Covid-19

PCR a las aguas residuales de Málaga

La Covid-19 ha llegado para quedarse y la Universidad de Málaga continúa investigando para averiguar cuál es el nivel mínimo de Covid-19 con el que tendremos que convivir. Uno de los laboratorios de la Universidad de Málaga ha logrado desarrollar una técnica de detección temprana de la Covid-19 a través del análisis de las aguas residuales de la ciudad. Hoy, una vez perfeccionada la técnica, buscan averiguar cuál es el nivel basal del virus con el que deberemos convivir

Un técnico trabaja en una de las fases del proceso de detección de la Covid-19 a través del análisis de las aguas residuales. | LORENZO CARNERO

Un técnico trabaja en una de las fases del proceso de detección de la Covid-19 a través del análisis de las aguas residuales. | LORENZO CARNERO / arancha tejero. málagaarancha tejero

Arancha Tejero

Las aguas residuales son testigos de lo que ocurre en nuestra casa, concretamente en nuestro baño. El agua sucia que corre bajo nuestros pies es un pozo de información desconocido por muchos, pero que permite rastrear nuestro estilo de vida, desde el consumo de fármacos o drogas, hasta la presencia de posibles virus que puedan suponer una amenaza para nuestra salud.

Gracias a que ya se sabe que la Covid-19 se excreta también a través del tracto gastrointestinal, al analizar las aguas residuales se puede detectar la presencia del Sars-cov-2 y su carga viral, antes, incluso, que un diagnóstico clínico. «Las personas podemos estar infectadas y expulsando el virus, pero no tener síntomas porque aparecen días después», explica Diego Lozano, técnico responsable de la Unidad de Genómica de la Universidad de Málaga.

Esta pista fue la que decidió comenzar a seguir uno de los laboratorios del edificio de Bioinnovación, perteneciente a la Universidad de Málaga, y que le ha llevado a desarrollar una robusta técnica de detección y cuantificación del Sars-cov-2 en aguas residuales, que permite detectar, de manera anticipada, cuál es el nivel de Covid-19 en la ciudad de Málaga.

La búsqueda de esta técnica comenzó en enero de 2021, cuando firmaron un convenio con Emasa para analizar las aguas residuales de Málaga. Hoy, casi dos años después, tras haber logrado su objetivo de desarrollar un indicador de alerta temprana de la Covid-19, continúan con el proyecto pero con un nuevo objetivo: tratar de determinar cuál es el nivel mínimo del virus con el que vamos a tener que convivir y que, por tanto, podremos considerar como normal, pues, según Pedro Cañada, director de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación de la UMA (SCAI), «la Covid-19 ha venido para quedarse».

El análisis de las aguas residuales permitió alertar a las autoridades de la llegada de nuevas olas, ya que esta técnica de detección temprana de la Covid-19 se adelanta a los diagnósticos clínicos

«Ahora mismo estamos tratando de averiguar cuál será el nivel basal del covid, es decir, un nivel que sea tolerable y que no presente ningún problema de sanidad pública», explica el director de SCAI. A pesar de que recientemente han firmado una renovación del convenio, y continúan con los ensayos normales, desde el laboratorio de la UMA aseguran que necesitan más tiempo para poder determinar este nivel, pues aún es pronto para saber cómo evolucionará el resto de la pandemia.

«Necesitamos tiempo y una serie larga de datos temporales para parametrizar el grado de aumento y establecer cuál será la unidad a partir de la cual se puede determinar que viene una ola», señala Pedro Cañada, quien resalta que, «para saber que hay una ola de calor, necesitamos saber antes cual es el calor medio». Con el virus ocurre lo mismo. Para saber que hay un nivel alto de Covid-19, antes es necesario saber cual es el nivel medio del virus que se va a quedar con nosotros. A partir de ahí, se podrá determinar cuál es la cantidad que deberá considerarse como una alerta.

Fase de extracción de las muestras en el laboratorio de la Universidad de Málaga. | LORENZO CARNERO

Fase de extracción de las muestras en el laboratorio de la Universidad de Málaga. / LORENZO CARNERO

Procedimiento

La manera de detectar la presencia del virus en las aguas residuales es la misma que para las personas: recoger muestras y realizar una PCR. Lo mismo da si se busca el rastro de la Covid-19 en el fondo de la nariz que en las aguas residuales, el resultado es el mismo. La única diferencia en el proceso es que las aguas necesitan una preparación previa antes de realizar PCR. En este caso, el proceso de extracción y de preparación, para poder llevar a cabo la prueba, está basado en un protocolo establecido por el CSIC.

