Economía

La crisis de suministros y la sexta ola ralentizan el crecimiento de Málaga

El Colegio de Economistas y Analistas Económicos cree que los problemas en el comercio mundial, la inflación o la incertidumbre provocada por Ómicron rebajarán en torno a un punto la subida del PIB en este 2021, que se preveía del 6,9%

Una imagen de personas de compras por las calles del Centro en esta campaña navideña.

Una imagen de personas de compras por las calles del Centro en esta campaña navideña. / Gregorio Marrero

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

La crisis de suministros y materias primas que desde hace meses vive el comercio a nivel mundial y la sexta ola de la pandemia protagonizada por la variante Ómicron están provocando una ralentización del crecimiento económico que retrasará el horizonte previsto para la recuperación plena de la actividad. Los más optimistas pensaban que, siempre que el impacto de la pandemia fuera remitiendo, ese momento llegaría a lo largo de 2022, aunque las actuales circunstancias hacen pensar que habrá esperar, cuando menos, a 2023. De momento, todas las instituciones internacionales o nacionales (FMI, OCDE o Banco de España) ya han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía española en este 2021, que si hasta hace unos meses eran superiores al 6% ahora se quedan en el 4,5%. Tan sólo el Gobierno sigue pronosticando un 6,5%.

¿Y qué puede ocurrir en el caso de Andalucía y de Málaga? Tanto Analistas Económicos de Andalucía (el gabinete de Estudios del Grupo Unicaja) como el Colegio de Economistas de Málaga coinciden en que el avance del PIB que se manejaba hace unos meses para la provincia (un 6,9%, la mayor tasa de toda la comunidad, que se movía en una media del 6,2%) se puede reducir en algunas décimas, cuando no en algo más de un punto, aunque destacan que son cálculos muy preliminares que tendrán que afinarse en las primeras semanas de este próximo año. La subida podría estar así en torno al 5% en el caso de la comunidad andaluza y de una cifra ligeramente superior en el caso de Málaga.

La coordinadora de informes de Analistas Económicos de Andalucía, Felisa Becerra, afirma a este periódico que los problemas en el transporte mundial, la subida de los precios de la energía y su impacto en la inflación (que ha podido restar capacidad de gasto en los hogares), además de las nuevas incertidumbres en torno a la pandemia con la variante Ómicron, son algunos de los factores que han frenado la velocidad de crecimiento de la producción. En todo caso, recuerda que los indicadores son positivos y que en Málaga, por ejemplo, el empleo, la venta de viviendas o las exportaciones ya muestran niveles casi similares o incluso superiores a los de antes de la pandemia.

«Todo hace indicar que la recuperación está yendo a menor ritmo del que se esperaba hace unos meses, y eso afectará también a 2022 si arrancamos el año con nuevas restricciones. Pero hay que recordar también que el PIB se está recuperando más lentamente que el empleo, porque medidas como los ERTE han servido para evitar un mayor deterioro del mercado de trabajo», señala.

La realidad es que Málaga mantiene un crecimiento más sostenido y acentuado que el resto del país y eso es debido, según los expertos, a la particular configuración del tejido productivo malagueño (dominado por el sector servicios y con poco peso de la industrial tradicional), que ha servido en este caso de factor acelerador. Y es que el turismo se está recuperando de la pandemia a mejor ritmo que otros sectores como el industrial. Así, si el PIB de Málaga cayó en mayor medida que el de España y Andalucía en el pésimo ejercicio de 2020 (se redujo un 14%, cuando en la comunidad y el país lo hizo algo por encima del 10%) debido al peso del turismo, eso mismo le ha servido para recuperarse más rápido.

Becerra señala, sin embargo, que al turismo todavía le queda bastante por recuperar, a expensas de que el flujo de visitantes extranjeros pueda normalizarse. El dinamismo económico y empresarial de Málaga, de cualquier forma, la sigue situando en las previsiones a la cabeza del crecimiento andaluz tanto en 2021 como, se supone, en 2022.

Final de año peor de lo previsto

Por su parte, el decano del Colegio de Economistas, Juan Carlos Robles, afirma que los problemas de escasez de suministros en el comercio mundial y la posibilidad de nuevas restricciones de movilidad han sido «un varapalo» para la economía porque han despertado de nuevo el «miedo» entre inversores y consumidores.

«El crecimiento del año no va a ser el esperado y en Andalucía y Málaga puede estar en torno al 5%, aunque tendremos que estudiar bien los datos en las próximas semanas. El problema sanitario ha derivado también en tensiones en las cadenas de transportes y suministros a nivel internacional», ha lamentado. Robles también menciona dos temas de calado en estas fechas: por un lado, la reforma laboral que negocia el Gobierno con sindicatos y empresarios; y, por otro, el proyecto de reforma de la nueva Ley Concursal, que traspone la directiva europea de insolvencias y con el que el Gobierno pretende salvar empresas viables que no pueden afrontar sus deudas por la crisis derivada de la pandemia.

Respecto a esta última, el decano cree que el proyecto tiene deficiencias que deberán corregirse en la tramitación parlamentaria, antes de su entrada en vigor prevista para junio de 2022. Justo en esa fecha, además, expira la actual moratoria que exime a las empresas en problemas de no entrar en concurso de acreedores.

Casi tantas empresas y empleo como antes del Covid

A nivel empresarial, el último dato es de noviembre, y refleja que Málaga tiene 55.379 empresas de alta en la Seguridad Social, cada vez más cerca de los niveles de antes de la pandemia, cuando el parque se movía en torno a las 56.000. El año 2021 deja una tónica de reactivación, lo que ha permitido a Málaga sumar casi 3.000 nuevas empresas a su censo desde marzo, cuando tenía unas 52.400.

La debacle económica que sufrió la provincia en 2020 (especialmente intensa por la parálisis a la que se vio sometida su principal industria, el turismo) llegó a dejar la cota de empresas inscritas en la Seguridad Social durante los compases iniciales de la pandemia, tras la declaración del estado de alarma y el parón de toda la actividad no esencial, por debajo de las 50.000 firmas, aunque con el paso de los meses la situación fue mejorando. Afortunadamente, muchas de las empresas que desaparecieron esos meses del censo no habían muerto, sino que paralizaron de forma temporal su cotización como empleadoras a la espera de que volviera a reanudarse poco a poco la actividad, según recuerda la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM).

En materia de empleo, los datos dan un total de 640.881 cotizantes, 39.342 empleos más que hace un año, y también está por encima de las cifras prepandemia, ya que en noviembre de 2019 había 626.083 afiliados, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

El volumen de paro también cae en el balance del año. Málaga registra ahora 153.025 parados, 41.554 menos que hace un año. Este descenso interanual es el segundo más elevado del país, sólo por detrás de los 84.842 parados que redujo Barcelona en los últimos doce meses. Pero la comparativa más importante para comprobar si el mercado laboral se está normalizando es con respecto a los niveles de la prepandemia. Así, en noviembre de 2019 (es decir, en el último año de actividad normalizada) la cifra de parados era de 149.545, por lo que ahora hay aún 3.500 más que entonces.