Salud

La miopía tomará el relevo al Covid como nueva pandemia

Investigadores del Hospital Regional de Málaga y de la unidad de Oftalmología del Materno alertan del creciente aumento de las dioptrías, especialmente entre la población de menor edad. El uso y abuso de las pantallas en estos tiempos, unido a la protección que proporciona pasar horas al aire libre y con luz solar, que se redujo durante el confinamiento, ha agravado una enfermedad que puede derivar en «problemas graves»

Expertos alertan del creciente aumento de la miopía entre la población infantil. | L. O.

Expertos alertan del creciente aumento de la miopía entre la población infantil. | L. O. / FRAN EXTREMERA. MÁLAGA

Fran Extremera

Fran Extremera

Era enero de 2020. Aún no se hablaba del Covid-19 como posible nueva pandemia, pero los oftalmólogos de distintos puntos del planeta, también los que investigan en los centros hospitalarios malagueños, empezaban a alertar del preocupante aumento de las dioptrías entre la población infantil. Ahora, después de dos años de convivencia con el coronavirus y con el confinamiento como aliado añadido, la miopía va camino de erigirse en la próxima pandemia del siglo XXI.

Así lo alerta la propia unidad de Oftalmología del Hospital Materno de Málaga, cuyos responsables sostienen que el teletrabajo, las clases escolares desde casa y la falta de periodos de juegos al aire libre y con luz solar han privado a millones de menores de su protección habitual contra el «uso y abuso» de las pantallas.

«La miopía va a seguir creciendo en los próximos años por la forma de vida que tenemos, porque estamos usando mucho más tiempo los dispositivos electrónicos, incluidos los propios niños. Los estudios que se realizan por todo el mundo nos indican que la mitad de la población será miope en 2050», manifiesta la oftalmóloga María Isabel Pérez Cabeza.

Esta experta subraya que los dispositivos electrónicos, utilizados de manera continua, «son uno de los factores de riesgo frente a la miopía magna o patológica, la que supera las seis dioptrías». Las consecuencias de ser miope hasta tal grado pueden ser graves. Desprendimientos o glaucoma son riesgos que van «más allá de tener que llevar gafas». Los seis oftalmólogos de la unidad del Materno expresan que pese a ser una enfermedad muy prevalente, «en general no existe una conciencia sobre esos riesgos graves que acarrea».

A los progenitores, el mensaje es conciso: «Debemos observar a los niños y niñas y detectar lo antes posible cuándo tienen dificultad para ver bien lo escrito en la pizarra del colegio. En estos casos los pequeños suelen acercarse mucho a los libros para leer, quieren ver la televisión muy cerca, miran cosas lejanas entrecerrando los ojos, padecen fatiga visual y dolores de cabeza y también es muy común verles parpadear excesivamente o frotarse los ojos con frecuencia». 

Asimismo, María Isabel Pérez relata que es «muy importante» tener en cuenta la necesidad de revisiones tempranas para detectar problemas visuales y tratarlos así con mayor eficacia. «Si el menor no presenta sintomatología se recomienda una primera revisión a los tres años de edad para detectar cualquier problema visual que haya podido pasar desapercibido, aunque un oftalmólogo especialista está capacitado para valorarlo a cualquier edad», señala.

Las investigaciones desarrolladas durante los dos últimos años en Málaga, coincidiendo con los periodos de confinamiento y las restricciones en el ámbito escolar, toman el relevo a las que ya existen en países como China o Japón, donde hasta el 75% de la población es miope y se atribuye al uso repetitivo de dispositivos electrónicos. Es decir, las nuevas generaciones enfocan más a una corta distancias y generan la denominada «miopización del ojo».

Los expertos del Materno finalizan con que, entre «otras técnicas para enlentecer esa miopización y evitar así la temida miopía magna, se usa en este momento la atropina, en gotas».

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