Los monumentos de Málaga, a la espera de trabajos urgentes

Un programa electoral es, igual que el cine de las sábanas blancas, un territorio de sueños con la particularidad de que en él nunca falta la expresión «establecer sinergias». Pero si para algo se entra en política en España, además de para dirigir la administración por largos años sin necesidad de opositar, es para cumplir ese listado de deseos.

En la comunidad autónoma andaluza, como bien saben, acaba de darse una circunstancia que antes sólo le ocurría a los socialistas: los populares han obtenido una rotunda mayoría absoluta.

Semejante circunstancia, tan ansiada por todos los partidos, elimina buena parte de los obstáculos para hacer posible todo lo que se pueda del programa electoral. Ya no hay que estar mendigando por los grupos políticos en busca, cuando menos, de una abstención en la votación de los presupuestos; se acabó el depender de un aliado incómodo o faltón o de ver cómo el contrario te tumba el castillo de sueños.

Con todas las salvedades, pues vivimos bajo la amenaza de una pandemia y de un dictador ruso, echando mano de una simpar película de Manolo Escobar ‘Todo es posible en Granada’...y ahora también, en el resto de Andalucía.

La responsabilidad y el reto son mayúsculos, reconocían al firmante fuentes del partido, pero habrá que señalar, como elemento a favor, que el camino está bastante despejado.

Todo esto viene a cuento porque la semana pasada este diario adelantó las prioridades que la Consejería de Cultura de la Junta se marcaría para Málaga capital si el PP ganaba las elecciones.Hablando en plata, se trata de actuaciones urgentísimas que no admiten espera y hay que agradecer que todas sean actuaciones sobre nuestro Patrimonio histórico-artístico porque sin él, aparte de acabarse la fiesta, seríamos una ciudad impersonal.

El PP anunció que actuaría de forma inmediata en el Cerro del Villar, para sacar a la luz, de una vez por todas, la ciudad fenicia; en el conjunto Alcazaba-Gibralfaro, con muchas zonas que consolidar y reparar y su coracha terrestre pintarrajeada desde hace años; en el conjunto Catedral-Iglesia del Sagrario, con el templo mayor sin un mísero tejado y la iglesia agrietada; en la estropeada Cripta de los Condes de Buenavista dentro del Santuario de la Victoria; aceleraría la apertura de las mezquitas funerarias de calle Agua y también trabajaría en el Acueducto de San Telmo, al que todavía le queda ‘un majao’.

Son retos muy grandes, qué duda cabe, pero los populares disfrutan por vez primera de mayoría absoluta en Andalucía, así que ánimo y al toro.

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