Religión

El Seminario celebra su día de puertas abiertas

La actividad intramuros del Seminario Diocesano de Málaga es una incógnita para gran parte de los habitantes de la provincia. Desde la institución, a través de actos como éste que se celebra hoy, quieren dar a conocer el complejo

Vista general del Seminario Diocesano de Málaga.

Vista general del Seminario Diocesano de Málaga. / luis vertedor. málaga

Luis Vertedor

«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino» es el lema elegido para el Día del Seminario de Málaga con motivo de la festividad de San José, patrón de los seminaristas. La efeméride, que tiene por norma oficiarse el domingo más cercano al 19 de marzo, busca mostrar al mundo, aunque sólo sea por unas horas, qué ocurre al otro lado de los muros del complejo religioso mediante una jornada de puertas abiertas a la que cada año acuden, entre otros colectivos, decenas de escolares malagueños.

Las semanas anteriores a la fecha, los seminaristas salen del complejo para recorrer templos, parroquias e instituciones con su campaña vocacional, proclamando la alegría de sentirse llamados a ser párrocos. El propio Seminario también contribuye a la causa a través de otros medios como campañas en redes sociales, entrevistas, charlas; e incluso directos en Instagram. Asimismo, hoy, 20 de marzo, el obispo presidirá, a las 11.30, la tradicional eucaristía en la Catedral de Málaga.

Lo cierto es que todas las vías parecen ser pocas para difundir el mensaje del Señor. A día de hoy, apenas 27 jóvenes, 17 en el seminario mayor y 10 en el menor, dedican su vida a los menesteres religiosos en el complejo del barrio de la Victoria. Una situación que viene de lejos, según explica el vicerrector del Seminario, Fernando Luque. «Hace más de 20 años que el número es similar; el declive empezó a finales del pasado siglo». 

Los motivos para ingresar, sin embargo, son muy variados: «Son chavales de hoy que llevan una vida normal y que, en medio de su existencia, descubren la llamada, la vocación». explica el vicerrector. Experiencias espirituales, momentos difíciles o algún contacto con algún sacerdote o persona que dedica su vida a los demás son algunos de los más recurrentes.

Una vez dentro, el fin de los seminaristas es recibir una educación integral. La formación comienza con un «proceso humano básico», donde se trabajan las actitudes de la persona para que «pueda desempeñar sus funciones de cara al público». Continúa con dos años de estudio de Filosofía y tres de Teología. Y acaba con un año de etapa pastoral, orientado a «cconocer la realidad social»: las parroquias, los mayores, los pobres…

Al cabo, la vida de los seminaristas sigue siendo un gran misterio para muchos malagueños, por tanto, el Día del Seminario se marca como objetivo arrojar un poco de luz sobre el complejo y acercar el modo de vida y labor de los internos a aquellos que así lo deseen.

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