Placa picassiana ilegible y en dos idiomas en calle Comedias

Ya saben que en España, cualquier persona que quiera engancharse a los presupuestos del Estado desde joven sin que medie oposición -es decir, el político medio de nuestros días- debe adoptar en su vocabulario la expresión «poner en valor».

Del francés «mettre en valeur», su traducción churrigueresca al español es el santo y seña de los políticos patrios, que mientras van enganchando cargos en la alta administración hasta jubilarse se van forjando un perfil legendario de ‘ponedores de valores’. De esta forma, no hay rueda de prensa, discurso, debate ni corrillo en el que no suelten este espantoso conjunto de palabros.

Y así, junto a la puesta de sol y la puesta de la gallina la política española y en particular la malaguita aporta a nuestra lengua la ‘puesta en valor’.

Claro que pese a esta exhibición de español alambicado, en ocasiones los ponedores de valores no predican con el ejemplo. A veces, con sus actuaciones o la falta de ellas restan valor a elementos realmente valiosos de Málaga.

Es el caso de la figura de Picasso, que en la calle Comedias continúa en una nebulosa más propia del Támesis.

Ya saben que en lo que tiene relación con la figura del pintor más famoso del siglo XX, nuestro Ayuntamiento suele estar torpón de reflejos. Y así, tardó un porrón de años en reponer el cartel que, en calle Granada con San Agustín, indicaba la dirección de un museo sin importancia, el Museo Picasso.

En la calle Comedias, sin embargo, no falta una señal turístico-cultural relacionada con el artista. El problema es que se encuentra en tal estado de conservación, que quien la lea pensará que tiene que operarse de urgencia de cataratas.

No es la primera vez que aparece en esta crónica, pero como nuestro Consistorio continúa con el mismo talante proactivo que un ciervo deslumbrado por los faros en una carretera, no vendrá mal recordarlo un año más.

Se trata de la pequeña placa de metacrilato o material similar instalada en la calle, junto a un edificio del XIX recientemente rehabilitado y que hoy acoge un hostel.

El hostel de Pablo Picasso y Blas Infante

En sus mejores momentos, que sólo fueron los iniciales, la placa informaba en inglés y español de que el edificio acogió el antiguo Colegio de San Rafael, donde Picasso estudió de niño. Además de ser ya ilegible en dos idiomas, la información está incompleta porque en el colegio, del que se conserva el patio del recreo, estudió también Blas Infante.

Conclusión: el Ayuntamiento no tiene que poner en valor nada, lo que tiene es que poner otra placa.                                                                                                                              

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