Crónicas de la ciudad
El final del ‘árbol guillotina’ de la avenida de Andalucía
Un peligroso árbol del amor casi volcado sobre el carril bici ha sido talado. Persiste el problema de un paso de cebra agrietado, un escollo para las personas en silla de ruedas
Muy cerca de la avenida de Andalucía, en la calle Huéscar, todas las tardes se produce el milagro. La calle peatonal llega a una gran intersección presidida por unos juegos infantiles y todo este espacio bulle de niños, padres y vecinos.
Los pequeños, además de tirarse por la chorraera y gritar como Johnny Weissmüller, aprovechan este gran espacio libre de coches para hacer lo de siempre, jugar al fútbol, niñas incluidas porque los tiempos, afortunadamente, cambian -en el momento de pasar el autor de estas líneas, una niña le quitaba el balón a un amigo con un requiebro perfecto-.
Hay corros de padres y vecinos y tertulias en los bares bajo la sombra protectora de un gran ficus emplazado en mitad de este espacio -el arte de plantar ficus muy pocos lo manejan en Málaga-.
Quizás lo más llamativo de esta exhibición de vida en grupo sea la ausencia, casi total, de individuos callados y cabizbajos, presos del teléfono móvil. El poderío de este espacio de vida comunitaria puede más que el último y prescindible whatsapp.
Si dejamos la calle Huéscar en dirección a la avenida de Andalucía nos toparemos con un problema solucionado hace pocos días y con un segundo que aguarda una solución y que, quédense tranquilos, no hará tambalear los presupuestos municipales.
El problema solucionado ha sido la tala de lo que algunos vecinos conocían con mucha dosis de humor como ‘el árbol guillotina’. Se trataba de un árbol del amor casi volcado sobre el carril bici, de tal manera que el ciclista despistado podía darse un topetazo en la cabeza si no estaba atento. El Ayuntamiento había colocado llamativas cintas rojiblancas para alertar del obstáculo vegetal, pero el peligro de que un joven en patinete ‘sentara la cabeza’ seguía ahí.
La semana pasada, el árbol fue talado. Con otro anterior, de la misma especie, más próximo al edificio de Unicaja, se optó por desviar un poco el carril bici y salvar el ejemplar.
El problema que continúa latente, a pocos metros del árbol del amor finiquitado es el paso de cebra frente a Compositor Lehmberg: Los bordes de este paso de cebra se encuentran agrietados y cuarteados como si los hubiera machacado un tanque ruso.
Alejandro, un amable lector que pasea a su madre en silla de ruedas por la zona, llama la atención sobre el problema porque cualquiera en un transporte de este tipo pasa las de Caín para atravesar el paso de cebra. No estaría de más arreglarlo y de paso repellar las numerosas grietas del carril bici. A mandar.
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