Crónicas de la ciudad

Del Parque de Málaga y cómo prevenir riesgos

Visto el triste ejemplo del parque menguante de Repsol, mejor prevenir y pelear porque el Parque de Málaga sea BIC. Nunca se sabe qué deparará el futuro

Un rincón del Parque de Málaga, esta semana.

Un rincón del Parque de Málaga, esta semana. / Alfonso Vazquez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En el principio no fue el Parque de Málaga, en esta ciudad bravía la inercia inicial fue construir viviendas en esos terrenos, como se aprecia en un terrorífico proyecto de fines del XIX.

Por suerte para la ciudad, imperaron la racionalidad pero también el tesón de don Antonio Cánovas del Castillo, que echó una mano como presidente del Gobierno para que la Autoridad Portuaria no se ahogara en deudas y pudiera ceder los terrenos, con lo que hizo posible la zona verde históricamente más relevante de Málaga, con permiso de La Concepción.

Los malagueños del XIX fueron afortunados porque, de haber contado con los cargos políticos de nuestros días, ya saben que la mitad del Parque se habría ido a hacer gárgaras, pues se habría destinado a ‘parque de viviendas’, para fomentar así una centralidad y ahorrar emisiones de CO2 a la atmósfera, tan necesitada siempre de hormigón -la construcción, para algunos políticos malaguitas de 2022, avanzados prohombres de Ciencia, resulta que es una actividad inocua que sólo suelta pompitas de jabón-.

Por eso, hay que concluir que el Parque salió adelante a finales del XIX porque no contó con la desnortada clase política de nuestros días, a la que si el momento histórico le hubiera resultado propicio, también le habrían pegado sus buenos bocados a Central Park, El Retiro y cualquier otra zona verde puesta a tiro.

La 'dentellada' que los terrenos de Repsol recibieron de nuestros hambrientos políticos tras el modélico PGOU de 1983 explica que en nuestros días se vaya a construir en la mitad de la parcela y que los 40 colectivos partidarios de casi 18 hectáreas de bosque y no de un parque de 6,5 (en total suman sólo 8 hectáreas de verde en todo el solar) sean ninguneados mientras se ofrecen cifras cojitrancas sobre los beneficios de no ir en caravana hasta el PTA.

Por eso, la moción de Unidas Podemos esta semana para declarar BIC el Parque de Málaga insufla esperanza, pues ha sido apoyada por todos los partidos. 

Cierto que resultaría impensable que, a estas alturas, alguien le hiciera una faena al Parque de Málaga, pero visto cómo nos las gastamos con futuros parques en esta ciudad y la presión por encontrar viviendas para tantas empresas y foráneos, mejor blindar lo que tenemos, no sea que, por ejemplo, el proyecto final de plan Litoral, el que se haga realidad, contemple algún invento de conectar el Puerto y la ciudad con vaya usted a saber cuántos ‘corredores permeables’ a través del Parque y nos lo desgracien. Visto el percal, mejor prevenir dentelladas malaguitas a largo plazo.