Sanidad

Expertos advierten de la importancia de tratar la hepatitis C antes de que llegue a estadios avanzados

Con una detección a tiempo y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes se curan en poco tiempo y sin efectos secundarios relevantes, asegura José Miguel Rosales, profesional de la Fundación Española del Aparato Digestivo y especialista en Aparato Digestivo en el Hospital Costa del Sol

Con una detección a tiempo y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes se curan en poco tiempo

Con una detección a tiempo y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes se curan en poco tiempo / E.P

La hepatitis C es una enfermedad causada por un virus que provoca inflamación en el hígado. En la actualidad, solamente entre el 15% y el 30% de los pacientes que sufren una infección aguda logran eliminar la hepatitis C por completo de su organismo sin necesidad de tratamiento, mientras que en el 70% restante el virus permanece y provoca una infección crónica.

El contagio por hepatitis C se produce, fundamentalmente, por el contacto a través de la sangre con una persona infectada, tal y como destaca el Dr. José Miguel Rosales Zábal, experto de la la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y especialista en Aparato Digestivo en el Hospital Costa del Sol de Marbella.

Además de la sangre, el contagio también puede producirse por el uso compartido de utensilios de contacto punzantes o cortantes o la realización de tatuajes, piercings o acupuntura sin los controles sanitarios adecuados. Asimismo, la transmisión de la hepatitis C también puede verse favorecida a través de las relaciones sexuales sin medidas de protección, por familiares directos, por parejas con hepatitis C o de madres a hijos durante el parto, especialmente, si éstas están contagiadas por VIH, explica este experto.

Desde la FEAD inciden en la importancia de realizar diagnósticos que permitan tratar y erradicar la enfermedad antes de que llegue a estadios más avanzados, especialmente, entre los grupos poblacionales con mayor prevalencia -entre 40 y 70 años-. Con una detección a tiempo y un tratamiento adecuado, la mayoría de los pacientes que sufren hepatitis C se curan en poco tiempo y sin efectos secundarios relevantes.

Síntomas

La infección aguda por hepatitis C suele ser asintomática, aunque en algunas personas puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos o color amarillento de la piel.

Por su parte, la infección crónica tampoco suele mostrar síntomas, por lo que pueden pasar años sin saber que padece la enfermedad hasta que el especialista lo diagnostique. Esto facilita que el virus provoque en el hígado una inflamación sostenida y que pueda derivar, incluso, en cirrosis.

«Además, no debemos olvidar que el virus de la hepatitis C no solo puede afectar al hígado, sino que es capaz de producir diabetes u otras enfermedades en el riñón o la sangre», asevera José Miguel Rosales.

Por todo ello, la FEAD insiste en la importancia de este diagnóstico , a través de un sencillo análisis de sangre que detecte la presencia o no de anticuerpos frente al virus y, por tanto, infección activa. “La hepatitis C puede tenerse sin presentar ningún tipo de síntoma y este colectivo de población podría tener la infección sin saberlo. Por lo que es recomendable consultar a su médico de Familia para realizar la prueba contra este virus si nunca se ha hecho el test o lo desconoce”, explica Rosales.

Gracias a la llegada de los nuevos tratamientos antivirales orales, los pacientes con hepatitis C pueden curarse de la infección de forma rápida y sin efectos secundarios relevantes. No obstante, “la curación de la infección no implica la curación del daño hepático si este está avanzado, aunque sí disminuye el desarrollo de sus complicaciones”, manifiesta el experto.

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