Distribución

Las frutas y verduras cuestan ya de seis a nueve veces más que en origen

La agrupación agrícola COAG denuncia en un informe sobre los precios de frutas y verduras las enormes diferencias que soporta el consumidor. Una naranja pasa de 0,15 a 1,50 euros por kilogramo en su camino hasta nuestras mesas

El sindicato agrario COAG pone el acento en la extraordinaria diferencia de precios que actualmente arrojan frutas y verduras en la provincia malagueña.

El sindicato agrario COAG pone el acento en la extraordinaria diferencia de precios que actualmente arrojan frutas y verduras en la provincia malagueña. / FRAN EXTREMERA. MÁLAGAf. e.

Fran Extremera

Fran Extremera

Ajos, patatas, zanahorias, ciruelas, naranjas, sandías o lechugas cuestan al menos cinco veces más de lo que recibe el agricultor en origen. Las diferencias de precios cuando nos hallamos con indicadores de la inflación inéditos desde mediados de los ochenta pesan más que nunca en los bolsillos del consumidor final. Hasta por nueve se multiplica el coste de algunas frutas y verduras, como denuncia COAG Málaga.

Esta agrupación agrícola especifica en un informe sobre los precios de frutas y verduras las enormes diferencias que soporta el consumidor final. Por ejemplo, un kilogramo de naranjas pasa de 0,15 a 1,50 euros en su camino hasta llegar al hogar de cualquier familia.

«Lo que pasa aquí es evidente, pues tenemos unas diferencias extraordinarias desde que el producto sale de las manos del que lo cultiva hasta que lo adquiere el que lo compra», subraya el presidente de COAG en Málaga, Antonio Rodríguez.

Alega que este trabajo de seguimiento constante de los precios en la provincia malagueña se desarrolla periódicamente. Pero es en este momento cuando esa labor tiene una mayor repercusión social. «Estamos en un periodo de inflación disparada, con el precio del combustible por las nubes. Es necesario como nunca hacer ver esa gran diferencia entre el agricultor y el precio que paga el consumidor», manifiesta.

Para Rodríguez, en la intermediación «se especula muchísimo» y el que cultiva a veces «se ve obligado a dejar de producir una variedad hortofrutícola. La paradoja es que el que va a comprar cierta fruta no se la puede permitir, mientras que el agricultor, de lo poco que cobra, no se puede permitir su producción».

«Vemos a la lechuga, la patata o el ajo con incrementos por encima del 700%. Una de las labores de nuestra organización es precisamente la de visualizar estas situaciones tan significativas. Tenemos que apostar por una ley de la cadena, donde esté recogido el coste mínimo de producción. Y así que cada eslabón cobre lo que le pertenece, para así poder avanzar», argumenta el presidente de COAG en Málaga.

Junto al precio de la naranja, con un incremento del 887% sobre el precio en origen, los ajos soportan un porcentaje del 749%, por el 629% que arrojan las zanahorias. La sandía también pasa de 0,36 euros por kilo a más de 2 euros, lo que supone una subida del 500%.

La ciruela pasa de 0,66 a 4,37 euros, que arrojan un 562% de subida. La patata sube de 0,20 a 1,35 euros, o lo que es lo mismo, soporta otro 575% respecto al precio en origen que percibe el productor. La lechuga aumenta de 0,18 a 1,10 euros por kilo, también por encima del 500%.

Otros aumentos que rozan el 500% aparecen cuando observamos otras frutas y verduras, como son el brócoli o el limón. Hasta en el aceite de oliva hay diferencias que pueden llamar la atención, si bien es cierto que el porcentaje es menor: 51%.

Entre el 300% y el 500% aparecen asimismo la acelga, que sube de 0,64 a 2,66 euros, la berenjena, el calabacín, la cebolla, la coliflor, albaricoques o melocotones, así como las nectarinas.

Para los productores, todos estos incrementos tienen un condicionante añadido. Y es que en los últimos seis meses se han disparado también los gastos de producción, al subir los costes de fertilizantes o de derivados del petróleo, como el propio combustible que usan para motores o el riego automatizado.

Para Antonio Rodríguez, es cierto que las comunidades autónomas ya tienen distintos observatorios de precios, con datos oficiales, pero la lucha ahora «está centrada» en que la nueva normativa sirva para paliar estas enormes diferencias. «Seguimos muy atentos a las evoluciones de estos mercados intermedios, donde se dispara un precio que al agricultor no suele llegarle», finaliza.

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Melones y sandías están en el punto de mira este verano. Durante años estas frutas de temporada no han registrado precios tan distantes entre origen y consumidor final. Si la sandía multiplica por cinco el coste inicial que percibe el agricultor, el melón también lo hace hasta por tres. En el caso de esta última fruta, el productor recibe de media poco menos de 50 céntimos, mientras que en la tienda o el supermercado se encuentra actualmente en 1,50 euros. Los agricultores señalan que la administración debe poner cierto orden, sin interferir en las reglas que impone la oferta y la demanda.

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