Crónicas de la ciudad
Las ‘arrugas’ del ficus de explanada de la Estación
Al ficus superviviente de la explanada le colocaron unas muletas tras el desplome de un ejemplar vecino en 2003. Ahora, las muletas lucen con grietas.

El ficus superviviente de la Explanada de la Estación. / A.V.
Hay que hermanar en el mal gusto a los perpetradores de sendos edificios que, gracias a su escasa prestancia y el lugar en el que se erigieron, forman parte, de forma merecida, de la Asociación de Inmuebles Deprimentes de Europa y Aledaños (IDEA).
La consideración de adefesios no sólo se estima por lo que son sino también por lo que hubo que demoler para levantar estas mediocridades que tanto afean el entorno. Nos referimos en primer lugar al edificio Pertika, el peor negocio en siglos de la Diócesis de Málaga, que consintió en demoler la nunca rehabilitada iglesia de la Merced para que se levantara este bodrio.
La segunda muestra de insensatez es el feo inmueble que ocupa el solar de la demolida Casa Bevan, una hermosa y notable muestra del Patrimonio Industrial de Málaga que se encontraba en la manzana a la izquierda de las Hermanitas de los Pobres. Los dos edificios tenían cierto aire de parientes.

La demolida Casa Bevan. / L.O.
La Casa Bevan, empresa exportadora de frutos secos, pasó a mejor vida para dejar paso a una construcción insulsa, incluso para los cánones de la desaparecida Alemania Oriental.
A las 9 y 5 de la mañana del 11 de marzo de 2003, a pocos metros de esta ‘insulsez’ se escuchó un estruendo. Un Ficus nitida centenario de 12 toneladas y 15 metros de altura se había venido abajo, coincidiendo con unas inoportunas obras municipales.
El árbol cayó sobre el muro del vecino Colegio de San Manuel, por fortuna sin que hubiera que lamentar ningún herido o algo peor.

Detalle del jardín de alclimatación de Badía. / L.O.
Aunque alguna vez el firmante especuló con que este árbol pudiera ser un vestigio del Jardín de Aclimatación que hasta la década de 1840 hubo en la zona, propiedad del ingeniero Francisco Javier Badía -la vecina urbanización Jardín de la Abadía recoge, erróneamente, su apellido-, por las hechuras del árbol es mucho más plausible que el ficus formara parte de los jardines delanteros de la Casa Bevan, en ese rincón de Málaga desde 1877, lo que convertiría el ficus en casi contemporáneo de los más viejos de la Alameda (de 1876).

Detalle de una de las muletas agrietadas. / A.V.
Por suerte, quedó en pie un segundo ficus de enormes hechuras, este claramente situado en lo que fueron los antiguos jardines de la casa. Para evitar que también se cayera con todo el equipo, el Ayuntamiento le colocó un par de recias muletas, suponemos que de hormigón, para que aguantaran el peso de las ramas. La buena noticia es que el ficus aguanta el tipo. La mala, que las ‘muletas’ lucen unas grietas que son más que arrugas. Habrá que estar atentos para evitar otra gran pérdida.

Otra de las grietas. / A.V.
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