Balance de la Feria

Málaga mantendrá su modelo de Feria para conciliarlo con el turismo cultural del Centro

La edil delegada de Fiestas del Ayuntamiento de Málaga, Teresa Porras, rechaza la ampliación de horarios que solicita el sector hostelero y se muestra muy satisfecha con la ausencia de incidentes de este año y la reducción del botellón en las grandes fiestas de la capital costasoleña

La calle Larios repleta durante los días de Feria. | ÁLEX ZEA

La calle Larios repleta durante los días de Feria. | ÁLEX ZEA / FRAN EXTREMERA. Málaga

Fran Extremera

Fran Extremera

El Ayuntamiento de Málaga ha descartado por el momento, nada más hacer balance de lo que ha sido la Feria tanto en el Real como en el Centro, esa ampliación de horarios que pone sobre la mesa el sector hostelero para compensar la bajada de ingresos que han registrado muchos establecimientos del casco histórico.

Así, la edil delegada de Fiestas, Teresa Porras, rechaza de manera explícita la propuesta porque el Centro «necesita estar en perfectas condiciones para el turista cultural o el que sale a cenar temprano y precisamente acude a la restauración en las mismas calles» donde se celebra la feria en el corazón urbano de la capital malagueña.

«Es muy complicado cambiar el modelo por la infraestructura y la limpieza que requiere atender al turismo cultural. Tenemos que tener el Centro limpio cuanto antes y me atrevo a decir que es casi imposible ampliar horarios. Todos tenemos que ser conscientes de que no puede ser todo lo que se quiere, porque también hay que mirar lo que se puede», relató ayer a este periódico.

«La limpieza es fundamental y tenemos unos recursos limitados. El turista que no cena tarde, que no son pocos, quiere limpio el entorno al que acude», expresó al tiempo que subrayó que la Feria de Málaga ha mejorado en numerosos aspectos. «Ha sido una feria muy buena, tanto en el Real como en el Centro», apostilló.

«Valoro personalmente muchísimo la semana de feria que hemos vivido. Teníamos preocupación por aspectos como la posible aglomeración de personas. Pero todo se ha desarrollado con absoluta normalidad y una conducta que desde aquí quiero agradecer a la ciudadanía que ha podido disfrutar con civismo de nuestros grandes festejos. El ambiente en el Centro ha sido estupendo, con mucho verdial y el botellón reducido a casos muy esporádicos «, agregó la responsable de la delegación municipal de Fiestas.

La preocupación por las posibles aglomeraciones en determinadas fechas o circunstancias ha quedado reflejada en los números de una edición que ha roto barreras, por ejemplo, en el uso del transporte colectivo. Así, Porras manifiesta que ha habido un récord de pasajeros en los medios públicos, «al haberse duplicado las cifras de 2019». Ha puesto sobre la mesa que habrá que mejorar distintas cosas, «como las ordenanzas municipales de la feria, que se han quedado obsoletas», ante la planificación para la edición de 2023.

La buena conducta en general es uno de los aspectos positivos «que ha venido después del paréntesis impuesto por la pandemia». Para la edil malagueña, estas fiestas han sido en muchos casos un reencuentro muy esperado con amistades y familiares. En ese sentido, asegura que nadie ha querido meterse en problemas: «La gente ha ido a divertirse y eso es algo que quiero agradecérselo a todo el mundo».

También incide en el impacto en redes sociales de la noche de los fuegos, con esos 240 drones que han aportado una innovación en los festejos de la capital costasoleña. «También ha sido positivo pasar el pregón al Real, tal y como lo han valorado los ciudadanos. Seguiremos por esa línea», espeta la propia Porras.

Sobre la evolución de la feria de noche en el Real, la edil únicamente destaca que durante la madrugada del sábado al domingo hubo una menor afluencia frente a anteriores ediciones. Pero al mismo tiempo aumentó entre semana esa asistencia, especialmente el miércoles o el jueves. Ese cambio de hábitos confirma que la Feria de Málaga «evoluciona de forma natural y no tiene nada que ver con la de hace quince años».

Finalmente, quiso referirse al importante número de fiestas que en una ciudad como Málaga se organizan desde su delegación municipal. Y puso como ejemplo las fiestas del Carmen, que se han consolidado en barriadas marineras como Huelin o El Palo, así como en la Colonia de Santa Inés. Apuntó que en los distintos distritos ha habido ferias y fiestas, incluyendo núcleos como Campanillas, mientras que en otras zonas se ha completado el calendario con las actividades de semanas culturales como la vivida en primavera en Cruz de Humilladero.

De esa forma, puso de manifiesto que la capital, en el capítulo festivo, es mucho más que la gran feria de agosto. Si bien es cierto que la millonaria afluencia de turistas, justo cuando llega la temporada alta en cuanto a visitantes, constituye uno de los grandes motores económicos para el sector de la hostelería y para la extensa oferta de alojamientos que en estas fechas existe tanto en la ciudad como en el resto de poblaciones cercanas.

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