Bernardo de Gálvez, frente a los apaches

Después del éxito de ‘Sucedió en Málaga’ y ‘Sucedió en Málaga también’, las dos novelas con atractivos episodios entrelazados de la Historia de Málaga, que entre las dos ya suman 15 ediciones, Patrick Tuite Briales vuelve a las librerías, esta vez, con un relato lleno de brío y aventuras, que lleva por título ‘Bernardo de Gálvez y los apaches’.

La obra, con un precio de 10 euros y en Ediciones del Genal, la publica a beneficio íntegro de la Librería Proteo, que sufrió un importante incendio el pasado mes de mayo.

Precisamente mañana viernes, en la Feria del Libro, el escritor estará firmando ejemplares de la nueva obra, de 6 a 7 de la tarde en la caseta de Proteo de la plaza de la Marina.

«Para apoyar a la librería he cedido los derechos de autor, a ver si este granito de arena le sirve para que remonten algo», cuenta este afable malagueño, que por sus apellidos parece seguir la estela de muchos de los que durante los siglos XVIII y XIX forjaron la ciudad, pues es hijo de irlandés y de perchelera. «Mi padre vino aquí de vacaciones en 1953, conoció a mi madre y se quedó aquí», cuenta.

De su nueva obra explica que le vino a la cabeza «porque era un personaje que no había tocado en los dos libros anteriores; aunque pasó la inmensa parte de su vida fuera de Málaga, es un personaje malagueño con mucha historia aquí y fuera de Málaga; había que citarlo».

Como detalla, para abordar al militar y estadista de Macharaviaya decidió aproximarse a una etapa de su vida mucho menos conocida que su papel en la Guerra de Independencia americana: «Me quedé ‘alucinado’ cuando me enteré de que Bernardo de Gálvez luchó contra los apaches; mi idea que tenía de ellos era de las películas de John Ford con John Wayne y resulta que esas peleas ya las protagonizaron los españoles siglos antes», confiesa.

El libro, que tiene detrás muchas horas de documentación, le ha permitido rescatar esas luchas fronterizas en el Virreinato de Nueva España, en las que, como explica en la obra, Gálvez «nunca fue partidario de organizar grandes expediciones de castigo contra los nativos americanos y se dedicó a impulsar la creación de unidades militares menores para enfrentarse a ellos».

Los vigilantes de la frontera

Una de esas unidades, cuenta el autor, fueron los ‘dragones de cuera’. «Recorrían miles de kilómetros a caballo patrullando la línea de frontera, el nombre les viene porque tenían hasta siete capas de cuero y con ellas se protegían de las flechas de los indios, eran como las armaduras del pasado pero mucho más livianas», explica.

Patrick Tuite, que compagina la literatura con su trabajo como responsable de un laboratorio de análisis químicos en el Puerto, dependiente del Ministerio de Industria, desvela que Bernardo de Gálvez terminó decantándose «por llevar a cabo una política de paz y entendimiento con las tribus más hostiles». «El libro trata precisamente de esta etapa más desconocida de su vida». Ya en las librerías, a beneficio de Proteo.