Crónicas de la ciudad

Pintadas ‘trogloditas’ en la fachada de Proteo

Como la librería no tiene suficiente con el pasado incendio, un ser del Paleolítico se ha dedicado a dejar varias firmas en la fachada del edificio, que está siendo rehabilitado

Pintadas en el edificio de la Librería Proteo, en plena rehabilitación y también en el contiguo.

Pintadas en el edificio de la Librería Proteo, en plena rehabilitación y también en el contiguo. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Entre las muchas explicaciones que se ofrecen del arte rupestre, una de las más clásicas es la que identifica estas pinturas con rituales mágicos de caza. Y así, en estos ritos no habría que descartar un simbólico ataque a los animales representados en las cuevas, por parte de los cazadores que, al día siguiente, iban a jugarse el tipo para encontrar pitanza para la tribu.

Estaríamos entonces ante una de las más primitivas manifestaciones de ataques simbólicos a un objeto. Y tampoco hay que olvidar raspaduras como las que se aprecian en algunos rincones de la Cueva del Tesoro, posible rito de comunicación con el mundo de los muertos, que se encontrarían al otro lado de la pared de piedra.

Estos milenarios ritos chamánicos, lamentablemente, se han perdido casi por completo y hoy sólo subsisten en el Congreso de los Diputados, gracias a arcaicas formaciones nacionalistas que, aún en contra de los tiempos, reivindican la magia y el mito con pingües resultados.

Y aunque el auriñaciense haya quedado atrás hace muchas lunas y hoy imperen los muebles de Ikea, huellas de ese pasado arcano las encontramos todavía en Málaga gracias a la frustración pictórica de unos cuantos de nuestros aborígenes malaguitas.

Porque, dado que no nacieron para pintores, retoman los ritos prehistóricos para atentar contra objetos y para ello se limitan a cambiar la lanza por el espray y salga el sol por Antequera.

El problema una vez más es su ceguera mental, porque en el caso que nos ocupa, nuestros paisanos trogloditas han querido ver un bisonte donde se encontraba el precioso edificio de la Librería Proteo, en la Puerta de Buenaventura.

Como saben, la librería más antigua de Málaga trata de salir del hoyo tras un terrible incendio sufrido en mayo por un fallo eléctrico que le ha causado pérdidas cuantiosísimas.

En unas semanas en las que, con todo el esfuerzo del mundo y todavía sin saber si podrán seguir adelante, dadas las dificultades económicas, están rehabilitando su sede, llegó este Picasso del Paleolítico para dejar su huella en la fachada en forma de pintadas.

Las firmas -porque el mastuerzo ha dejado varias, también en un precioso edificio vecino- evidencian que estamos ante un ser de la Edad de Piedra, cuestión esta que los paleoantropólogos deberían investigar, no vaya a ser que en Málaga viva el eslabón perdido y esté gastando energías ensuciando los edificios más hermosos del Centro Histórico. Demos con él y salgamos de dudas. Ánimo.