«El primer paso es la toma de muestras en las estaciones de agua residuales. Aquí en Málaga se toma en dos sitios: en la estación depuradora del Peñón del Cuervo y en la del Guadalhorce. En segundo lugar, se inicia un proceso de concentración de las muestras y, una vez concentradas, se procede a la extracción del ARN para, por último, realizar una PCR y detectar si hay presencia o no del material genético del virus del Sars-cov-2», explica Diego Lozano.

Las muestras se recogen todos los lunes en las dos depuradoras de la ciudad y el miércoles tienen ya los resultados que envían a Emasa y a las distintas autoridades. No obstante, Diego Lozano asegura que el proceso podría realizarse en menos de 24 horas en caso de urgencia. Meses atrás, Emasa también les facilitaba muestras de 16 cuencas de Málaga pero, una vez que se estabilizó la detección y que la situación estaba controlada, decidieron reducir las muestras a las dos estaciones de agua residuales de la ciudad.

Tras meses de trabajo e investigación, finalmente, esta técnica de monitorización y detección temprana ofrece un grado de anticipación, aproximadamente, de una semana. Una útil herramienta que permitió alertar a las autoridades de la llegada de las nuevas olas. «Encontramos una correlación entre los picos de las olas y los aumentos de la carga vírica del agua una semana antes. Desde ese momento, cuando veíamos que el nivel de Sars-cov-2 subía en las aguas, se lo comunicábamos al Ayuntamiento porque podía ser indicativo de que iba a venir una nueva ola», resalta Pedro Cañada.

Detección de la Covid-19 en las aguas residuales de Málaga

Ana I. Montañez

Aunque ya no se publican datos de las pruebas diagnósticas que informan del número de personas que están infectadas, desde este laboratorio de la UMA, gracias a esta técnica de monitorización, pueden confirmar que el virus sigue presente en la población, dada la concentración viral que continúa habiendo en el agua residual. Respecto a cuál es la incidencia actual de la Covid-19 aseguran que, aunque sigue siendo muy elevada, la concentración es diez veces inferior a la que se detectó, por ejemplo, en el mes de julio.

Según Diego Lozano, la utilidad de este método reside en la capacidad de poder «tomar decisiones basadas en datos y no en suposiciones», ya que esta herramienta permite anticiparse a la llegada de nuevos picos. En definitiva, lo que esta técnica proporciona es un sistema de vigilancia y alerta temprana que permite analizar la tendencia del virus y prevenir nuevas olas que pudiesen venir en el futuro.

Una técnica con posibilidad de detectar otras enfermedades

La Covid-19 no es la única enfermedad que puede detectarse a través del análisis de las aguas residuales. Siempre que sea un virus que se elimine a través de las heces, esta técnica de detección temprana permitiría detectar su presencia en la población. Pedro Cañada sugiere aprovechar la experiencia que tiene su laboratorio con esta técnica, para ampliarla a otro tipo de enfermedades como la gripe. «De esa manera, las administraciones públicas, en este caso la sanitaria, podrían tomar decisiones rápidas y, sobre todo, basadas en datos», señala.

«Aunque ahora mismo nos dedicamos solamente a la detección y cuantificación de Sars-cov-2, sería posible y sencillo aplicar esta técnica a otro tipo de virus», afirma Diego Lozano, que asegura además que no solo permitiría detectar y cuantificarlo, sino también establecer tendencias en cuanto al aumento o disminución del virus, tal y como están haciendo con la Covid-19.

Aunque Málaga ha sido una de las pioneras, junto a Madrid y Valencia, en el desarrollo de esta herramienta, en otros países europeos, como Francia, se lleva empleando desde hace tiempo.

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Diego Lozano asegura que lo ideal sería que las administraciones públicas mantuviesen de forma constante este sistema de vigilancia temprana como método de control de la situación sanitaria de la ciudad o el país. Esta técnica no solo podría servir para detectar, en cuestión de días, cualquier otro virus, sino que, además, gracias a que conservan todas las muestras que han analizado hasta ahora, podrían llegar a determinar cuando ocurrió la llegada de un nuevo virus.