Málaga

Primeros hallazgos en el yacimiento fenicio del Cerro del Villar

Un equipo formado por 50 historiadores y arqueólogos ha comenzado ya a excavar en la desembocadura del Guadalhorce - Vajillas importadas de Italia son los primeros fragmentos de la vida cotidiana de ‘Malaka’ del siglo VIII a.C.

Ana Barranco

Las labores de excavación en el yacimiento arqueológico del Cerro del Villar, que comenzaron hace menos de una semana, ya están empezando a dar sus primeros frutos. La Universidad de Málaga es la encargada de coordinar el proyecto que pretende conocer cómo era la vida de los fenicios que crearon allí una ciudad amurallada llamada ‘Malaka’, que en su idioma significaba factoría o sal, y que es el origen de la ciudad actual. 

La investigación está liderada por el historiador malagueño José Suárez, quien está al frente de un equipo de 50 profesionales no solo de la UMA, sino también de las universidades de Santander y la alemana Aquisgrán. Los especialistas ya han localizado fragmentos de vajillas, sobre todo de copas, que datan del siglo VIII a.C. y que revelan una parte importante de la vida cotidiana de los miembros de la colonia fenicia

Ha sido un par de días antes de lo previsto cuando han comenzado las excavaciones en el yacimiento, después de haber hecho, la primavera pasada, un estudio inicial del terreno mediante el uso de un georradar que hizo una ‘radiografía’ de la urbe que allí se asentaba hace más de 2.500 años. 

La parte seleccionada por los historiadores para empezar a excavar podría ser la que, en unos cuantos años, se abriera a las visitas: «Queremos centrarnos en un sector del yacimiento que puede utilizarse en el futuro como zona de acceso para los posibles visitantes. Es lo que quiso la Junta de Andalucía», ha explicado a este periódico José Suárez, director del proyecto y profesor de Historia de la Universidad de Málaga. 

Asimismo, Suárez ha detallado que la selección de esta zona se debe a que «puede estar próxima al límite perimetral de la isla, donde hay evidencias de urbanismo, de calles, de edificios complejos». De hecho, el equipo de arqueólogos espera localizar «las primeras estructuras» a mediados de este mes. 

Lo singular de este yacimiento es, además, que podría tratarse de la ciudad fenicia mejor conservada del extremo occidental del Mediterráneo, debido a que en los años posteriores a esta civilización, ninguna otra habitó la zona. 

‘Parón’ de 20 años

Las excavaciones han estado paralizadas casi 20 años, desde las últimas que se hicieron en 2003 por la arqueóloga catalana María Eugenia Aubet. El motivo que explica este ‘parón’ es la falta de financiación: «Hasta ese momento había recibido financiación de la Junta de Andalucía la profesora María Eugenia Aubet, que era la que investigaba el yacimiento desde los años 80 (...). A partir de ese año dejó de contar con ella», justifica el director del proyecto actual. 

Fue precisamente en aquellos años cuando la inminente construcción de la A7 despertó el interés por una zona que tenía mucho que decir sobre la historia de Málaga. Por eso, el Cerro del Villar fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1998. 

Después de todo este tiempo, ha sido ahora cuando «se han vuelto a dar las circunstancias propias para retomar la investigación». Estas, según narra José Suárez, son la colaboración del Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga y las capacidades de equipo y personal de la UMA, así como los permisos de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta. 

«La UMA podía liderar estas investigaciones porque tiene profesores y equipos que puede dirigir los trabajos y que además se ha juntado con la sensibilidad del Área de Cultura y de la Gerencia de Urbanismo para poder abordarlos», ha señalado el experto.

Excavaciones en el paraje natural de la desembocadura del Guadalhorce, en Málaga

Excavaciones en el paraje natural de la desembocadura del Guadalhorce, en Málaga / Álex Zea

El día a día del arqueólogo fuera de las películas

Es inevitable que al pensar en la figura del arqueólogo, nuestra mente no viaje a la selva que escondía el ‘Templo Maldito’ y que el profesor Jones o ‘Indy’ recorría sin hacerse apenas un rasguño. 

En contra del estereotipo cinematográfico, un arqueólogo que buscaba un objeto singular que le diera fama para vender luego en alguna subasta, los historiadores del Cerro del Villar defienden que su labor, ya en la vida real, es «responder preguntas históricas». 

Para ellos, su principal motivación es averiguar cómo era el día a día de los fenicios que habitaban el paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce y cuya ciudad, Malaka, es el origen de todo lo que hoy conocemos. 

«A nosotros nos interesa mucho saber quiénes eran las personas que estaban aquí, cómo se organizaban socialmente, qué comían”. Precisamente, en los primeros días de las excavaciones en el yacimiento ya han localizado restos de copas de vino. «Han aparecido fragmentos de copas que vienen de Etruria, en la Península itálica, para beber vino. O sea que la gente de aquí hace 2.600 años sabemos que estaba bebiendo vino en unas copas que poco se parecen a la porcelana de hoy en día», detalla Suárez, el director de la excavación.

El profesor de Historia de la UMA aclara: «Nos da idea de sus habilidades para establecer contactos con otras regiones y que era gente también con capacidad económica para poder adquirir productos exóticos». 

Así, su ambición es «trabajar para hacer historia». Es por eso que señala que su equipo de la UMA «está muy orgullo» por volver después de casi 20 años al yacimiento. Celebra: «Esto hace unos años era impensable». 

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