Entrevista | Miguel Ángel Millán Exsecretario provincial de Jupol

«Seguiré afiliado a Jupol, pero ahora me pueden echar por esta entrevista»

El hasta ahora responsable del sindicato mayoritario de la Policía Nacional en Málaga explica su reciente dimisión y la del resto del comité con el que ha trabajado desde la fundación del sindicato - Millán apoya el objetivo de la organización, pero considera que el fin no siempre justifica los medios - «Nuestra dimisión es una cuestión de coherencia, de principios. Creemos en el movimiento, pero no en esos nuevos estatutos que nos acercan más a lo que hasta ahora eran los sindicatos tradicionales»

Miguel Ángel Millán, con su nieto durante una manifestación de Jusapol. | L.O.

Miguel Ángel Millán, con su nieto durante una manifestación de Jusapol. | L.O. / jose torres. málaga

La semana pasada presentó su dimisión en bloque el comité de Jupol Málaga. ¿Ha sido una decisión difícil?

Ha sido una decisión muy sopesada por todo el Comité de Málaga, que decidió por unanimidad ejecutarla si la reforma estatutaria se aprobaba el 31 de mayo, como tristemente ocurrió. Todo empezó en septiembre del año pasado, cuando nuestro comité se reunió para debatir las modificaciones estatutarias de Jupol. En enero enviamos nuestras propuestas y en marzo debatimos durante tres días en Madrid, pero no aceptaron ninguna de las modificaciones que planteamos.

¿Qué es exactamente lo que no le gusta de los nuevos estatutos?

No nos identificamos con una mínima parte de la reforma, pero, desde nuestro punto de vista, son líneas rojas que no se pueden sobrepasar. Creemos que son unos estatutos a la carta para determinados fines, entre ellos otorgar al secretario general un control absoluto de todos los comités regionales y provinciales y sobre la Junta Directiva, que es el máximo órgano del sindicato. Consideramos que se da una protección especial a esa junta y un blindaje al secretario general, cuya reelección prácticamente no necesita que sea votado por la asamblea general, ya que exige el 2% de avales de todas las provincias para ser candidato. Esto sólo beneficia a quien tenga el control sobre los comités provinciales, como quedó demostrado en las últimas elecciones a secretario general, con lo que siendo el único candidato quedaría proclamado automáticamente sin necesidad de ser votado. Por otro lado, el secretario general cesa y nombra a los cargos provinciales y regionales. Y un comité de Transparencia, que está sometido a las resoluciones de la junta directiva, no tiene independencia. A priori podría estar controlado por la junta directiva, pudiendo decidir quién es expulsado del sindicato y quien no, previo expediente disciplinario, estableciendo como falta grave y, por tanto, expulsión del sindicato temporalmente por el incumplimiento de los órganos estatuarios. Y todo esto sin que haya un órgano de control de la propia junta, algo que consideramos muy necesario en cualquier organización democrática.

Algunos miembros de la junta directiva sí se han pronunciado y nos han instado para que continuemos. Otros no se han manifestado, con lo que deduzco que prefieren que no nos lo replanteemos

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¿Cómo se han tomado en Madrid la dimisión? ¿Le han pedido que se lo replantee?

Algunos miembros de la junta directiva sí se han pronunciado y nos han instado para que continuemos. Otros no se han manifestado, con lo que deduzco que prefieren que no nos lo replanteemos. Pero difícilmente podemos cambiar de postura. A las diferencias insalvables sobre las nuevas normas estatutarias, hay que sumar el trato que recibimos cuando salió en prensa que el Comité de Málaga no apoyaba la reforma. Esa publicación provocó que sufriéramos insultos a través de un grupo de trabajo de Telegram de algunos de sus integrantes. Nos llegaron a presionar para abandonar el grupo de trabajo al que pertenecíamos amparados por parte de la Junta Directiva, sin control o moderación alguna. Se permitieron ataques que nunca he visto entre policías, sobre todo contra el secretario de Organización y Jurídico de Málaga, a la vez que secretario regional de Andalucía Oriental, y hacia mí, y sólo por ejercer el derecho constitucional de libertad de opinión y libertad de comunicar informaciones o ideas. Fueron tres días muy dolorosos, y todo por informar a los afiliados de los estatutos nuevos y que el Comité en bloque no estaba de acuerdo con ellos y votarían no. Nadie ha dimitido por eso ni tampoco los han cesado.

¿Seguirá afiliado al sindicato?

