La declaración como BIC de La Farola de Málaga, incoada por el Ministerio de Cultura, conlleva la protección física, ya que cualquier actuación que haya que hacer en el edificio tiene que ser revisada y aprobada previamente, para asegurar que se conserva su integridad e imagen. Eso implica además el deber de conservación y mantenimiento.

El proyecto del hotel del puerto, en el dique de Levante, mira por ahora de reojo esta declaración, a la espera de conocer el alcance real que puede tener la Farola como BIC en la aprobación definitiva del hotel. Por un lado, la propia ley de Patrimonio Histórico de Andalucía establece que el entorno de los BIC debe respetar el valor de estos elementos protegidos, evitando toda construcción que afecten a "su contemplación, apreciación o estudio, pudiendo estar constituido tanto por los inmuebles colindantes inmediatos, como por los no colindantes o alejados". De este modo, se exige una autorización previa a cualquier proyecto que afecte a este punto y, de hecho, el hotel del puerto, por altura y disposición, se encontraría en esta situación, al romper la primacía visual de La Farola.

Precisamente este punto es el que avala al Ministerio de Cultura para abrir el expediente por expolio al paisaje del Centro de Málaga que provocaría el proyecto del hotel en el dique de Levante. Lo que se valora en este expediente de expolio del Gobierno es hasta qué punto hay afección paisajística sobre la figura del BIC que supone el casco antiguo.

Lo cierto es que falta por emitir el informe del Ministerio de Cultura sobre los efectos que tendrá el rascacielos hotelero sobre el Centro Histórico, que es también un BIC. Cultura pidió a cinco entidades independientes que hicieran informes al respecto, que darán forma a un estudio final y el hecho de que la Farola haya sido declarada Bien de Interés Cultural sí afectará o influirá sobre estos informes, según una interpretación a la que ha podido tener acceso este periódico. Eso sí, no se sabe el alcance de la afección, pero este informe estará sobre la mesa del Consejo de Ministros para decidir acerca de los efectos de la Torre del Puerto sobre el Centro y, si los da por probados el Estado, el proyecto, en principio, no seguirá adelante. Pero es una interpretación.

De momento, y ante las dudas suscitadas con esta declaración de la Farola como BIC, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, ha mostrado su satisfacción por que se produzca este hecho, ha recordado que el PP apoyó en un pleno este paso administrativo y se ha preguntado: "¿Que declaren BIC la Farola supone que lo quieren unir a la Torre del Puerto?". En principio, ha dicho que no cree que este asunto tenga mayor influencia en el devenir o no del proyecto hotelero de capital catarí, pero, por si acaso, ha indicado: "Que yo sepa, la responsabilidad y la competencia sobre la protección del Patrimonio Histórico es de la Junta, no del Estado, y este sólo puede intervenir por una causa similar a la que dio a luz al expediente de expolio. ¿En base a qué el Estado declara BIC la Farola cuando la competencia es de la Junta? ¿Lo declara BIC porque cree que hay expolio?", se ha preguntado. De cualquier forma, es un estadio administrativo temprano para saber si pone en jaque o no el rascacielos hotelero, que además del proceso por expolio del Ministerio y este asunto de la Farola (la declaración como BIC) tiene por delante una compleja tramitación urbanística, de forma que el Ayuntamiento y el Estado discrepan sobre cómo se aprobará definitivamente la modificación de elementos del Plan Especial del Puerto que permitiría acoger un hotel de esa altura en el dique de Levante.

En la actualidad la Farola ha dejado de tener uso como faro, ya que el crecimiento del Puerto hacia el mar la ha retirado de la primera línea de costa, reduciendo su interés como punto de luz, algo que se hace con nuevos faros en el dique de Levante y en el muelle 9. Sin embargo, en su interior alberga una gran cantidad de componentes electrónicos y de comunicaciones, que siguen en activo. Sin embargo, habrá que ver si la declaración de BIC va acompañada de un cambio de uso, como ya se ha planteado en otras ocasiones, para usarla como museo marítimo, como se llegó a plantear hace cinco años coincidiendo con la celebración del bicentenario de La Farola. El presidente del Puerto de Málaga en aquel momento, Paulino Plata, llegó a apuntar que sería necesaria una inversión de 700.000 euros para abrir al público las dos plantas de la antigua vivienda del farero y la terraza, aunque reconoció que en ese momento no había una partida cerrada para el proyecto, que se quedó en suspenso desde entonces.