El Molinillo

El peluquero que lleva once años a la espera de una indemnización municipal

Javier Arias aguarda desde 2011 una indemnización de casi 8.000 euros que acordó con Urbanismo, tras la demolición de su peluquería para hacer unas tecnocasas. El concejal de Urbanismo señala que ya se está tramitando el expediente para el abono

Javier Arias la semana pasada, con los azulejos de la peluquería familiar detrás, en la calle Cruz del Molinillo.

Javier Arias la semana pasada, con los azulejos de la peluquería familiar detrás, en la calle Cruz del Molinillo. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Aquí estaba mi peluquería», comentaba la semana pasada. Javier Arias señalaba una pared con unos cuantos azulejos, lo único que queda del veterano negocio familiar.

Su peluquería compartía la planta baja con un famoso depósito de hielo. El hielo se sacaba en barras, se cortaba y los clientes lo transportaban en goteantes bolsas de nailon para alimentar las neveras.

En cuanto a la peluquería, también tenía galones de antigüedad, pues la abrió su tío Miguel en los años 40 y no fue hasta comienzos de los 80 que se la traspasó a su sobrino. El negocio era un alquiler de renta antigua por el que su tío comenzó pagando unas mil pesetas al mes y acabó abonando 50 euros.

La casa original, de finales del XVIII, no tenía protección arquitectónica y fue demolida tras declararse en ruina.

La casa original, de finales del XVIII, no tenía protección arquitectónica y fue demolida tras declararse en ruina. / G.M.

Javier Arias, un malagueño de 61 años y vecino del Molinillo, se hizo cargo en ese arranque de los 80 de la peluquería familiar. El negocio se encontraba en una casa de finales del XVIII en la calle Cruz del Molinillo que hacía esquina con la calle Curadero.

Allí desarrolló su oficio sin problemas, hasta que, hacia 2005, le notificaron que debía abandonar el local porque iban a comenzar las expropiaciones en el entorno de la vecina calle Rosal Blanco, incluido su inmueble.

Las tecnocasas

El motivo: por medio de un convenio entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento se iba a poner en marcha un plan para construir ‘tecnocasas’.

Por este convenio, y con el objetivo de acabar con la degradación de barrios próximos al Centro, la Gerencia de Urbanismo vendía solares a la Junta y esta construía las tecnocasas, viviendas protegidas para jóvenes de unos 70 metros cuadrados, que dedicarían parte de su interior a oficina de trabajo, mientras que el 20 por ciento restante de los suelos los dedicaría la Junta a VPO para venta.

En esa gran operación entró la peluquería de Javier. En 2011, el peluquero malagueño firmó un acuerdo con la Gerencia de Urbanismo, por el que recibiría 7.232 euros, por la extinción de un contrato de alquiler que mantenía desde hacía tres décadas; además, el precio de la indemnización aumentó un 10 por ciento en ese mismo acuerdo, en concepto de «bonificación por avenencia», hasta un total de 7.956 euros.

Han pasado once años desde aquel acuerdo y pese a que el Derecho Romano ya sostenía que los pactos debían ser cumplidos, Javier Arias todavía no ha recibido un céntimo.

El chasco de las tecnocasas

Lo más sangrante de la situación fue que las tecnocasas jamás llegaron a construirse. Para más inri, la casa de finales XVIII donde se encontraban la peluquería, al no contar con ningún grado de protección en el PGOU y como sobre ella pesaba un expediente de ruina, fue finalmente demolida en julio de 2013.

Hace justo un año, en junio de 2021, La Opinión se hizo eco del problema de Javier Arias cuando se cumplía una década a la espera de la indemnización. En ese encuentro contó a este diario que como las semanas pasaban y no recibía el dinero, tuvo que pedir un préstamo que estuvo pagando durante seis años para poder abrir en otra parte la peluquería, en concreto en un pequeño local de calle Ollerías que hace esquina con la calle Cruz del Molinillo.

En 2021 con el acuerdo que firmó con Urbanismo, delante del solar.

En 2021, con el acuerdo que firmó con Urbanismo, delante del solar. / A.V.

«Me tuve que entrampar porque el dinero que me tenían que dar no me lo daban», comentaba, a la vez que lamentaba que hubieran demolido la casa centenaria «para nada».

La pasada semana, con motivo de cumplirse los once años, Javier Arias volvió a reclamar en este diario la cantidad acordada por Urbanismo, además de los intereses de demora. «No me explico qué ha podido pasar. Algunos me dijeron que pusiera una denuncia pero eso es esperar tres o cuatro años más», señaló

Respuesta del Ayuntamiento

El concejal de Urbanismo, Raúl López, informó de que «estamos tramitando ya el expediente de expropiación para su abono». Raúl López comentó que la espera ha sido larga por los muchos trámites administrativos que ha habido que realizar «para liquidar el convenio de las tecnocasas». El concejal lamentó que esta situación supusiera, durante años, «una maniobra casi perfecta de la Junta en el periodo político anterior para tener bloqueado» el entorno de Lagunillas, Carretería y otras partes próximas al Centro.

«Tenemos el dinero y el expediente», subrayó el concejal.

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