Crónicas de la ciudad

Un rincón ‘oculto’ en la Alcazaba de Málaga

El conocido como ‘el campo’ es un espacio doblemente amurallado de la fortaleza que tiene unas vistas maravillosas de la ciudad, aunque está cerrado al público

El ‘campo’ entre la doble muralla de la Alcazaba, con Málaga al fondo, el pasado noviembre.

El ‘campo’ entre la doble muralla de la Alcazaba, con Málaga al fondo, el pasado noviembre. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El mes pasado hemos sabido que la concejala de Cultura, Noelia Losada, quiere aprovechar unos fondos ministeriales para estudiar si abrir al público algunas zonas de la Alcazaba hasta ahora vetadas al circuito turístico, aunque no ha precisado cuáles.

Como comprobamos con la reciente propuesta de abrir la Coracha terrestre, con el fin de unir la fortaleza con Gibralfaro y hacer de la visita de los dos monumentos algo ‘plausible’ en el mismo día, en ocasiones la negativa a abrir nuevas zonas en monumentos de Málaga tiene más que ver con inercias administrativas mantenidas durante décadas que con motivos racionales.

El firmante ignora si Cultura estudiará hacer visitable el espacio entre la muralla exterior de la Alcazaba y la muralla palaciega -la Alcazaba es una fortaleza dentro de una fortaleza con dos palacios, recuerda la jefa del patrimonio municipal, Fanny de Carranza-, pero desde luego es una auténtica pena que los malagueños y visitantes se pierdan un sitio tan hermoso.

A fin de cuentas, hablamos de una pequeña pradera doblemente amurallada, conocida como ‘el campo’, con unas vistas maravillosas de Málaga.

En ella encontramos uno de los dos pozos Airón del complejo -el primero está en Gibralfaro-, la Torre del Tiro en una esquina y separadas por unos cuantos metros un par de mazmorras, de las que en el suelo asoman sendas bocas estrechas.

En realidad, explica Fanny de Carranza en su libro ‘Alcazaba de Málaga’ (editorial Ciudad del Paraíso), las mazmorras se hicieron con el mismo sistema que los silos de la fortaleza: en forma de embudo invertido, para evitar que los cautivos tomaran las de Villadiego.

Cierto que hay focos para alumbrar las murallas, pero ya hay un sendero para evitarlos y dado que no parece que haya muchos elementos que impidan el acceso, quizás podría ser este uno de los espacios que Cultura estudie para abrir al público.

Eso sí, en este ‘campito’ que no conoce los pesticidas hay erizos y camaleones. Está por ver si estas colonias permiten que los turistas accedan a este precioso y vetado rincón de la fortaleza. Tiempo al tiempo.

Cautela

Resulta desconcertante que nuestro alcalde pida cautela casi a diario en las redes sociales, ante el auge de casos de coronavirus en Málaga, pero al mismo tiempo siga manteniendo el multitudinario espectáculo de luces de la calle Larios. Dar ejemplo de cautela sería lo más recomendable.