Crónicas de la Ciudad

El anuario de San Telmo vuelve a sus grosores

Con los tiempos pandémicos cada vez más atrás, el estupendo anuario de la Real Academia de San Telmo, balance de 2021, recuperó ‘la línea’ de actividades

Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Anuario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. / Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Resulta estimulante tratar de resumir, a grandes trazos, todo un año de actividades de una institución tan veterana como la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, con el cúmulo de actos y trabajos que ha tenido 2021, un año en el que se quedó atrás lo peor de la pandemia.

La vuelta a la normalidad queda bien reflejada en el grosor del anuario, que para los que prefieran la versión digital pueden descargarla ya en www.realacademiasantelmo.org/anuarios.

Con portada del nuevo académico Chema Cobo, obra donada a la Academia, podemos encontrar, entre otras muchas aportaciones el análisis de Elías de Mateo del Desastre de Annual en el verano de 1921 y la respuesta de Málaga. El mismo académico ofrece un trabajo muy interesante sobre la figura de Liborio García, un soriano vecino de la tierra riojana de Cameros que emigró a Málaga hacia 1845 y terminó siendo alcalde de su ciudad de adopción, durante la infancia de Pablo Picasso.

Por su parte Mari Pepa Lara nos redescubre al poeta bohemio malagueño Pedro Luis de Gálvez, hijo de un general carlista y por lo que parece, todo lo opuesto a su padre. Los testimonios de sus contemporáneos aquí recogidos son interesantísimos, por cierto.

A Estrella Arcos le toca detallar la restauración de las rejas y elementos del palacete de los condes de Benahavís en Hoyo de Esparteros, lo único que se salvó en la (sonrojante) operación inmobiliaria que ha deparado el desproporcionado y decepcionante hotel de Rafael Moneo, amén del pastiche del edificio demolido. Ya tenemos un Málaga Palacio para el siglo XXI, obsequio de nuestros provincianos cargos públicos.

Francisco Ruiz Noguera realiza además un repaso muy necesario a las nuevas hornadas de poetas de Málaga, en estos tiempos tan poco afines a los versos y más al trazo grueso de la guerra.

Además, el profesor Pedro Rodríguez Oliva estudia el busto del emperador romano Antonino Pío, una de las últimas incorporaciones al Museo de Málaga, originalmente localizado, entre 1907 y 1912, en la finca de San Guillermo, propiedad de Guillermo Rein. A la muerte del propietario pasó a su viuda, María Teresa Bolín de la Cámara, por lo que estuvo muchos años bien custodiado por la familia Bolín, hasta su robo en 2004 y recuperación seis años más tarde: fue localizado en un lujoso hotel de Marbella.

Termina el anuario con un trabajo del cineasta Carlos Taillefer que deja constancia de que el cine andaluz ni mucho menos comenzó con ‘Solas’ de Benito Zambrano. 2021, un año de buena cosecha en San Telmo.

Suscríbete para seguir leyendo