Crónicas de la ciudad

Frondosas barricadas verdes en Dos Hermanas

Los vecinos han transformado varios rincones muertos de este barrio de la Carretera de Cádiz en pequeños pero frondosos vergeles

Uno de los rincones repletos de plantas en Dos Hermanas.

Uno de los rincones repletos de plantas en Dos Hermanas. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En la barriada de Dos Hermanas, hasta los más veteranos del lugar comentaban hacía veinte años que el origen popular del nombre hacía referencia a dos hermanas, encargadas de guardar un paso a nivel por donde luego se levantaría el barrio.

De ahí vendría el nombre popular, porque el oficial, como todavía reza una placa en la calle Sillita de la Reina, era ‘José Solís Ruiz’, en recuerdo de ‘la sonrisa del régimen’, denominación que hoy sólo conocen los más veteranos y los expertos.

Sin embargo, resulta cuando menos rarísimo que en el mundo ferroviario español de hace 70 u 80 años, dos mujeres se encargaran de la seguridad del tren del petróleo.

Otra explicación, para el firmante más plausible, recuerda que en la zona existían dos casas idénticas para los trabajadores que mantenían las vías y que pueden verse en viejas fotos aéreas; esas casas gemelas serían en realidad ‘las dos hermanas’.

Nombres aparte -junto a calle Parras hay una calle Dos Hermanas, dedicada a dos mujeres reales- uno de los mayores atractivos de este barrio de la Carretera de Cádiz es el ingenio con el que los vecinos han ido llenando de plantas esquinas muertas para multiplicar la sensación de verdor y frescor.

En la calle Concejal Massó Roura, enfrente del jardín que da la plaza del General Cano, los vecinos aprovecharon que el Ayuntamiento retiró de la circulación una palmera enana que casi impedía entrar en las casas para, hace unos siete años, colonizar este espacio con plantas de todo tipo y lo más llamativo: muchas de ellas están colocadas en artísticos y altivos poyetes, a modo de ‘performance’ de museo contemporáneo.

El resultado es ciertamente hermoso y refrescante. Además, algo también muy llamativo es que este espacio verde tiene enfrente un resto arqueológico del siglo XX. Se trata de una de las pocas cabinas de teléfono que todavía continúan en pie en Málaga, aunque sólo sirve de adorno.

Otra esquina reverdecida por los vecinos.

Otra esquina reverdecida por los vecinos, junto a calle Toledillo. / A.V.

Un paso más en el reverdecimiento del barrio lo encontramos en calle Toledillo, en otra esquina mucho más frondosa y, esta vez, acotada con vallas de madera, además de estar provista de un arco de entrada. Y en el interior, aparte de un rincón para el descanso, calas y costillas de Adán.

Dado que el decepcionante parque previsto en los vecinos terrenos de Repsol no cubrirá ni de lejos las necesidades de una de las zonas más pobladas de Málaga, más les vale a los vecinos montar estas barricadas verdes ante unos cambios climáticos que no traerán nada bueno.

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