Cementerios

Málaga sufraga un centenar de entierros de beneficencia al año

El año de la pandemia, el Ayuntamiento de Málaga financió 119 entierros a personas sin recursos. En 2021 fueron 110 - Derechos Sociales realiza un informe de vulnerabilidad y Parcemasa lo gestiona

Una mujer limpia una lápida en Parcemasa.

Una mujer limpia una lápida en Parcemasa. / Gregorio Marrero

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

Cuando una persona fallece, además del duelo, hay otro aspecto que hay que afrontar sin dilación: el coste económico.

Si se dispone de seguro, como ocurre en la mayoría de la población, el trámite es más sencillo: el tanatorio, el féretro o urna, el coche fúnebre y el entierro o incineración... esos trances están cubiertos por la póliza.

El problema viene cuando los familiares del fallecido no tienen recursos económicos para hacer frente la cuantía económica que supone el simple hecho de morirse para el entorno cercano y, además, tampoco se han podido permitir un seguro.

Para estos casos, la única opción es recurrir a los entierros de beneficencia, destinados a personas vulnerables que han perdido a un ser querido.

En la ciudad de Málaga, el año de la pandemia se realizaron 119 entierros de beneficencia, que se redujeron hasta 110 el año pasado. Una cifra muy similar se registró en 2019, cuando se organizaron 116 sepelios para personas sin recursos.

En cuanto al procedimiento de los entierros de beneficencia, es el Ayuntamiento de Málaga el que se encarga de sufragarlos mientras que la gestión y los preparativos recaen en Parcemasa.

Fuentes municipales explican a este periódico que las peticiones para que el Consistorio se haga cargo llegan desde los distritos donde la persona fallecida esté empadronada. Después, los servicios sociales se encargan de elaborar un informe en el que se acredite la situación de vulnerabilidad económica de sus familiares y allegados.

Ese informe se traslada a Parcemasa, que ofrecerá los servicios «habituales», incluyendo el uso de las tanatosalas y un oficio religioso si se solicita.

La mayoría de veces son personas de las que no aparece familia o que apareciendo familia dice que no tiene recursos o no tiene seguro

«La mayoría de veces son personas de las que no aparece familia o que apareciendo familia dice que no tiene recursos o no tiene seguro», cuenta el concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares. «Muchas veces la familia no tiene ahorrado y no ha pagado su seguro de defunción. No es solo que no tenga a nadie sino que la gente que tiene no puede afrontarlo».

Como señala Pomares, cuando una persona fallece y no tiene vínculos familiares, el Ayuntamiento actúa de oficio y asume su traslado al cementerio y posterior entierro.

En todo este proceso, también tiene un papel importante Gestrisam, que hace un seguimiento posterior de todos los casos de entierros de beneficencia realizados en Málaga.

«El Ayuntamiento lo adelanta [el coste del entierro] pero si detecta en un futuro que aparecen propiedades, aparecen herederos, familiares... Gestrisam se ocupa de pasar la factura», subraya el edil de Derechos Sociales. «En las primeras 24 horas, 48 horas, después del fallecimiento tú no te vas a poner a investigar, declaras que no tienen fondos y después ya Gestrisam se ocupa de investigar».

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Los precios por la concesión de derechos funerarios se recoge en la ordenanza fiscal nº18 del Ayuntamiento de Málaga.

En esta normativa municipal quedan reflejadas las tarifas del Parque Cementerio de Málaga (Parcemasa), como cementerio público de la capital, para tener desde un nicho, una tumba hasta una fosa familiar o un panteón durante un número determinado de años, entre otros servicios.

En el caso de los nichos, una concesión de 50 años junto a la inscripción cuesta 1.346,15 euros y si es una tumba, alcanza los 2.548,7 euros.

Algo más baratos son los columbarios -solo para depositar cenizas de la persona difunta-, que también por un período de 50 años supone 525,7 euros según la ordenanza fiscal.

Si hablamos de la concesión por el mismo período de una fosa familiar el precio alcanza los 3.145,5 euros.

Asimismo, tener una parcela para construir un panteón, por ejemplo, a 75 años, son 2.035,95 euros.

En la propia ordenanza se recogen aquellos casos en los que las personas estarán exentas de pagar estas tarifas.

Son los asilados en establecimientos benéficos y que carezcan de todo tipo de ingresos, además de aquellas personas que no tengan medios económicos, según criterios municipales.

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