Sequía

Agricultores y ganaderos malagueños, al límite, piden salvar al campo

UPA denuncia que los costes de producción se han disparado y que los beneficios son «nulos», lo que se une a la grave sequía actual en Málaga - Los subtropicales, el olivar y la castaña, entre los más afectados

La mayoría de los cultivos se están viendo afectados por la sequía y los altos precios.

La mayoría de los cultivos se están viendo afectados por la sequía y los altos precios. / La Opinión

Chaima Laghrissi

Chaima Laghrissi

No son buenos momentos para el sector agrario. La sequía y la inflación están suponiendo un importante reto que cada vez les cuesta más afrontar. Un cóctel que está llevando a los ganaderos y agricultores de Málaga al límite. El sector pide soluciones inmediatas, ya que de no ser así está abocado a morir poco a poco.

En estos momentos, el campo inicia su campaña del olivar y los cítricos con una previsión nada favorable. Una temporada marcada por el alto precio de la producción, los «nulos beneficios» y por ser una campaña condicionada por el cambio climático y la sequía.

La inflación está provocando que los costes de producción se disparen: «Ahora mismo no se llega a cubrir estos gastos. Por ejemplo, el sector del mango puede pagar 30 céntimos por él, cuando se vende a 3,50 al consumidor. El beneficio siempre es para el intermediario, ni el campo ni el consumidor se nutre de él», explica Francisco Moscoso, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Málaga.

Lo mismo sucede en el sector del olivar: «En este sector se vende a una media de 80 céntimos, es poco ya que el aceite sube y su coste de producción también. Pero, si estás asfixiado tienes que vender la aceituna, no te queda otra», asegura. Un coste que Moscoso cifra hasta tres veces más que hace un año. La misma situación económica se traslada al sector de la ganadería, donde muchos ante la imposibilidad de seguir manteniendo su negocio se han visto abocados a sacrificar a sus animales: «Antes, un abono costaba 30 céntimos y ahora un euro. A esto hay que sumarle la luz y el gasoil».

El secretario de UPA expone los precios en este sector: «Un litro de leche se paga de 0,75 a 0,80 céntimos. Mientras si es de vaca a 0,45 céntimos». Los ganaderos denuncian que los gastos han subido un 35% o 45%: «Esto no tiene razón de ser, hay más insumos que beneficios. Lo estamos pasando mal. Todo esto acaba en pérdidas; el agricultor pequeño o mediano aguanta un año o dos; el que no tiene lo va a acabar dejando», recalca.

Por otro lado, se enfrentan a una de las peores condiciones meteorológicas de los últimos años. La lluvia se resiste a aparecer en la provincia, dejando embalses secos y casi muertos, como el de La Viñuela; un pantano clave que da agua a los productores de aguacates y mangos en la provincia. A lo que se suman las medidas establecidas en el Plan Especial de la Sequía, que limitan el uso del agua en Málaga, incluyendo los riegos agrícolas. Esta situación está llevando a este sector a pérdidas.

"Principalmente la sequía se va a reflejar en una reducción de más del 50% de la cosecha con respecto al año pasado", asegura el David Sarmiento, director del departamento técnico de TROPS

En este sentido, la Sociedad Agraria de Transformación TROPS alerta de que la situación actual de esta con la sequía es "muy seria": "Tenemos un porcentaje alto de socios de la Axarquía sin agua, que han podido sacar parte de la campaña adelante pero con un porcentaje medio de frutos en el suelo y en general una disminución de calibre por esta falta de agua", asegura David Sarmiento, director del departamento técnico de TROPS.

Una situación que ha provocado que algunos agricultores de la Axarquía se vean obligados a "arrancar las plantaciones para proceder a replantar nuevos árboles. Aprovechando esta sequía para renovar árboles viejos y otras plantaciones que se están rebajando", reitera. 

Ante la falta de agua, TROPS ha comenzado a implantar riego inteligente en todas las fincas, donde sea posible: "De esta manera conseguimos reducir la necesidad de agua de nuestras plantaciones y nos está permitiendo sobrevivir en muchas de ellas". 

Los subtropicales no son los únicos afectados por la falta de precipitaciones, sino que también está perjudicando a otros sectores como el de las castañas o el olivar. Por falta de lluvias, este año se va a recolectar un 49% menos de aceitunas que en 2021-2022.

Sin agua para los animales

Por su parte, los ganaderos también sufren los efectos de la sequía. Ya en marzo lanzaron un grito de auxilio al no contar con cubas suficientes para sus animales. Tras seis meses, la situación no ha ido a mejor ya que las precipitaciones han sido insuficientes.

«Esta situación ha empeorado. Los cubos de agua son de unos 300 litros, pero no llegan a cubrir los 600 litros anuales que necesitamos. Además, las restricciones nos limitan aún más», explica Francisco Moscoso. Las limitaciones en materia de agua se dejan notar en el coste que supone hacerse con una cuba: «Hay compañeros que se gastan de 300 a 350 euros semanalmente», cuenta.

Por ello, el sindicato UPA se reunió el pasado viernes con el delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural en Málaga, Fernando Fernández-Tapia, para discutir la problemática que tiene este sector y proponer mejoras. Además de pedir la incorporación de jóvenes a la agricultura y ganadería: «Estas ayudas tienen que ser ya», concluye el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos.

Objetivo: enseñar a reconocer el producto malagueño

La provincia cuenta con prestigiosas empresas dedicadas al cultivo y venta de aguacates y mangos. En este sentido, Asaja valora «la gran calidad» del mango malagueño de esta temporada a pesar de su menor calibre. En plena época de recolección, los agricultores «están notando que, a pesar de que hay mucha cantidad de fruto, un porcentaje de los mangos tiene un tamaño más pequeño de lo habitual, y no se ven recompensados los enormes esfuerzos realizados por los agricultores para poner la fruta a disposición del mercado».

Una calidad que se debe reconocer. Según Francisco Moscoso, secretario general de UPA, es necesario que se aprenda a reconocer el producto para evitar comprar con engaños: «Entra mucho mango de fuera, de Perú y Brasil, y lo venden como de la Axarquía. Por eso, hay que aprender a distinguirlo», argumenta.

La solución que propone Moscoso es hacer talleres en los colegios para que se reconozca su sabor y calidad.

Además, critica los cánones estéticos a los que se ven enfrentados los productores: «Nos han metido en un modelo de estética y volumen que es irreal. Se pide que un mango tenga unos 300 gramos».

Moscoso afirma que la estética de un producto no tiene nada que ver con su calidad: «Que un mango esté un poco abultado o no tenga un color perfecto o que pese más o menos de 300 gramos no significa que no esté bueno», cuenta.

«Al consumidor hay que educarlo, no todo lo que comemos y compramos entra por el ojo. Nos están llevando a una situación vergonzosa», añade.