Crónicas de Málaga

La venta de Repsol, los miedos de la ciudad y nuevos horizontes

"Avanzan los trámites en Repsol y San Rafael y hay quien ya se preocupa por la próxima Semana Santa"

Imagen de los terrenos de Repsol.

Imagen de los terrenos de Repsol. / L.O.

José Antonio Sau

José Antonio Sau

Repsol sale a la venta en diciembre. Como la lotería. Fue el pasado lunes. El jueves se aprobó la enajenación. Salen a subasta pública cinco unidades de suelo que acogerán tres edificios en altura y dos zócalos comerciales en los que se quiere que se instalen oficinas. En total, el precio de salida suma 43,7 millones de euros sin IVA. Y hay una veintena de constructoras, fondos de inversión y promotoras interesadas. Supongo que la licitación estará lista en enero. Además, allí se va a hacer un parque de 80.000 metros cuadrados (la parcela tiene, en total, casi 180.000 metros cuadrados), un aparcamiento subterráneo y un edificio de VPO. Falta por saber qué hará el banco malo, la Sareb, con su torre. Ya saben que la oposición y buena parte de la ciudadanía quieren un parque urbano, un bosque que ocupe toda la pastilla que creará una nueva centralidad. Ese sueño ciudadano, de momento, ha muerto en los despachos. Está por ver cómo se rearman los colectivos, cómo contestan, qué pasos siguen para tratar de paralizar la intención municipal. Y habrá que ver también qué hace la oposición, el PSOE, IU y Podemos. Recuerden que hay desarrollos importantísimos previstos además en esa zona: por ejemplo, Urbanismo impulsa ahora el desarrollo de una pastilla de la capital conocida como SUNC-R-P.2-B ‘Camino de San Rafael’, conformada por 233.830 metros cuadrados y que coincide exactamente con la delimitación del polígono industrial de la zona. Así, en esta superficie se prevén en torno a 2.000 viviendas, doscientas de ellas de Protección Oficial, en lo que será, dentro de unos años, un nuevo barrio en el distrito Cruz de Humilladero, aunque muy cercano a Carretera de Cádiz. Además, este suelo colinda con la zona que acogerá el ecobarrio de Málaga capital, la conocida como ‘Manzana Verde’. Este último cuenta con 91.000 metros cuadrados de superficie y en él se ha previsto la construcción de 12 edificaciones residenciales con 963 viviendas, 803 VPO. Para que ese ecobarrio pueda ejecutarse, habrán de trasladarse tanto las dependencias de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) como la sede de Servicios Operativos, algo que ya se ha previsto (esta es la zona SUNC-R-P.2-A). Hay quien advierte del caos de tráfico que se generará en la zona, aunque supongo que las mentes pensantes ya estarán dándole a la cabeza.

Por cierto, que ya se ha empezado a desarrollar el planeamiento de las últimas parcelas vírgenes de la fachada litoral oeste, hoy una magnífica realidad que, aunque tiene partes criticables, como esos edificios horribles que, desde la perspectiva de la playa de la Misericordia, tapan el esplendoroso edificio de Tabacalera con esa plaza flacucha y desangelada, es una magnífica realidad.

Comentados los avances administrativos y de gestión de la semana, es imposible soslayar en esta columna que estalla en pleno domingo de las fiestas navideñas el estado de ánimo que se aprecia en los círculos íntimos de todos y cada uno de nosotros, lo que se acompaña de la desesperante gestión de una baja en el SAS, sus servicios telefónicos asociados y la saturación de la Atención Primaria. Los recortes, parece, han venido a ayudar a que crezca la indignación entre una ciudadanía que no sólo tiene que batallar con el covid, sino a la que le es imposible tramitar una baja en tiempo y forma o acudir al médico. Buena parte de culpa de lo que ocurre, por cierto, es de esos antivacunas, que son pocos, afortunadamente, pero cuya irresponsable conducta, no sólo en Málaga, sino en toda Europa, nos está poniendo a todos contra las cuerdas. Pensaba estos días también en esos menús de Nochebuena y Navidad que han entregado las asociaciones solidarias malagueñas con el fin de que nadie pase estas fiestas por el mal trago de no tener qué llevarse a la boca, en los mensajes contradictorios de pedir prudencia a los malagueños y tener las luces de calles Larios encendidas con ese espectáculo que, aunque lo neguemos, le gusta a mucha gente de dentro y de fuera, aunque a mí me deje frío y crea que hay otros modelos; también pensaba en los agoreros que ya están pregonando la necesidad de que nos confinemos, cuando, tal vez, habría otros muchos caminos que andar antes que acudir a ese, otras restricciones que sopesar, porque hay quien vive de lo que le ofrece la calle, quien se busca la vida todos los días pateando el asfalto y para ellos la movilidad es imprescindible. En todo eso pensaba, claro, ahora que el nubarrón de esta criminal sexta ola está justo sobre nuestras cabezas y los días comienzan a parecerse demasiado los unos a los otros y las previsiones de ocupación hotelera para esta Navidad en la provincia caen en torno a 23 puntos en relación a las fiestas de 2019.

Todo eso coincide con la semana en la que el invierno suave de estos lares irrumpe en nuestros hogares, dejando entrever la cercana promesa de un Carnaval cuyo cartel, elaborado por Luisito Rilke, es una maravilla, un regalo para la ciudad, y, allá al fondo, empieza uno a percibir la mecida de los varales, aunque los hermanos mayores están preocupados, y mucho, por esta situación. De momento, y como decía Santa Teresa de Jesús, cada día tiene su afán. No adelantemos acontecimientos. Vivan cada jornada como toda la intensidad posible. Y sean felices.