Salud

El 061 recibe más de 14.000 llamadas por amenaza suicida desde 2020

El Centro de Emergencias Sanitarias 061 ha iniciado un curso de formación para preparar a sus profesionales en el abordaje de este tipo de conductas en el ámbito sanitario de las emergencias

El 061 atiende más de 14.000 llamadas relacionadas con la conducta suicida desde el año 2020

El 061 atiende más de 14.000 llamadas relacionadas con la conducta suicida desde el año 2020 / E.P

Desde el pasado 2020, el 061 ha recibido más de 14.000 llamadas por amenaza suicida. El año de la pandemia supuso un punto de inflexión y las conductas autolíticas aumentaron de forma exponencial. Ante este escenario, el Centro de Emergencias Sanitarias 061 de Andalucía ha iniciado una formación para preparar a sus profesionales en el abordaje de este tipo de problemas dentro del ámbito sanitario de las emergencias.

Un amplio porcentaje de los pacientes que son atendidos en el sistema sanitario público andaluz con este tipo de patologías solicitan ayuda a través de los centros coordinadores de emergencias y urgencias del 061. Es por ello que el papel de los equipos de emergencia sanitarias del 061 juegan un papel fundamental en la detección del riesgo suicida. Una intervención inmediata es primordial en estos casos, para lo que es necesario tener conocimiento de acciones y tratamientos, así como el manejo de las derivaciones a dispositivos del segundo nivel asistencial, las urgencias o los servicios especializados en salud mental.

Bajo esta premisa se enmarca el curso de formación que ya ha iniciado un primer grupo de médicos y enfermeros del 061. El director gerente del Centro de Emergencias Sanitarias 061, Fernando Ayuso, ha destacado que "los profesionales sanitarios que trabajan en emergencias deben estar capacitados y formados de forma reglada en el abordaje de los principales trastornos psicológicos y en el manejo de las demandas clínicas relacionadas con la salud mental de forma general, pero de manera específica con la conducta suicida”.

Por ello, el curso se ha dedicado de forma exclusiva a esta temática, con el objetivo de capacitar a los referentes de los servicios de emergencias provinciales en el abordaje de la conducta suicida en situación de emergencia. La formación ha contado con docentes especializados en la materia, como Susana de Castro, enfermera especializada en el manejo de la demanda suicida, o Miguel Guerrero, psicólogo clínico de la Unidad de Gestión Clínica del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga.

Durante esta primera sesión se han expuesto las principales barreras culturales, sociales y asistenciales para tratar al paciente en riesgo de suicidio, trabajando así en erradicar los mitos y prejuicios que rodean al suicidio entre los profesionales sanitarios. En este sentido, Miguel Guerrero ha abordado los factores de riesgo y de protección, haciendo hincapié en los grupos de población más vulnerables como son las personas mayores dependientes; personas con enfermedades físicas o trastornos mentales; adolescentes frágiles; personas víctimas de maltrato, violencia o con experiencias traumáticas, entre otras.

Formación continuada

Este tipo de formaciones se prolongarán en el tiempo con el objetivo de entrenar a estos profesionales en la detección y gestión del riesgo suicida, así como en la prevención del riesgo de suicidio en pacientes que expresan intencionalidad suicida a través de las llamadas del 061. El próximo curso tendrá lugar el 23 de junio y será impartido por Pedro Martín, psicólogo responsable de la Red Nacional de Psicólogos para la Prevención del Suicidio.

En él, Martín enseñará a estos profesionales a identificar las situaciones de riesgo de suicidio de forma inmediata, para valorar la severidad de ideas e intentos suicidas y saber orientar sobre el manejo de estos pensamientos e intentos por medio de primeros auxilios psicológicos".

Además, estos profesionales aprenderán las principales actuaciones e intervenciones que pueden poner en marcha ante una demanda de conducta suicida; a detectar y canalizar de manera oportuna las señales tempranas de riesgo ante la ideación o intento suicida; a habilitar a personas estratégicas en cada comunidad o a clasificar el riesgo suicida en niveles de gravedad, para intervenir acorde a esa clasificación.

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