Crónicas de la Ciudad

El poste informativo de Ben Gabirol, con churretes

Por fin se realzó la minusvalorada escultura a nuestro paisano, el filósofo y poeta Salomón Ben Gabirol. Ahora falta realzar el hito informativo que lo acompaña

Detalle del punto informativo de Salomón Ben Gabirol, el pasado miércoles, con la escultura detrás.

Detalle del punto informativo de Salomón Ben Gabirol, el pasado miércoles, con la escultura detrás. / Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En una reciente recopilación de ensayos editada por la UMA, el antiguo director de la UNED en Málaga, el catedrático Andrés Martínez Lorca, dedica un amplio artículo al malagueño Salomón Ben Gabirol, uno de los forjadores de ese primer Renacimiento que tuvo lugar en Europa.

Porque, pese a lo que muchos creen, el redescubrimiento de los clásicos no empezó en Italia sino en Al Andalus unos cuantos siglos antes.

Fueron los pensadores de la España musulmana quienes preservaron la filosofía y la ciencia griegas y los que la salvaron de desaparecer para siempre.

Entre ellos, claro, nuestro paisano judío, cuya memoria ha tenido en Málaga sus altibajos, pues aunque el Ayuntamiento le dedicó una escultura a comienzos de los años 70, también le dio su nombre a los jardines donde se encontraba la obra, en calle Alcazabilla y sin embargo, ya en este siglo le retiró el nombre a la zona verde.

En cuanto a la escultura, obra del recientemente desaparecido escultor norteamericano Hamilton Reed Armstrong, fue despojada del pedestal en una anterior remodelación, así que nadie sabía quién era el innominado señor del turbante. Para algunos, evocaba un brumoso monumento al pordiosero.

El estado de la obra se asemejaba al actual de la escultura de Berrocal en los Jardines de Picasso, con la parte inferior sucia de salpicaduras y barro, más el paso de algún que otro perro.

Fue la presión de los colectivos vecinales lo que hizo posible que recuperara la dignidad artística, con pedestal y nombre del homenajeado incluidos, algo que hasta el propio escultor pidió en este diario hace ocho años.

El siguiente paso ha ido más allá y ya ni se confunde con mobiliario de El Pimpi: desde hace poco, en concreto con motivo del milenario de su nacimiento, el año pasado, ha sido trasladado unos metros, a un emplazamiento más centrado y de cara al público que pasea por la calle Alcazabilla.

Lástima que la deseada recuperación de Ben Gabirol no viniera acompañada de un pequeño detalle: la recuperación del poste turístico que informa de su persona.

Porque, si se dan una vuelta para apreciar el logrado monumento, caerán en la cuenta de la mugre que acompaña al hito turístico situado a medio metro. El poste en cuestión ofrece información sobre el filósofo malagueño en varios idiomas... y entre churretones que no necesitan traducción. Realzada la escultura, no tardemos otra paletada de años en realzar el poste.

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