Consumo

Los concesionarios de Málaga aún tienen 2.500 coches por entregar debido a la crisis de microchips

El sector sigue lastrado por el bajo ritmo de producción en las fábricas: la espera media del cliente llega a cuatro meses y la cifra de vehículos en proceso de entrega está un 150% por encima de lo habitual - Se asume que 2022 será otro año de «estancamiento», agravado por la subida del combustible y la guerra en Ucrania

Vehículos en un concesionario. | L. O.

Vehículos en un concesionario. | L. O. / josé vicente rodríguez. málaga

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

El sector de los concesionarios en Málaga afronta en 2022 otro ejercicio marcado por una gran incertidumbre, ya que a la crisis mundial de suministros que se arrastra desde el pasado año se han unido ahora factores como la escalada de los precios del combustible y las imprevisibles consecuencias del conflicto bélico iniciado por Rusia con su ataque a Ucrania. La escasez de semiconductores y microchips, componentes clave de los automóviles actuales (cada coche lleva de media unos 1.500 componentes de este tipo), mantiene ralentizada la producción de coches en las grandes fábricas lo que, en última instancia, se traduce en una mayor tardanza de los concesionarios a la hora de entregar el vehículo al comprador final, con esperas medias de cuatro meses, que se van incluso a seis en caso de coches con equipamientos especiales.

La Asociación de Concesionarios, Talleres y empresas afines a la Automoción de Málaga (AMA-Asomauto) afirma que ahora mismo siguen pendientes de entrega (lo que se denomina como back order) alrededor de 2.500 vehículos a clientes particulares y empresas de la provincia, un 150% por encima de lo habitual.

La lista de entregas llegó a superar los 3.000 vehículos a finales del pasado año, y aunque desde entonces se ha reducido en torno a un 20%, los concesionarios advierten de que la situación no se comenzará a normalizar hasta el segundo semestre, y dependiendo de si la convulsa situación internacional no causa nuevos atascos en el comercio, según explica a este periódico el presidente de Ama-Asomauto, Carlos Oliva.

«Tenemos actualmente poco stock de coches en los concesionarios, así que las nuevas matriculaciones se están produciendo por oleadas»

«Tenemos actualmente poco stock de coches en los concesionarios, así que las nuevas matriculaciones se están produciendo por oleadas. Cuando llegan las remesas de vehículos atendemos con ellas, aparte de ventas nuevas, también muchas de estas operaciones pendientes de entrega que teníamos cerradas del año anterior», comenta. El 2021 cerró en la provincia con algo más de 22.000 matriculaciones, con un aumento del 11% respecto al pésimo 2020 (muy lastrado por el confinamiento y el estado de alarma) pero aún un 30% por debajo de 2019 (cuando el mercado estaba normalizado y se vendieron unos 31.800 vehículos nuevos).

Oliva cree que las ventas deben seguir creciendo este año, aunque sea de forma mínima, empujadas en parte por las entregas pendiente (esas operaciones computarán como matriculaciones de este año). No obstante, asume que el presente ejercicio será de «estancamiento» y que no será hasta 2023 cuando pueda aclararse el panorama, siempre que los problemas del comercio mundial vayan subsanándose y la pandemia siga en una situación de control.

«Depende de cómo marche el año podemos crecer un 5% o caer un 5%. Tenemos todavía la pandemia, y ahora una nueva subida del petróleo y la guerra en Ucrania. No es el mejor ambiente para las ventas, pero pese a ello confiamos en que las operaciones se mantengan o suban», dice.

El representante del sector sigue aconsejando al comprador que tenga prisa en tener un nuevo coche que realice ya su pedido, aprovechando también que las marcas y concesionarios, para compensar las esperas, están realizando promociones.

Pesimismo hasta 2023

La patronal nacional de concesionarios Faconauto muestra, por su parte, su «preocupación» por la evolución del mercado y por la posibilidad de que se «cronifiquen» niveles tan bajos de matriculación en España si no hay un cambio de tendencia, algo que consideran que «está lejos de producirse este año». La previsión es que las ventas vuelvan a quedar por debajo de las 900.000 unidades, a gran distancia aún de los 1,25 millones de 2019.

La patronal considera «urgente» un cambio en la fiscalidad del sector como fórmula para, por un lado, «fomentar la renovación del parque, incentivar la demanda y dinamizar el mercado» y, por otro, «acelerar la descarbonización de la movilidad, dado el retraso que arrastra nuestro país». Sin un mercado fuerte, añaden que será imposible que se cumpla el objetivo establecido por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de que haya tres millones de vehículos eléctricos en España.

«La crisis de los microchips no se regulariza y es la situación que más está marcando el presente del mercado. Es cierto que sí notamos una mejora en la actividad comercial de los concesionarios, pero también percibimos que hay clientes que no terminan de ver clara la recuperación de su economía doméstica, por lo que la opción de adquirir un vehículo, en muchos casos, queda postergada», afirmaba hace unas semanas el portavoz de Faconauto, Raúl Morales.

Desde la asociación de vendedores de automoción Ganvam, su portavoz, Tania Puche, opina que 2022 será un año de «transición» en tanto se normalizan las cadenas de suministros, mientras que Noemí Navas, de la patronal de fabricantes Anfac, lamenta que una mayor presión fiscal sobre la venta de coches (el impuesto de matriculación ha subido en este 2022 porque se ha empezado a aplicar la normativa comunitaria de medición de consumo y emisiones basadas en el ciclo WLTP) tampoco ayuda a remontar las ventas.

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