Mirando atrás

Los secretos de la Semana Santa de Málaga, en un libro

El investigador y archivero de la Catedral Alberto Palomo publica en Almuzara ‘Semana Santa de Málaga’, un compendio de más de 300 páginas en el que recorre su historia y aprovecha para desmentir algunas leyendas y desvelar el posible origen de la famosa palabra ‘trono’

Alberto Palomo, con su nueva obra, el mes pasado en la Catedral de Málaga.

Alberto Palomo, con su nueva obra, el mes pasado en la Catedral de Málaga. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

De pequeño, Alberto Jesús Palomo Cruz (Málaga, 1964) salía en Zamarrilla y estuvo vinculado al Rico, la cofradía de su barrio; cuenta que se desligó de Las Penas a partir «del comisariado» y en la actualidad es hermano de Dolores de San Juan y también de la Victoria.

Hace unos días, el investigador y escritor malagueño ha publicado ‘Semana Santa de Málaga’, un repaso de más de 300 páginas a la Historia, personajes, curiosidades y patrimonio de la Semana Mayor, editado por Almuzara.

Precisamente, en esta editorial andaluza publicó en 2020 un estudio a fondo y al mismo tiempo divulgativo de la Catedral de Málaga, que tan bien conoce, pues hace más de 30 años que trabaja en el archivo catedralicio.

Lluvia de pétalos a la Virgen del Rocío en la doble curva de calle Echegaray a la calle Méndez Núñez, el Martes Santo de 2014.

Lluvia de pétalos a la Virgen del Rocío en la doble curva de calle Echegaray y calle Méndez Núñez, el Martes Santo de 2014. / Francisco Jose Perez Segovia

Como explica, en esta nueva obra ha seguido las indicaciones de la editorial para dirigirse «a una persona que no conoce la Semana Santa de Málaga, aunque supongo que un malagueño también aprenderá, si bien la mayoría de los cofrades están muy preparados y les sonará», reconoce con humildad.

El investigador malagueño admite que su relación con la Semana Santa es «ambigua», pues piensa que debe ceñirse a la Semana Mayor, como ocurría en su niñez, y no que se extienda «todo el año», en forma de salidas extraordinarias o coronaciones, algo que considera un error.

«En el culmen de Andalucía»

En el lado positivo, «a nivel estético y artístico» considera que la Semana Santa de Málaga está, junto con la de Sevilla, «en el culmen de Andalucía, que es como decir de España».

Hombres de trono del submarino de Azotes y Columnas.

Hombres de trono del submarino de Azotes y Columnas. / Álex Zea

Menos de seis meses ha tardado en escribir esta obra, sustentada en una ingente documentación, empezando por la revista ‘La Saeta’, en la que lleva colaborando largos años . A este respecto, quiere resaltar la aportación y el alto nivel de investigadores de la Semana Santa de Málaga como Elías de Mateo, Jesús Castellanos, Antonio Garrido, Juan Antonio Sánchez, Federico Fernández Basurte, José Jiménez, Paloma Sánchez, Andrés Camino, Encarnación Cabello o José Torres Ponce y de la «nueva ola», Salvador Marín Hueso o Francisco Matutes.

La distribución del libro, comenta, la ha organizado por orden alfabético, «a modo de un diccionario, para que no se haga pesado, para que cada lector pueda ir al apartado que le interese».

Los tronos

Y sin duda, será muy leído y comentado el capítulo dedicado a los tronos, no sólo porque describe sus características uno a uno sino porque ofrece la interpretación de este término, santo y seña de la Semana Santa de Málaga, aunque no tanto como se cree.

A este respecto, el archivero malagueño resalta que sólo hasta los años 80 del siglo pasado se impone ‘trono’, a raíz de la exitosa campaña de un medio de comunicación, y se destierra ‘paso’, a pesar de que, durante décadas, ‘paso’ y ‘trono’ fueron sinónimos y convivieron sin problema. «La palabra ‘paso’ la encuentras en la misma revista ‘La Saeta’», apunta.

De hecho, la tesis que plantea Alberto Palomo es que ‘trono’ es un vocablo que tuvo un uso minoritario hasta generalizarse y convivir con ‘paso’ con la remodelación de la Semana Santa hace ahora un siglo, en los años 20 del siglo pasado.

Trono de la Semana Santa de Cartagena.

Trono de la Semana Santa de Cartagena. / L.O.

Para el investigador, el trasvase lingüístico pudo venir del Levante español: «En el XIX hay constancia documental de que en Cartagena, a lo que nosotros llamamos ‘pasos’ ellos le llaman ‘tronos’».

La gran influencia artística del Levante en Málaga, con talleres a finales del XIX como el del valenciano José Burgalat, que trabajó mucho en Málaga por recomendación del obispado malacitano, o el del tallista granadino Luis de Vicente, que realizó muchos encargos para Cartagena, Murcia y Málaga «e impone el canon del trono malagueño», pudo implantar esta palabra. «De hecho, en Málaga hemos tenido hasta los años 60 las ‘bombas’, las tulipas de colores que todavía se conservan en todo Levante», apunta.

Leyendas

La inmersión en la Historia le ha llevado además a restar veracidad a algunas leyendas muy arraigadas en la Semana Santa de Málaga y, en algún caso, incluso dadas por buenas por algún historiador. Así por ejemplo, señala que la historia del bandido Zamarrilla oculto bajo el manto de la Dolorosa de la Amargura se debe a la imaginación de la escritora Ángeles Rubio Argüelles. Para Alberto Palomo, la denominación ‘Zamarrilla’ hay que buscarla en la planta de igual nombre, que seguramente abundaría cerca de la cruz que tomó el nombre de Zamarilla, emplazada, como era tradición, en las afueras de Málaga.

En la misma línea, cree que no hay base histórica para la salida de la cárcel de los presos con el fin de procesionar a Jesús El Rico durante una epidemia en el XVIII, origen de la famosa pragmática de Carlos III por la que se libera a un preso con delitos de sangre. «¿Cuántos historiadores han buscado la pragmática?, eso no existe», destaca.

Ceremonia de liberación de toda la terna de presos por Jesús El Rico, en la Catedral de Málaga, en la Semana Santa del pasado año.

Ceremonia de liberación de toda la terna de presos por Jesús El Rico, en la Catedral de Málaga, en la Semana Santa del pasado año. / Álex Zea

El libro recoge todas las etapas de la Semana Mayor desde el nacimiento de las primeras hermandades al albor del siglo XVI; la reinvención de los años 20 o el gran renacimiento cofrade en los años 50 tras la doble destrucción anticlerical de 1931 y 1936 y por supuesto, un largo examen a todas las cofradías y a la producción artística en Málaga.

Además, entre otros muchos puntos muestra particularidades tan malagueñas como las amplias casas hermandad que desterraron los antiestéticos ‘tinglaos’ y mucho antes, en los años 20 del siglo pasado, el derribo de alguna pared de las iglesias para permitir la salida de sus titulares, como hacían las hermandades de los Pasos y la Sangre.

Alberto Palomo, incluso se atreve con un capítulo en el que vaticina sobre el futuro de la Semana Santa de Málaga, en este contexto de desacralización generalizada. Los retos a los que se enfrentan las cofradías, concluye, «corren parejos a los de la Iglesia».