Crónicas de la ciudad

Continúa la tertulia de las latas junto a la antigua cárcel

La demolición el año pasado de los pabellones delanteros no ha acabado con la asamblea especializada en espurrear de latas de cerveza la antigua prisión

Esquina del patio delantero de la antigua prisión, hace unos días.

Esquina del patio delantero de la antigua prisión, hace unos días. / Alfonso Vazquez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En unos tiempos en los que el mundo carecía de cobertura y los únicos ‘móviles’ eran las personas y animales que se movían, los griegos fueron capaces de preguntarse por el funcionamiento del mundo y de la vida, una indagación que nos ofreció respuestas coherentes y creativas que todavía nos sirven de inspiración, pese al acoso borrico a las Humanidades.

Sin necesidad de caminar cabizbajos por las calles oteando el teléfono, en la Antigua Grecia escrutaron el cielo y el alma humana con la cabeza alta y sin pagar cuota alguna, en un mundo a salvo de las telellamadas de la siesta.

El ‘ágora’, un concepto muy empleado en los proyectos urbanísticos malaguitas para ponerse un poco trascendentales y así elevar el espíritu y los honorarios, era uno de los escenarios favoritos para estos fascinantes ejercicios de exploración interior y exterior de los que tanto disfrutaron Sócrates y los suyos.

Sin embargo, con el paso de los siglos el concepto de ágora como plaza pública no siempre ha ido acompañado de reflexión intelectual y escrutinio de nuestra existencia. En ocasiones, el ágora ha ido de la mano del metafórico eructo, con perdón.

El patio, perlado de latas.

El patio con latas y restos de rellenos de muebles. / Alfonso Vazquez

La merma del prestigio del ágora la podemos comprobar en la asamblea pública que, desde hace bastante años, tiene montado sus cuarteles de invierno y de verano en una esquinita de la antigua prisión provincial, el futuro equipamiento cultural que, en bastantes ocasiones, parece más parado que un caracol en un espejo.

Como sabrán los lectores de esta sección, durante muchas lunas el ágora pública que todas las tardes se reunía en la esquina que da a la calle Virgen del Pilar se caracterizaba por expeler una cantidad ingente de latas cerveza al abandonado patio delantero de la cárcel, quién sabe si, además, mediante el ‘gancho del cielo’ del jugador de baloncesto Kareem Abdul-Jabbar.

Tan veterana costumbre, inencontrable entre los socráticos, se manifestaba en una miríada de estrellas en el patio, en realidad los rayos de sol reflejados en las latas del bebercio.

La demolición el año pasado de los patios delanteros de la cárcel podría hacer creer que se había acabado la tertulia filosófica y con ella, sus costumbres bárbaras, pero no contábamos con la astucia de estos nuevos ‘platones’, a los que les importa un pimiento lo que suceda con este edificio cargado de historia (y basura).

Por eso, en la esquinita permanece una silla, mientras en el antiguo patio espejean las latas como si no hubiera un mañana, además del relleno hecho trizas de algún sofá. Pura filosofía.

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