Sociedad

El compromiso, en peligro de extinción

El fenómeno viral de las ‘red flags’ alerta de que los jóvenes asocian la estabilidad en los vínculos afectivos con la dependencia

Las redes sociales se llenan de mensajes que incentivan al desapego en los vínculos afectivos. | GETTY

Las redes sociales se llenan de mensajes que incentivan al desapego en los vínculos afectivos. | GETTY / Ana Barranco. MálagaAna Barranco

Ana Barranco

Las redes sociales se han llenado en los últimos meses de mensajes precedidos por el emoticono de la bandera roja. Después de rechazar la posibilidad de que pudieran tratarse de avisos de mareas altas o medusas en las playas, se ha deducido que se trataba de indicios que los usuarios calificaban de ‘definitivos’ para acabar con una relación amorosa o cualquier otro vínculo afectivo. Lo que es lo mismo, un incentivo para que literalmente ‘huyeras’ de tu relación de pareja o de tus amistades por ciertos comportamientos o actitudes que ellos llevaran a cabo.

La cuestión que plantea este fenómeno viral es ¿puede responder esta tendencia al miedo al compromiso o la estabilidad en los vínculos sentimentales?

Mariela Checa es la decana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Oriental y valora que esta tendencia puede ser la manifestación de dicho temor: «Tenemos a gente que no quiere relaciones estables, entonces va fluctuando en relaciones muy cortitas, y no termina de comprometerse con nadie porque piensa que eso puede llevar a la dependencia».

Asimismo, la psicóloga explica que en la actualidad existe una forma de comportamiento que se podría denominar «cultura de la sustitución». Esta consiste en cambiar rápidamente de pareja o de amistades sin intentar poner en práctica valores como la comunicación y la empatía. Lo que es lo mismo, a cualquier mínima incomodidad que se produzca, se abandona y ‘se pasa a otra cosa’. Esta situación viene, en cierta forma, motivada por la popularidad de las aplicaciones de citas.

El sexólogo Arun Mansukhani, en un vídeo para la Fundación BBVA, lo define como «sopesar personas casi como si fuesen objetos». «La facilidad de sustitución que hoy día afortunadamente se tiene, porque si una relación no te va bien está genial que la puedas cambiar, (...) también ha llevado a la búsqueda de una perfección en una pareja, de manera que cualquier mínimo detalle que no te guste es sustituible», razona Mariela Checa.

La psicóloga, que además es la coordinadora del Servicio de Atención Psicológica de la Universidad de Málaga, matiza: «Valores como la comprensión, el entendimiento y la comunicación están perdiendo lugar dentro de una relación de pareja».

El fenómeno opuesto

Los expertos en psicología refieren también una situación completamente opuesta a dicha falta de compromiso. Afirman que «en edades muy tempranas se han repetido unos roles de desigualdad importantes y donde se han vuelto a dar comportamientos machistas, muy poco acordes a la época actual», según narra Mariela Checa.

«Los profesionales siempre decimos que nos sorprende mucho cómo esta generación de gente tan joven, que se supone que son los más formados, tienen a veces patrones de dependencia mucho más fuertes que los que veíamos hace 10 años», justifica Checa.

La causa de este fenómeno preocupante, que lleva a los jóvenes a embarcarse en relaciones perjudiciales para ellos, puede encontrarse en el concepto que tienen del amor los miembros de la llamada ‘generación de cristal’, aparentemente fuertes por fuera pero muy frágiles por dentro.

«Tanto chicos como chicas, de entre 16, 17 y 18 años, entienden que ese control es amor y lo refieren como normal e incluso como necesario para identificar que esa relación es verdadera. Todo muy idílico», anuncia la decana del Colegio de Psicología de Andalucía Oriental.

Las tecnologías no ayudan en la necesidad de mantener una relación sana, pues pueden incluso facilitar las actitudes tóxicas: «El control de tus redes sociales para saber lo que estás haciendo, activarte la ubicación para saber en todo momento dónde estás, todo ese tipo de cosas favorecen esa dependencia».

Intolerantes a la frustración

Una de las explicaciones que subyacen a estos comportamientos es el motivo por el que las generaciones más jóvenes son llamadas, entre los expertos, «de cristal».

«Son generaciones con una tolerancia a la frustración muy baja; cualquier cosa que no les guste la abandonan rápidamente. No solo una pareja, también un trabajo, unos estudios», sostiene Mariela Checa.

Defiende que en esta construcción individual del concepto de ‘esfuerzo’, «el sistema educativo que tenemos no ayuda mucho» pues se basa en las «gratificaciones inmediatas».

«Una relación es cosa de dos y se basa en avanzar conjuntamente (...). Si ya de antemano necesitas una gratificación instantánea y tu pareja no te la da y toleras muy mal la frustración, pues la tasa de abandono es muy alta», reflexiona.

El amor propio

«Presta atención a las relaciones que son lo que más va a influir en tu felicidad y de entre todas esas relaciones no te olvides de la más importante, la que tienes contigo mismo». Este es el consejo que refiere el sexólogo Arun Mansukhani en una charla de la Fundación BBVA. La necesidad de construir el amor propio a partir del autoconocimiento es una de las claves que anuncian los expertos para poder labrar relaciones que no rocen los límites. Entre los jóvenes, esta situación es aun más acuciada.

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