Incendio de Pujerra

Una primera noche buscando refugio lejos de las llamas

La cuestión de las almohadas se convirtió en algo recurrente en el desalojo del casco urbano de Benahavís, que tuvo que ser evacuado el miércoles por la noche

Vecinos abandonando Benahavís el miércoles por la noche. | EFE

Vecinos abandonando Benahavís el miércoles por la noche. | EFE / efe. marbella

La Opinión

En viviendas de familiares o amigos, en la carpa de San Pedro en Marbella, en hoteles e incluso, en el coche o en la playa, pasaron la noche y las primeras horas fuera de casa los evacuados por el incendio de Pujerra tras verse obligados a salir de sus residencias, algunos de ellos en plena noche.

Tim Russell y su mujer, que habían dormido en San Pedro Alcántara, estaban pasando unos días de vacaciones en la Costa del Sol y habían estado todo el día fuera, por lo que la noticia del incendio les pilló por sorpresa; habían visto el humo en las montañas al regresar a su alojamiento en Benahavís, pero desconocían su gravedad.

Cuando escucharon la megafonía para ellos era «muy tarde» y aun sin entender qué decía, supieron que algo raro estaba pasando, por lo que se asomaron a la ventana y empezaron a ver mucho movimiento en la calle; le preguntaron a una pareja que pasaba por la puerta y que parecía británica, que les explicó lo que sucedía.

Tenían una hora para salir del pueblo, se quedaron en estado de «shock», recogieron sus pertenencias -no eran muchas porque venían para pocos días- y tomaron prestadas un par de almohadas pensando que, quizás, habrían de pasar la noche en el coche, comentaron a Efe.

La cuestión de las almohadas se convirtió en algo recurrente en el desalojo del casco urbano de Benahavís -como la compra de papel higiénico en los primeros días del confinamiento por el coronavirus- y los evacuados -sobre todo los extranjeros- llevaban junto a su equipaje almohadas.

Reunión ayer con los vecinos desalojados en la carpa de San Pedro. | L.O.

Reunión ayer con los vecinos desalojados en la carpa de San Pedro. | L.O. / efe. marbella

Con dos perros «grandes» y un pequeño yorkshire, y sin familia ni amigos en Málaga, Pepa Álvarez y su pareja lo tuvieron muy claro, ya que en la carpa habilitada por el Ayuntamiento de Marbella en San Pedro no iban a poder entrar con las mascotas y dejar a parte de su familia en el coche no era una opción, así que tocaba dormir en el automóvil o en la playa.

Mientras se dirigían hacía la costa sin saber bien qué iban a hacer, cruzaron una rotonda una vez pasado el control de la Guardia Civil que cortaba el acceso a la zona en plena evacuación de Benahavís, y se fijaron en varios vehículos aparcados en un espacio abierto en un lateral de la vía.

Algunos de sus ocupantes se habían bajado y tenían con ellos a sus animales de compañía, les preguntaron y comprobaron que estaban en la misma situación, por lo que se dieron cuenta de que habían encontrado el lugar perfecto para pasar la noche y esperar noticias; no lo pensaron mucho y decidieron quedarse allí.

Pilar Muriel salió prácticamente con lo puesto, recuerda, cogió el bolso y al más pequeño de sus tres niños -el de un año- en brazos y a los otros dos -de 5 y 8 años- de la mano, esperaba que su marido -que estaba trabajando cuando lo avisó- pudiese recogerlos en casa, pero no lo dejaron llegar hasta la puerta.

Pasaron la noche todos juntos y están en familia, pero salió pensando que sería sólo por unas horas. Precisamente anoche la Junta autorizó la vuelta a sus viviendas de la mayoría.

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