Junta de Andalucía. De cualquier forma, ¿qué significa este paso administrativo? Según explica Raúl López, edil de Ordenación del Territorio, se llevará a pleno ya el expediente para que reciba el sí provisional a la incorporación al planeamiento de estos 26 diseminados, y luego la Junta de Andalucía es la encargada de darle el sí definitivo.

Estos son pequeños núcleos rurales existentes en la capital, que nacieron, en muchos casos, de la autoconstrucción y que estaban ligados a mínimas explotaciones agrícolas o ganaderas, pero fuera de ordenación, que es lo mismo que decir que eran invisibles y, por ejemplo, no pueden acceder a los suministros básicos (luz, agua, telecomunicaciones, gas). Si tienen luz, sufren muchos apagones y, en algunos casos, las ventas o comercios existentes en algunos de ellos tienen que contratar camiones cisterna para tener agua. Los caminos de acceso a sus viviendas o las carreteras que unen los diseminados con la ciudad están en mal estado o, a veces, sin asfaltar. Hay varios de ellos en los Montes de Málaga, pero es un problema que afecta a diseminados de toda la ciudad. En algunos de ellos, hasta hace poco no tenían ni servicio de Correos ni nadie recogía la basura. Otros llevan veinte años reclamando ser considerados como hábitats rurales diseminados y, por tanto, ser incorporados a la ordenación urbanística de Málaga como suelo no urbanizable. Salen del limbo jurídico, de forma que ahora van a recibir también la vigilancia de la Gerencia de Urbanismo para que no se produzcan desmanes constructivos al norte de la ronda. En ningún caso serán barrios consolidados de la ciudad, pero sí que van a estar en igualdad de oportunidades con el resto de sus convecinos.

La lista de hábitats rurales diseminados que se van a ver beneficiados de este paso administrativo son Locotta-San Antonio, Costilla, Los Arias, El Mallorquín, El Ciprés, Cortijo del Conde, Salinas, El Cerrillo, Cuesta del Cerrado, Casas de Lanza, Los Vázquez, Los Ruices, El Mirlo, Matagatos, Los Negro, Molino de San Telmo, Los Pintados, Cotrina, Valladares, Venta El Boticario, Venta El Detalle, Las Maravillas, La Pocaria, Las Tres Marías y Alto Jaboneros.

El objetivo del avance de Urbanismo es incorporarlos a la ordenación urbanística. Hay un caso más, el asentamiento Los Carneros, que pasaría a tener clasificación de suelo urbano no consolidado al estar «prácticamente consolidado por la edificación y ser compatible con el modelo territorial y urbanístico del municipio».

En 2019, se estableció en la materia una nueva regulación, el decreto ley 3/2019, de medidas urgentes para la adecuación territorial y ambiental de las edificaciones irregulares en Andalucía. Lo que se hizo, básicamente, fue simplificar los trámites y darle mayor potestad a los municipios para ordenar los ámbitos de agrupaciones de viviendas a través del PGOU. Todo ello conforme a criterios propios de la ciudad.

En el caso de estos diseminados, entienden los técnicos de Urbanismo, está suficientemente justificada «la vinculación de cada uno de ellos al medio agrícola, la necesidad de preservación de sus valores y su desvinculación de los núcleos urbanos. Y, respecto al asentamiento de los Carneros, el mismo reúne la densidad edificatoria y población mínima necesarias para que sea sostenible la implantación de servicios y dotaciones comunes». La incorporación de estos 26 núcleos al ámbito del PGOU «se fundamenta en razones de interés público y social, y resulta compatible con el modelo territorial y urbanístico del municipio». Además de estar vinculados al medio agrícola y necesitarse preservar sus valores, «pues se sitúan todos ellos en un entorno urbano formado por explotaciones agrícolas y pequeños huertos, las casas son de primera residencia, fundamentalmente de naturaleza rural. Casas con huertos, almacenes agrícolas, algún ganado, caminos mayoritariamente sin asfaltar, sin estructura urbana y poca urbanización, que dan idea tanto de su origen agrícola como de su integración en dicho medio rural, que los hacen dignos de protección, al formar parte ya indisoluble de dicho medio». Se justifica, asimismo, su desvinculación de los núcleos urbanos, «pues se da en cada uno de estos hábitats una identidad y autonomía y una imposibilidad de integración en la trama urbana cercana, que determinan la necesidad de su clasificación como suelo no urbanizable».