Harry Potter

Quidditch, el deporte mágico se juega en Málaga

Están acostumbrados a las caras de extrañeza o a las bromas sobre cómo hacen volar las escobas cuando les cuentan a la gente que juegan al quidditch, pero eso nunca les ha frenado. Los Málaga Vikings llevan más de seis años jugando y compitiendo a nivel nacional e internacional

Los Málaga Vikings en la final de la VI Copa de España de Quidditch.

Los Málaga Vikings en la final de la VI Copa de España de Quidditch. / L. O.

Arancha Tejero

Cualquier fan de Harry Potter ha soñado alguna vez con ser buscador y capturar la ‘snitch dorada’ ganando 150 puntos para su casa. Hace seis años, en la Universidad de Málaga esto dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad.

En 2014, un grupo de cuatro estudiantes, como los cuatro fundadores de las casas de Hogwarts, decidieron reunirse en una mesa de la cafetería de la Facultad de Filosofía y Letras con la idea, que algunos pudieran considerar descabellada, de montarse en sus ‘escobas’ y crear un equipo de quidditch: el Málaga Vikings. Así nació uno de los primeros equipos españoles de este peculiar deporte. Actualmente, junto a Sevilla, son uno de los equipos más grandes y activos de España, 20 jugadores fueron a competir al Campeonato Nacional.

El mundo mágico de J.K. Rowling que ha fascinado y sigue fascinando a millones de lectores, permitió al equipo crecer rápidamente. «En un año conseguimos equipo para jugar nuestro primer torneo nacional y en dos años nos convertimos en deporte universitario y competimos a nivel internacional en Italia», cuenta una de sus fundadoras, Paula Marmolejo, estudiante por aquel entonces de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Málaga. El resto, como dice Paula, es historia. «Ahora, siete años más tarde, el equipo sigue en pie, aunque estamos perdiendo fuelle», dice. En su caso, gracias al quidditch consiguió trabajo en una agencia de marketing en Londres, donde trabaja actualmente.

Cada vez que se habla del quidditch se alzan miradas escépticas sobre la legitimidad de esta actividad como deporte. Sin embargo, lo que comenzó como un invento de J.K. Rowling, reducido a las novelas y a la gran pantalla, ha demostrado no ser solo una moda pasajera, sino que ha llegado para quedarse, prueba de ello son los campeonatos que existen tanto a nivel nacional como internacional. Este original deporte cuenta con seguidores por toda la península y se practica en más de 30 países en todo el mundo.

Alberto García, actual entrenador del equipo, explica que el quidditch comenzó en EEUU como una «verdadera frikada» con gente disfrazada de dementores y sin apenas reglas. Pero, poco a poco, se fue viendo que podía ser un deporte más serio y fue evolucionando y expandiendo a otros países. «Nadie nunca ha ganado a Estados Unidos, y junto a Australia e Inglaterra, son los equipos con más nivel», afirmó.

Pero, ¿y cómo se juega este deporte sin volar ni balones embrujados? Aunque las escobas no vuelen, esta modalidad sigue unas reglas muy similares a las de la ficción, en las que cazadores, golpeadores, guardianes y buscadores pelearán por la victoria.

Los siete jugadores de cada equipo deberán luchar por conseguir el máximo número posible de puntos tratando de pasar una pelota (‘quaffle’) por uno de los tres aros del equipo contrario, mientras evitan ser placados o golpeados por una de las tres pelotas (‘bludgers’). En definitiva, una mezcla de rugby, balonmano y mate, pero con cuatro pelotas a la vez volando por el campo.

Al igual que en la ficción, la ‘snitch dorada’ es la pelota más preciada del juego. Para que los muggles (personas no mágicas) lo entiendan, en el mundo mágico es una bola que vuela a su antojo, pero que en la realidad es «una persona neutral vestida de amarillo con una pelota atada a la espalda que tiene que tratar de que no se la quiten», explica Alberto. El buscador, que sale en el minuto 18, tras haber salido la snitch en el 17, que la capture sumará 30 puntos en el marcador dando por finalizado el partido. «Aporta un plus de emoción porque puede ser muy decisivo para ganar o para resucitar al equipo que va muy detrás en puntuación», dice Natalia. «En nuestro caso fue muy decisivo para ganar la copa», añade Irene.

Los Málaga Vikings, el pasado 29 de octubre, ganaron el pase al Campeonato Europeo, tras vencer a los vigentes campeones de España, de A Coruña. Después de 30 tensos minutos, Málaga logró capturar la snitch dando por acabado el partido y ganando la VI Copa de España de Quidditch, que se disputó en Huelva y en la que se enfrentaron ocho equipos de todo el país.

Campeonato europeo

Ahora el equipo malagueño se prepara su siguiente reto: representar a España en la Champions del Quidditch, el Campeonato Europeo, que se celebrará en abril en Irlanda, donde tendrán que competir contra 30 países para llevarse el «el ansiado oro malagueño», como lo define Alberto, que ya se les escapó en los dos últimos años en los que regresaron con un bronce y plata.

«Se prejuzga mucho pero luego se disfruta», comenta Jesús. Admiten estar un poco hartos de los comentarios de la gente sobre cómo vuelan o si usan escobas de verdad. «Es normal que se prejuzgue, pero hay que tomárselo con humor porque sino te arruina un poco» , opina Alberto. Coinciden en que, sin duda, lo que más impacta o echa para atrás son ‘las escobas’ o la ‘snitch’. No obstante, esperan que con el tiempo se acabe desligando por completo del mundo mágico, y se considere como un deporte más.

Un deporte inclusivo

Los jugadores señalan que uno de los aspectos que más suele sorprender es que los equipos deben ser mixtos, pues así lo indica el reglamento internacional. A pesar de ello, lamentan que aún sigue siendo un deporte mayoritariamente masculino.

El boca a boca es su mayor aliado. Tanto Alberto García, como Irene Ferrández, Jesús Valverde y Natalia Gómez, actuales miembros del equipo, se animaron a probar porque un amigo les habló de ello. «El único requisito para entrar es no prejuzgarlo y disfrutar» indica Jesús. Practican dos veces por semana y los entrenamientos están abiertos a todo el mundo, de manera que cualquiera puede ir a probar, y descubrir este ‘mágico deporte’.