Previsiones

La hostelería prevé en Málaga visitas de última hora que limiten los efectos de la crisis

El presidente de Hostelería de Andalucía y máximo responsable provincial de Mahos, Javier Frutos, confía en que la inercia de este mes de agosto de récord, con unas cifras de contratación incluso superiores a las de 2019, compense las caídas que se anuncian para el próximo otoño

Turistas y residentes disfrutan a la hora del almuerzo en una de las terrazas más céntricas de Torre del Mar.

Turistas y residentes disfrutan a la hora del almuerzo en una de las terrazas más céntricas de Torre del Mar. / FRAN EXTREMERA

Fran Extremera

Fran Extremera

La patronal malagueña de hostelería, liderada por el colectivo provincial Mahos, confía en que la inercia de este agosto de récord sirva para volver a alargar el verano en cuanto a visitantes. Al igual que ha ocurrido durante la pandemia, los hosteleros señalan a las visitas de última hora como factor clave para limitar los efectos de la crisis energética y de la elevada inflación que padecen.

El presidente de Hostelería de Andalucía y de la propia Mahos, Javier Frutos, recuerda que este mes se cerrará con máximo histórico de contrataciones, por encima de las de 2019. «Es cierto que nuestro sector va en línea a las previsiones de llegadas de turistas y de reservas de alojamientos, que apuntan a un descenso en otoño. Sabemos que siempre hay una pequeña caída conforme pasa el verano, que se podría agudizar en el marco de la actual coyuntura económica», alega.

Pero se muestra optimista, «respecto a lo que se avecina, porque tras dos años de pandemia hemos logrado alargar la temporada turística aquí en Málaga. No tenemos motivos para pensar que no vaya a ocurrir de nuevo este año. Y es que esos viajes de última hora pueden alimentar esa parte final de temporada», insiste.

Argumenta que haciéndose eco de las previsiones generales, la esperanza es cerrar el año con un balance positivo. Y a renglón seguido pone sobre la mesa los contratiempos que pueda derivar la imposición de «una única temperatura» para el sector en «todo el país, sin considerar diferencias climáticas». Así remarca que dentro de los bares y restaurantes es habitual que se superen los 30 grados de temperatura.

«Lo que propone el Gobierno central es una medida desacertada, subrayando que nosotros estamos a favor del ahorro energético, porque además repercute de forma favorable en nuestras empresas. De esta manera, los hosteleros rechazan el avance que se conoce de la Ley de Ahorro Energético del Gobierno, por el «gran perjuicio» que podría suponer para la patronal.

En ese sentido, los hosteleros han solicitado a la Junta de Andalucía que valore la inconstitucionalidad del decreto, así como que defienda al sector «con la no aplicación de aquellas medidas que dependan exclusivamente de sus competencias». Y hacen hincapié en que poner la climatización a 27 grados como mínimo, «no garantiza en absoluto que la temperatura vaya a ser de 27 grados», alega Frutos.

Un local con trabajadores, clientes y maquinaria imprescindible para la actividad hostelera estará siempre «muy por encima de ese nivel», manifiesta este portavoz de la patronal autonómica. E incide en que las medidas tendrán influencia directa en las cifras de facturación, de empleo y de cuentas de resultados de las empresas, porque «la hostelería es un lugar de ocio, de disfrute, y sencillamente bajará la actividad porque nadie quiere ir a pasar un mal rato a ningún sitio».

«¿Cómo va a ser igual un aire acondicionado a 27 grados en La Alpujarra que en Jaén capital, o en Écija que en Sanlúcar de Barrameda?», se pregunta Frutos, antes de denunciar que no se ha tenido en cuenta a la hostelería para nada antes de diseñar esta normativa. Justo llega además la iniciativa cuando el sector «aún arrastra un déficit de facturación» con respecto a 2019 de más del 7%, según el último dato oficial disponible.

«Nos gustaría ver los informes técnicos que ha usado el Gobierno de España para determinar que el aire acondicionado deba estar a un mínimo de 27 grados. Será difícil interpretar que no ha sido una ocurrencia o que tiene un fin más propagandístico que real», concluye el presidente de la hostelería en Andalucía.

Algunos usuarios ya se han manifestado también en redes sociales, acerca del creciente calentamiento global que condiciona medidas drásticas de temperatura en los establecimientos andaluces. Recuerdan que el interior de la provincia o de la propia comunidad autónoma soportan en estos días máximas de más de 40 grados. Al mismo tiempo dudan que la medida de poner la calefacción a un máximo de 19 grados se pueda exigir en los establecimientos de alta montaña.

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