Crónicas de la ciudad
El desagüe olvidado de la calle Juan de Ortega
Un modesto cauce para aguas pluviales en la barriada de Los Ramos luce como si sobre él hubiera caído una plaga bíblica. No le vendría mal un poco de limpieza
Asegura el sabio refranero español que las mejores esencias se guardan en los tarros más pequeños. Sin embargo, extrapolar esta observación popular a todos los niveles podría depararnos alguna sorpresa.
En el plano hidrológico, por ejemplo, basta examinar el cauce del Guadalmedina para constatar que, pese a su aspecto muy mejorable, sobre todo de la iglesia de Fátima para abajo en la que se nos revela como un desangelado y reseco abrevadero, a partir de ahí y hasta su nacimiento se transforma en una amplia pradera verde, todavía con alguna modesta corriente de agua -por el Limonero más que por la Naturaleza-, un paisaje de especial belleza desde el puente de la Palmilla, como pudo comprobar el pasado domingo el firmante.
Y sin embargo, un cauce mucho más pequeño y reconcentrado no siempre encaja en el refranero ni por tanto nos ofrecerá esencia alguna.
La cruda realidad de esta afirmación podemos localizarla en una calle que frente al Atabal, en el barrio de Los Ramos, homenajea al poeta malagueño del XVIII Juan de Ortega.
Allí nos toparemos con un modestísimo cauce de hormigón que desagua, rumbo al alcantarillado municipal, las aguas que de higos a brevas culebrean por los cerros más próximos, para que las casas más inmediatas no se aneguen con unas correntías dignas de la práctica del ‘rafting’.
Sin embargo, esta humilde obra de los años 90 explican los vecinos que no recibe el mantenimiento que se merece. Y lo cierto es que en el momento de visitarlo este periódico, la semana pasada, presentaba un estado de revista desastroso.
La impresión general es que, pese a que pinta poco en las infraestructuras hidráulicas de Málaga, parecía que sobre ella hubiera caído una plaga bíblica reservada para zonas de más relevancia. De hecho, en el centro del cauce florecía un bosque ennegrecido de cardos de gran porte y detritus , así como un par de viejos capazos; elementos que sin duda no ayudan mucho a que el agua corra con fluidez en caso de avenida.
Y como remate de este espacio dejado a su suerte, habrá que cruzar los dedos para que el agua nunca rebose porque, tras una rejilla atiborrada de matojos, ya en la civilización, aguarda una caseta de electricidad, informan los vecinos (menudo sitio para colocar algo así) y, justo antes, y quién sabe si como medida previsora de escape, un vecino tiene una descolorida barca tostándose al sol.
Óscar, un vecino de la calle, se muestra taxativo ante este paisaje de desolación: «Esto no lo han tocado en 30 años». Sea cierto o no, hora es de actuar.
Suscríbete para seguir leyendo
- Destrozan la exposición de Hogar Abierto de Larios
- Una peluquería de Málaga responde a las críticas de un cliente: "En este salón no toleramos ningún tipo de discriminación
- Vecinos del Palo acuerdan manifestarse para pedir la legalización de las casas de la playa
- El barrio de la Térmica, ¿bastión de ‘indepes’?
- Fallece en Málaga tras caer por un puente de la A-7 durante una persecución
- Desalojan un inmueble okupado por seis personas en los Baños del Carmen ante el riesgo de derrumbe
- La escalada del precio de la vivienda se contiene en Málaga mientras el alquiler se dispara
- Las lluvias de marzo ya dejan en los embalses casi 72 hectómetros