Memorias de Málaga

Las películas ‘por jornadas’

El antecedente de las exitosas series de televisión eran las películas por jornadas o episodios, que se estrenaron con gran asistencia de público en los cines de Málaga, hasta que desaparecieron de la gran pantalla a partir de 1949.

Guillermo Jiménez Smerdou (dcha.), con la actriz Perla Cristal y el director Jesús Franco, continuador de la saga de películas de Fu-Manchú.

Guillermo Jiménez Smerdou (dcha.), con la actriz Perla Cristal y el director Jesús Franco, continuador de la saga de películas de Fu-Manchú. / Guillermo Jiménez Smerdou

Guillermo Jiménez Smerdou

El antecedente de las series de televisión (casi siempre trece capítulos) está en las ‘películas en jornadas’ o en ‘episodios’, pues de ambas maneras se denomina el género.

Hace años que dejaron de producirse. Las últimas que se estrenaron en Málaga datan de 1949. A partir de ese año desaparecieron totalmente de las pantallas, no solo de Málaga sino de España. Si se siguieron proyectando en otros países lo ignoro, pero en Hollywood dejaron de producirlas después de una larga etapa que empezó cuando el cine era mudo.

Las películas en jornadas respondían a unos cánones que se repiten en las series de televisión de estos tiempos: el final del primer capítulo o jornada corresponde al momento en el que el protagonista –hombre o mujer- está a punto de morir por ahogamiento, por un incendio, por la caída por un desfiladero…

Las películas ‘por jornadas’

Las películas ‘por jornadas’ / Guillermo Jiménez Smerdou

En la siguiente entrega, la supuesta víctima se salva milagrosamente, y al final se vuelve a crear una escena de máxima tensión. Naturalmente en la tercera y última jornada se salva del peligro… para terminar, como está mandado, ganando los buenos y perdiendo los malos.

En las series españolas y extranjeras que acaparan las televisiones se repite la técnica de dejar en vilo al espectador al final de cada capítulo. Ese instante culminante es el denominador común del género. El único cambio está en el uso de la palabra culminante del relato; ahora que estamos contagiados de la estupidez anglosajona, decimos (no sé cómo se pronuncia) «cliffhanger». Ni álgido, que es frío o helado, ni caliente, cálido, culminante… Ahora «cliffhanger» y… la madre que lo parió.

En el año 1943, el escritor y crítico cinematográfico Carlos Fernández Cuenca escribió un libro titulado ‘Viejo cine en episodios’, dedicado a esta modalidad cinematográfica que tuvo sus años de gloria, pero que dejó de producirse en aquella década. Leí el libro en su tiempo y hace unos años lo legué a la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, como casi toda mi antigua biblioteca. Es el mejor documento que conozco del cine en jornadas.

Las películas ‘por jornadas’

El cine Petit Palais en 1931. / Guillermo Jiménez Smerdou

Los tambores de Fu-Manchú

De los estrenos en el periodo 1943-1949 (el último fue ‘El jinete enmascarado’ el 30 de noviembre de 1949 en el cine Victoria), el más impactante fue ‘Los tambores de Fu-Manchú’, que se estrenó en el cine Petit-Palais, que ya había cambiado de nombre: entonces respondía al nombre de Alkázar. Constaba de tres jornadas o episodios titulados con una duración total de 4 horas y 29 segundos.

Yo estuve entre los cientos de espectadores que llenaron el Alkázar para seguir las malvadas historias del pérfido chino, que cuando iba a cometer una de sus fechorías aparecía en primer plano fijando sus ojos, mientras sonaban los tambores de muerte. Disfruté como cuantos tuvieron la oportunidad de ver la entonces mejor película del género.

Antes que la productora Republic acometiera el rodaje de esta película en 1940, el personaje creado por el novelista Sax Rohmer fue protagonista de otras dos cintas en los años 1929 y 1930, la primera titulada ‘The mysterius Dr. Fu-Manchú’, interpretada por uno de los actores más famosos de la época, Warner Oland, y la segunda ‘La expiación de Fu-Manchú’, las dos mudas porque el sonoro todavía estaba en mantillas.

En 1932, la famosa MGM hizo otra versión titulada ‘La máscara de Fu-Manchú’. Según Terenci Moix en ‘La gran historia del cine’, el siniestro personaje «se entendía como una amenaza a la civilización occidental», o sea, un antecedente de los talibanes de Afganistán.

