Estudio

El arte en la calle de Jaime Pimentel, reunido en un libro

El historiador de arte Adolfo Gandarillas presenta ‘Jaime Pimentel. Escultura pública y monumental’, la primera monografía sobre el reconocido artista malagueño, parte de su tesis doctoral. La obra ha sido posible gracias a la Diputación, el Cedma y la Real Academia de San Telmo

Jaime Pimentel, en la exposición sobre su obra en el Rectorado en 2014, con el Cenachero detrás.

Jaime Pimentel, en la exposición sobre su obra en el Rectorado en 2014, con el Cenachero detrás. / Gregorio Torres

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

El Cenachero, el Biznaguero, el Burrito Platero del Parque, las Gaviotas del Eduardo Ocón, la Niña de Benalmádena, el monumento a Juan Breva en Vélez... sus esculturas llevan 60 años enriqueciendo calles, plazas y jardines de Málaga y otros puntos del globo. Es el escultor Jaime Fernández Pimentel, un malagueño de calle Carretería, de la cosecha de 1933, aunque con el corazón en Almayate.

El pasado miércoles se presentó en la sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, de la que es académico de número desde hace 45 años, la primera monografía sobre su obra: ‘Jaime Pimentel. Escultura pública y monumental’, del historiador del arte malagueño Adolfo Gandarillas.

La obra ha sido posible gracias a la Diputación de Málaga y la Real Academia de San Telmo y se encuadra en la colección ‘Irrepetibles’ del Cedma.

Adolfo Gandarillas, en el centro, en la presentación de su libro con el presidente de la Diputación y los académicos de San Telmo.

Adolfo Gandarillas, en el centro, en la presentación de su libro con el presidente de la Diputación y los académicos de San Telmo. / Lorenzo Carnero

«Es un magnífico dibujante y un escultor de talento», subraya Adolfo Gandarillas, que vive a caballo entre Sevilla y Almayate, donde reside el artista. El experto cuenta que en 2019 aprovechó la procesión de la Virgen del Carmen para proponer al escultor que su vida y obra fueran objeto de una tesis doctoral.

«Quería hacer una tesis doctoral sobre algún tema malagueño y de los que barajé era el más interesante y apetitoso para mí», cuenta este investigador de la Universidad de Sevilla, quien explica que Jaime Pimentel colaboró de forma «magnífica» y le abrió su casa y sus ingentes archivos:«Me lo puso fácil porque en su labor de acopio guarda todo y sólo de su archivo he tomado más de 9.000 fotografías», explica.

Esta primera monografía sobre la escultura pública del Pimentel es la adaptación de una parte de su tesis doctoral, que defenderá en Sevilla este otoño y que incluirá la escultura privada. El deseo del autor es que esta otra amplia faceta de Pimentel también se convirtiera en un libro.

Con Alfonso Canales en la inauguración de su busto en 2007.

Con Alfonso Canales en la inauguración de su busto en 2007. / Gregorio Torres

La obra de Adolfo Gandarillas presentada la semana pasada es un minucioso análisis de la ingente producción de escultura pública de Jaime Pimentel, un artista que en su juventud se formó en Noruega con la afamada escultora del país Anne Grimdalen, gracias al patrocinio de Rolf Andvord, embajador noruego en Francia y más tarde en España. 

«Jaime Pimentel fue el único discípulo que Anne Grimdalen ha reconocido», subraya Adolfo Gandarillas, que apunta en la monografía que en la obra de Pimentel se aprecian unos grandes temas constantes: «Sus raíces mediterráneas, la captura instantánea del movimiento, la lucha contra la gravedad, la belleza, la anatomía humana y, por último, su visión cosmológica y religiosa del hombre».

Los proyectos no realizados

El ambicioso estudio, además, dedica un apartado a los proyectos no consumados, entre ellos un proyecto de fuente para la plaza de la Marina de 1963, que aunque gustó al alcalde de entonces, Francisco García Grana -uno de sus mayores apoyos- el que aparecieran desnudos, aunque fueran mitológicos, en una zona de paso de tronos de Semana Santa, echó para atrás a algunos concejales.

De 1965 fueron además los proyectos no realizados para rematar las cuatro columnas del Puerto con sendos grupos escultóricos.

Proyecto para la fuente de la plaza de la Marina en 1963 y al lado, uno de los cuatro grupos escultóricos proyectados para las columnas del Puerto.

Proyecto para la fuente de la plaza de la Marina en 1963 y al lado, uno de los cuatro grupos escultóricos proyectados para las columnas del Puerto. / Archivo Jaime Pimentel

Palabras para Jaime Pimentel

Una indisposición, afortunadamente sin consecuencias, impidió a Jaime Pimentel asistir a la presentación pero fue especialmente recordado por todos los asistentes. El presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Juan Manuel Cabra de Luna, subrayó lo infrecuente que es el que un artista influya con su obra como lo ha hecho Jaime Pimentel, «hasta el punto de convertirse en seña de identidad de todo un pueblo».

El académico Elías de Mateo, que recordó que sus abuelos vivían en el mismo edificio que la casa familiar del escultor, remarcó de Jaime Pimentel que, además de haber sido «profeta en su tierra (...) ha llevado su arte a lugares tan lejanos como Bélgica, Noruega o los Estados Unidos».

El presidente de la Diputación, Víctor González, por su parte, ensalzó las cualidades artísticas del escultor y subrayó que el libro era «una obra necesaria», mientras que el secretario de la Academia, José Infante, leyó unas palabras del propio Pimentel, quien dijo sentirse «muy agradecido» por este estudio sobre su obra pública. El libro deja para siempre en el papel lo que para siempre ya está esculpido en bronce.

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