De momento seguiré afiliado, aunque ahora me pueden echar por dar esta entrevista. Tienen la herramienta para hacerlo, probablemente sería una falta muy grave. Pero, sinceramente, estoy dejando de creer en este sindicalismo de abarcar todo el poder en unos pocos y, salvando las distancias, casi como un derecho sucesorio en determinados cargos. Seguramente acabe con un seguro de protección jurídica, penal y disciplinaria. Se ofrecerá a todos los que quieran. Será algo de libre elección, como siempre hicimos en ese comité.

Nuestra dimisión es una cuestión de coherencia, de principios. Creemos en el movimiento Jupol, pero no en esos nuevos estatutos que nos acercan más a lo que hasta ahora eran los sindicatos tradicionales

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Dice usted que Jupol Málaga comenzó con seis afiliados y ahora suman 1.750, una cifra que supone más de la mitad de la plantilla de la provincia. ¿Cree que su dimisión puede restar afiliados a Jupol?

Es posible. Empezamos con seis compañeros. Uno que nunca olvidaré me ofreció ser secretario provincial. Se comenzó a trabajar sin representación en el Consejo de la Policía, una época muy dura. En noviembre de 2018 se hicieron elecciones a la secretaría provincial en Málaga con dos candidaturas. Qué bonito tener rivalidad. Fui el más votado y el compañero menos votado se vino con nosotros a trabajar. En junio de 2019, cuando llegaron las elecciones al Consejo de la Policía, éramos unos 700 afiliados, pero nos votaron 1.710. Seguimos creciendo hasta llegar al día de nuestra dimisión con 1.750 afiliados, más que el número de compañeros que nos votaron al Consejo en la época dorada del sindicato, en plena efervescencia de la revolución sindical que supuso Jupol. Creo que a día de hoy eso no lo ha conseguido ningún otro comité provincial. Y sin llegar a liberarme, solo para reuniones. Nuestra dimisión no ha sido para que los compañeros se vayan, para nada. Nuestra dimisión es una cuestión de coherencia, de principios. Creemos en el movimiento Jupol, pero no en esos nuevos estatutos que nos acercan más a lo que hasta ahora eran los sindicatos tradicionales. Al igual que no hemos dicho que dejen su afiliación, tampoco dijimos lo que tenían que votar. Por cierto, a fecha de hoy no sabemos el porcentaje de participación a nivel nacional ni provincial.

La tormenta en el sindicato comenzó con los gastos sin justificar del anterior secretario general y su posterior salida. ¿Cree que esa herida sigue abierta?

Creo que aquello no se supo gestionar bien, y me incluyo. Se filtraron facturas de gastos que hoy nadie sabe cómo pudieron salir de allí, pues lo normal es enseñarlas, pero es que llegaron a fotografiarse. Espero que algún día nos enteremos como ocurrió aquello. Pero si hubo gastos sin justificar, no se denunciaron. Aquello causó mucho daño al sindicato, se abrió una herida. No sé si sigue abierta, pero sí que hay compañeros que echan de menos los días de Chema García como secretario general.

Hay afiliados que se quejan de que desde ese conflicto en el sindicato se habla mucho de poder y poco de equiparación salarial, el objetivo que llevó a crear Jupol. ¿Está de acuerdo?

Es cierto que algunos afiliados dicen eso. Llevamos varios años con la equiparación pausada. Creo que ha estado algo en stanby, pero el que tenía que movilizar a los policías y guardia civiles en las calles ante la falta de acuerdo para conseguir la deseada equiparación es Jusapol. La asociación ha sufrido un receso que nadie ha entendido.

¿Qué balance haría de la gestión de su comité en Málaga?

El mejor. Y no por mí, sino por el equipo humano de compañeros que formamos. Este comité lo ha dado todo. Me iría con ellos a cualquier proyecto que me propusieran.

La Policía Nacional necesita modernizarse mucho más en cuanto a su estructura interna y puestos de trabajo, así como que se le dote de más medios y funcionarios.

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¿Qué le ha quedado por hacer?

Muchas cosas. Por supuesto, la equiparación. La Policía Nacional necesita modernizarse mucho más en cuanto a su estructura interna y puestos de trabajo, así como que se le dote de más medios y funcionarios. Nos han quedado a medias muchos proyectos que no puedo desvelar, iniciados en Málaga y que espero que los continúen, pero en términos generales como fin a conseguir y por lo que siempre he luchado, es que cada policía tenga su chaleco antibalas, que se jubilen como el resto de policías locales y autonómicos con relación a la edad y salario. No es normal que un compañero se vaya a su casa después de 47 años de servicio con 1.400 euros y otros homónimos con pensiones que superan los 2.000 euros. Las horas extras que se cobran a 11 euros. Y algo muy importante y recogido en la Constitución Española como derecho fundamental, el derecho a la huelga, esa espinita se ha quedado clavada. Aunque espero y deseo que Jupol siga en esta línea de trabajo para conseguirlo.

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