Pero el personaje no ha muerto, porque en 1968 el director español Jesús Franco, ocultando su nombre o con uno de los diez o doce seudónimos que utilizó en su larga carrera -cerca de 200 películas-, rodó al menos dos filmes, titulados ‘Fu-Manchú y el beso de la muerte’ y ‘El castillo de Fu-Manchú’. No descarto que se hayan filmado nuevas películas inspiradas en Fu-Manchú o que en el futuro se vuelva a recurrir al diabólico personaje para nuevas entregas.

Programa de 'Los tambores de Fu-Manchú'

Programa de 'Los tambores de Fu-Manchú' / L. O.

Gran huella en los escolares

La expansión de las películas en jornadas se produjo precisamente en 1940, con títulos tan relevantes como la citada de los tambores, ‘El misterioso doctor Satán’ y ‘El capitán maravillas’, películas «que dejaron profunda huella en los escolares de los años cuarenta», escribía Terenci Moix en la citada obra.

Los artífices de la película ‘Los tambores…’ fueron la productora Republic, el director Charles Brabin y los actores Henry Brandon, en el papel estelar, Robert Kellard y Gloria Franklin, sin olvidar a la pléyade de chinos seguramente reclutados en los barrios de Los Ángeles.

La cinta se rodó con pocos medios, como era habitual en este tipo de realizaciones. El director, Charles Brabin, era inglés y rodó muchas películas en Hollywood; y Henry Brandon, que encarnó a Fu-Manchú, fue un actor que en cada película asumía un personaje distinto, hasta el punto de que no se le reconocía porque cambiaba de imagen constantemente. Fu-Manchú fue el más logrado.

Pero el primer artífice fue el escritor británico Sax Rohmer, inventor del personaje. Escribió y publicó varias novelas con el tenebroso Fu-Manchú como protagonista.

Las últimas películas

La primera película en jornadas que vi fue en 1939. No recuerdo su título. La vi en el Plus-Ultra. El justiciero en el indómito Oeste era el actor Lon Chaney, Jr. Vestía de negro, y el vestuario lo escondía en un árbol…

En el mismo año de Fu-Manchú -1943- el mismísimo y señorial Goya estrenó otra de las mejores películas en jornadas de la época: ‘El misterioso doctor Satán’, de tres episodios, y al año siguiente, otra de las más aplaudidas: ‘Aventuras del capitán Maravillas’, apodo que se le endilgó al portero del C.D. Málaga –creo que se apellidaba García Martín- porque ‘volaba’ para atrapar los balones más difíciles.

A partir del año 1944 y hasta 1949 todas las películas en jornadas se estrenaron en los conocidos como cines de reestreno –Málaga Cinema, Principal y Victoria- y en los cines de barrio Duque, Moderno y Capitol.

No obstante, el Alkázar estrenó algunas, e incluso el Cervantes, que alternaba el teatro y el cine; en 1947 estrenó la película de dos episodios ‘Bajo el terror del águila’.

Las últimas estrenadas

La última lista de películas por jornadas estrenadas en Málaga en 1949, salvo algún olvido por mi parte, la componían 26 títulos, casi todas de tres episodios. Los títulos responden a la temática del género, aparte las citadas en párrafos anteriores: ‘En la selva del terror’, ‘La moneda rota’ (hay una versión muda del año 1915), ‘La mano que aprieta’, ‘El misterio de la isla perdida’, ‘Sombras del barrio chino’, ‘La llave maestra’...

En 1950 y siguientes no se registró ningún estreno más. Parece que el género murió, aunque dejó el camino a una modalidad que copa el tiempo de todas las televisiones: las series de doce o trece capítulos, los culebrones sin fecha de caducidad, el rescate de los éxitos para nuevos capítulos…

He omitido en este recuerdo de las películas en episodios los casos de ‘segunda parte’ ya que no están dentro de esa modalidad, como ‘El padrino’ (tres partes), ‘Rambo’, ‘Tiburón’, ‘Star Wars’, las dos partes de ‘Historia de O’, la interminable lista de ‘Emmanuelle’, … tampoco he recogido los casos de ‘El conde de Montecristo’, ‘Jesús de Nazareth’ y otros que por su extensión se dividieron en dos partes.