Crónicas de la ciudad

Vida inteligente en varias pintadas de la UMA

Los banquitos del arboretum de la Universidad de Málaga conservan encendidas reflexiones sobre el ser, el amor y algún posible cate

Vista del arboretum con uno de los bancos, esta semana

Vista del arboretum con uno de los bancos, esta semana / A. V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Málaga

Muchas de las pintadas que ensucian céntricas paredes de Málaga, veteranos monumentos, murallones cargados de años y hasta murales barrocos de nuestra ciudad pueden calificarse, sin asomo de exageración, de excrecencias realizadas con espray.

Los autores que perpetran estas garruladas evocan homínidos mucho menos evolucionados que los que dieron con sus huesos en la sima de Atapuerca.

Sin embargo, en el proceloso mundo de las pintadas gamberras hay grados de ejecución que evidencian si su autor es una simple mamífero capacitado para agarrar bien un espray o si, además, podemos encontrar en sus trazos vida inteligente.

A la segunda categoría pertenece un curioso conjunto de pintadas que adornan los pétreos bancos de un parquecito de la Universidad de Málaga, en el Campus de Teatinos.

Se trata del arboretum de la UMA, un paseo botánico por medio mundo, con carteles indicativos que, estos sí, necesitan un repuesto urgente porque, descoloridos por el sol y rotos recuerdan al mapa de Bonanza.

El caso es que esta isleta verde, delante del Jardín Botánico y la Facultad de Ciencias, cuenta con esta interesante muestra de pintadas, que parecen meditar en su mayoría sobre lo más clásico de la etapa universitaria: la vida y el amor.

Como saben, los cantantes con más tirón en España, por muchos años de carrera que lleven a sus espaldas, sólo componen dos únicos tipos de canciones: las que subrayan lo muchísimo que quieren y desean al ser querido y las que lo evocan desgarrados o despechados, tras una problemática ruptura.

En esta línea se puede mencionar la siguiente conclusión amorosa-ontológica, escrita en una bella caligrafía: «Fuimos una de esas historias que no estaban destinadas a ser».

Más zalamera es la siguiente: «Tú eres mis nervios + bonitos». Y en el campo del éxtasis amoroso tenemos: «Hasta la próxima vida, mi amor», acompañada, claro, de un corazón.

Más enigmática y firmada por ‘Frida Kahlo’ es la que reza: «Si te vieras con mis ojos...entenderías...». Lástima que no se viera con sus icónicas cejas.

En cuanto a «The art of eye contact» acompañada de un ojo dibujado, exalta en código cultureta el contacto visual, tan alicaído en estos tiempos en los que gran parte de la Humanidad mira cabizbaja el móvil.

Termina este paseo con un estremecedor grito de auxilio de un probable mal estudiante: «Antonio Javier G, un palo tras otro palo. Quiero la muerte, ¡ya!». Todo a su tiempo, Antonio.

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